Capítulo 24

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Juliana se dio cuenta que no estaba respirando y tomó una gran bocanada de aire de golpe, rió casi emocionada y alzó la vista.

Val: -Si sabes que significa, ¿no?-preguntó ella con las manos hechas un nudo.

Juliana asintió con la cabeza, no lo podía creer. Observó como las lágrimas inundaban el rostro de Valentina y estiró los brazos hacia ella.

Juls: -Oh vamos, ven aquí.

Ella no dudó ni un segundo en entrar entre sus brazos, la abrazó y se dejó abrazar, dejó que los brazos de Juliana la protegieran, la acunaran por un momento. Se dio de cuenta de que la había extrañado tanto, con esos brazos que la protegían y hacían sentirse segura. Oh Dios, la amaba tanto.

Juls: -Vamos a ser madres-la voz le tembló.

Esperaba que estuviera en lo correcto y luego no se lamentara por haberlo dicho, quería que ese bebe fuera suyo, no de su hermano. Pensó un segundo en qué ocurriría si ese bebe fuera de Mareo, ella no podría verlo con su hermano, no podría ver a Valentina criar a ese niño con Mateo, con su hermano, que ahora era su peor enemigo.

Ambas volvieron a la realidad, era la una y media de la madrugada, Valentina debía volver a su casa, Mateo iba a llegar y ella no estaría allí.

Val: -¿Juls?-susurró.

Juls: -¿Mmmhh?-apoyó su barbilla en la cabeza de ella.

Val: -Te amo.- Sus brazos se erizaron, la amaba, ¿en serio?.

Juls: -Yo a ti Valentina.

Ella cerró los ojos y aspiró ese perfume que tanto le gustaba. Se amaban, había un niño en camino y también problemas pero ya habría tiempo para pensar qué hacer.

Luego de que Juliana la convenciera de que no podía quedarse en casa con ella, que iban a haber más problemas con Mateo, ella accedió a irse, a que Juliana la llevara.

Iba con cara larga, ya había peleado por quién se quedaba con la prueba de embarazo y obviamente ella había ganado, era la madre, de eso no había duda alguna, Juliana todavía podía no ser la madre del niño en camino.

Juls: -No te enojes Val-aparcó el auto frente a su casa.- Ella abrió la puerta e intentó bajar del auto.

Juls: -Val, mi beso-le dijo tirando de su abrigo-. Ven aquí-se desabrochó el cinturón de seguridad y casi se abalanzó sobre ella-. Mi beso.- Valentina rió levemente y negó con la cabeza.

Val: -Tú no quieres que duerma contigo, pues yo no quiero darte un beso.

Juls: -Hey, hey, hey, párale a la estupidez-casi rió-. ¿Cómo es eso de que yo no quiero dormir contigo? ¿De dónde has sacado esa barbaridad?.- Ella rió.

Juls: -Hablas bobadas Val -le acarició la mejilla-. Dame un beso, ¿si?.

¿Cómo iba a negarse si ella lo pedía de esa manera? Tan tierna, tan cariñosa, estiró los labios y la besó.

Juls: -Ahora sí-se sentó en su asiento-. Puedes irte.- Ella frunció el ceño y bajó del auto, se agachó y la observó desde afuera del coche.

Val: -¿Nos vemos?.

Juls: -Yo te llamo mañana-le dijo suavemente-. Que descanses, cuida ese niño.

Val: -Es niña-le corrigió.

Juls: -Si, claro-rió irónicamente-. Entra a la casa, hace frío.- Ella asintió.

Juls: -Te amo, cariño.

Val: -Yo a ti Juls.

Cerró la puerta del coche y con una sonrisa en el rostro, abrió la puerta. Dio media vuelta y saludó a Juliana con la mano, ella puso el auto en marcha y se fue haciendo pequeño por la calle. Entró a la casa.

Mateo: -¿Dónde estabas?.- Oh, maldita sea, Mateo ya había llegado a casa.

Estaba de espaldas a él, no tenía por qué contestar a las preguntas que él le hacía, ella no le cuestionaba sus salidas. Con disimulación, metió la prueba de embarazo en el abrigo y dio media vuelta.

Val: -No voy a responder, tú nunca me dices a donde sales.- Pasó por al lado suyo, tomó rumbo a la habitación, subiendo las escaleras.

Mateo: -En casa de Brian, ¿dónde estabas, tú?.

Val: -No te interesa, Mateo-dijo de mala manera y siguió subiendo las escaleras.

Mateo la persiguió, no iba a dejarlo con la palabra en la boca, se le adelantó y antes de que ella pudiera entrar en la habitación, le bloqueó el paso.

Val: -Quítate.

Mateo: -Si te pregunto, es porque me interesa saber-le reprochó.

Ella recargó su peso en la pierna derecha y cruzó sus brazos sobre el pecho abrigado. Tragó saliva y lo observó a los ojos.

Mateo: -Estuviste con mi hermana, ¿cierto?.

Val: -¿Y eso a ti, que?.

Mateo: -¿A mi qué? ¿A mi qué? Claro, eres mi esposa y puedes acostarte con mi hermana; deja, está bien, está bien.. Ve a donde quieras, ábrele las piernas a cualquiera y has lo que más te guste.

Valentina abrió la boca, impresionada. Estaba bien, ella no podía hacer lo que más le gustara, pero él no podía estar hablando así de ella.

Val: -Primero, no le abro las piernas a cualquiera-frunció el ceño-. Y segundo no estaba con tú hermana, que te quede bien claro que no la he visto desde esa vez.-

Mateo: -Entonces, ¿en dónde estabas?.

Val: -En casa de Mady-seguía con el ceño fruncido.

Val: -Déjame entrar a mi habitación.- Mateo se movió de su camino pero entró con ella y cerró la puerta.

Mateo: -Creo que deberíamos tener una noche de marido y mujer, ¿qué dices?.- Se dio la vuelta y alzó una ceja.

Val: -Digo que puedes meterte la noche por donde no te de el sol, pedazo de desgraciado.- Mateo rió amargamente y se tiró en la cama.

Mateo: -Hablaba en serio.

Val: -Yo también.

Valentina sacó su pijama de debajo de la almohada de su lado de la cama y entró al baño. Se colocó el pantalón largo de algodón a cuadros y la remera manga larga blanca, se cepilló los dientes y se quitó el maquillaje. Salió del baño con la ropa colgando de su antebrazo y vio a Mateo dentro de la cama, viendo televisión.

Val: -Puedes irte abajo, yo duermo sola.

Mateo: -No quiero dormir allá-dijo sin dirigirle la mirada-. Estoy cómodo y hace menos frío aquí.

No podía quejarse, ella siempre dormía en la cama y él siempre dormía abajo. Tomó la almohada de su lado, dejó la ropa sobre el sofá y tomó una manta. Salió de la habitación y bajó las escaleras a medida que iba apagando las luces, se recostó en el sillón y recordó que la prueba de embarazo y su móvil estaban en la habitación. Dejó todo allí y corrió escaleras arriba y entró en la habitación, Mateo ya había apagado el televisor y tenía los ojos cerrados.

Mateo: -Si, entra cuando quieras.

Val: -Disculpa, olvidé mi móvil.

Tanteó los muebles en la oscuridad hasta llegar al sofá y tomar su abrigo, metió la mano allí y encontró la prueba de embarazo junto con su móvil. Tomó las dos cosas y entró en el vestidor, prendió la luz y observando que Mateo no mirara hacia allí, escondió la prueba de embarazo entre su ropa y apagó las luces. Salió de la habitación y suspiró aliviada con el móvil en mano, bajó las escaleras. Apagó las luces y se recostó en el sillón, desbloqueó su móvil para ver la hora y se encontró con un mensaje nuevo.

*Mensaje de Texto*

“Que mis dos personas favoritas descasen, mañana nos vemos. Sólo quería recordarte que te amo.”–Juliana

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