Capítulo 13

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El sol se colaba por las cortinas invitándolos a vivir un nuevo día cálido pero invernal. Juliana se removió entre las sábanas y buscó el cuerpo de Valentina sobre el colchón, la encontró y la atrajo hacia sí. Aún con los ojos cerrados, pudo notar que ella dormía y simplemente depositó un beso entre sus perfumados cabellos y se quedó abrazándola por buen rato.

Val: -Quédate quieta Juls-murmuró.

Juls:-Pensé que dormías-dijo él en un susurro.

Val: -Pensaste mal.

Juls: -Lo he notado.

Ninguna de las dos abrió los ojos pero, sabían que se tenían una frente a la otra y que con un pequeño empuje, sus bocas podrían unirse fácilmente.

Juliana la abrazó y abrió los ojos lentamente, sin querer que la luz le lastimara las sensibles pupilas afectadas por el sueño. Valentina también abrió los ojos y se encontró con los preciosos ojos miel de su cuñada. Juliana le sonrió, le hubiera gustado despertar todos los días así, besó la punta de la nariz de su amante y habló en un susurro.

Juls: -Buen día.

Ella le devolvió la sonrisa y se removió entre sus brazos para colocar la cabeza sobre el pecho de Juliana. Ella giró sobre el colchón y  dejó a Valentina reposando sobre su pecho desnudo.

Val: -Muy buen día-dijo ella y rió tiernamente.

Veinte minutos de silencio bastaron para que Valentina se diera cuenta de que le gustaba más estar así con Juliana que con Mateo. Sus pensamientos la iban a torturar de por vida y para guardar secretos no era muy buena. Solo una aventura de cuñadas, nada más que eso-se repitió mientras aspiraba el aroma de Juliana.

Luego de reposar en la cama por media hora, sin hacer nada más que acariciarse tiernamente, Valentina alzó el rostro para encontrar a Juliana observándola. Le sonrió y ella le devolvió el gesto.

Juls: -¿Tienes hambre?-preguntó.

Val: -Si, demasiado-admitió.

Juliana quitó sus manos de la espalda desnuda de Valentina y ella se dejó caer a un lado de Juliana. Rodó entre las sábanas y se cubrió con ellas a la vez que se ponía de pie. Juliana la observó atenta mientras ella se colocaba la sabana bajo los brazos y la acomodaba en su sitio, sin darse cuenta de que Juliana había quedado desnuda, acostada sobre el colchón. Ella terminó de acomodar su vestido improvisado y alzó la vista mientras sonreía y Juliana rió.

Juls: -Déjate la sábana, te la regalo-dijo riendo.

El rostro de Valentina palideció. ¿Cómo podía ponerse así, si ya la había visto? Era una niñita estúpida.

Juls: -Ya, no pasa nada-carcajeó mientras se arrodillaba en el suelo-. ¿Vas a quedarte allí parada o me ayudas a buscar mi ropa?.

Ella movió las manos con nerviosismo y sonrió estupefacta ante el cuerpo de Juliana desnuda en la alfombra.

Val: -Ponte unos limpios-dijo ella mientras apartaba la vista del cuerpo de Juliana.

Juls: -Mis boxers estaban limpios, acababa de bañarme cuando llegaste.

Val: -¡Pues búscalos!-le gritó.

Juls: -Oye baja ese tono de adolescente histérica-se quejó, frunciendo el ceño.

Juliana pasó la mirada por todo el suelo de la habitación y los encontró bajo la cama. Estiró la mano para alcanzarlos y cuando se puso de pie, se los colocó. No iba a ponerse más ropa, Valentina la acaloraba al instante.

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