Mientras Valentina se reía al teléfono y susurraba cosas antes de exagerar sus preguntas hacía su amiga, Juiana se estaba vistiendo, con unos pantalones y una remera casual, se quedó sin zapatillas y se sentó al borde de la cama para prender el televisor.
Val: -Bájale a eso Juliana -le dijo ella. Juliana frunció el ceño y en vez de bajar el volumen, lo subió.
Val: -En serio-dijo y siguió hablando-. Para mí no es cierto, Mady-rió. Juliana subió un poco más el volumen. Estaba aburrida y ella no le hacía caso.
Val: -Basta, bájale Juliana.
Juls: -Me aburro Valentina -dijo y lo apagó-. ¿Podemos bajar a desayunar?.
Val: -Espera.
Juls: -¿Por favor?.
Val: -Espera.
Juliana se puso de pie y abandonó la habitación en seis largos pasos. Ella ni siquiera le daba importancia a su presencia y se la pasaba hablando con su mejor amiga, quizás Juliana estaba exagerando algo y aun que pareciera estúpido, le molestaba que Valentina le prestara más atención a otros porque la quería sólo para ella.
Juls: -Perra-susurró mientras abría la nevera y sacaba la leche-. Maldita Mady, puedes irte bien a la mierda.
Con el ceño fruncido, preparó un ligero desayuno para ella sola, Valentina podía preparárselo ella misma. Un poco de leche y cereales en un tazón, en menos de diez minutos ya había acabado, lavó lo poco que había ensuciado y subió las escaleras, para encontrarse con Valentina aún con la oreja pegada al teléfono. Una furia desconocida invadió sus sentidos y comenzó a guardar sus cosas en su mochila.
Val: -Aguarda un segundo, Mady-dijo ella y luego quitó el teléfono de su oído-. ¿Qué haces Juliana?.
Juls: -Guardo mis cosas.
Val: -¿Por qué?.
Juls: -Porque debo irme a casa.
Val: -¿Por qué?.
Juls: -Porque sí.
Val: -Esa no es una razón.
Juls: -No hagas a Mady esperar Valentina -le dijo de mala gana y se colgó la mochila al hombro.
Val: -Ah es eso, celosin-bromeó ella.
Juls: -No me hace gracia-frunció el ceño. Valentina rió sonoramente, Juliana le sacó la lengua y salió de la habitación.
Juls: -“Ah es eso, celosin”-repitió en tono de burla-. Te odio Mady y eso que ni siquiera me acuerdo de ti-murmuró subiendo a su coche.
En cuanto Juliana llegó a su casa, presionó el botón de la contestadora, se encontró con cinco mensajes nuevos.Contestadora:
“¡Juliana Valdés!”-los gritos de su amante resonaron en toda la sala-. “No pensé que te ibas en serio maldita, voy a matarte. Llámame luego”-y colgó de golpe. Juliana rió y esperó al otro mensaje.
“Valdés estás tardando demasiado en llegar a tu casa, ¿es que te has conseguido una puta?”
“¿Es en serio? O me estas ignorando o simplemente estás con alguna zorra”.
“Eh, creo que voy por el cuarto mensaje, ¿puedes llamarme? No me gustó que te fueras de esa manera”.
Rió nuevamente por sus cambios bruscos de humor y sacó su móvil del bolsillo. Estaba sin batería y debía cargarlo. El último mensaje comenzó a resonar en la sala.
“Juliana…”-la voz de ella sonaba como un sollozo-“Sé que soy una maldita molestia en tu vida y que los últimos cuatro mensajes que te he dejado, han sido porquería, pero te necesito”-su voz se quebró-“Mateo estuvo en casa y se ha dado cuenta del embarazo, tengo miedo. Ven a casa conmigo”.
Juliana abrió los ojos de golpe y dejó que su móvil cayera al suelo. ¿Mateo había estado por allí? Pateó la mesa ratona y los adornos volaron por toda la sala, algunos hecho pedazos.
Juls: -¡Maldito!-gritó y golpeó la pared. Corrió al teléfono y cuando fue a alzarlo para llamar a Valentina, comenzó a sonar.
Juls: -¿Quién?-gritó enojada. Los sollozos se escucharon del otro lado de la línea, Juliana ya estaba segura de quien era.
Juls: -No Valentina, cariño no llores. Perdona, no sabía que eras tú.
Val: -Ven a casa Juliana -pidió casi en un susurró.
Juls: -¿Puedes tranquilizarte?-dijo sentándose en el suelo-. Tienes que estar tranquila amor, tus nervios no van a hacerles bien, ni a ti, ni al bebé.
Val: -Mateo…-murmuró-, Mateo dice que..
Juls: -Calma, ¿si? Hazte una maleta, voy a buscarte para que te quedes conmigo unos días. No quiero que él sepa donde puede encontrarte.- Ella suspiró y Juliana la sintió soplarse la nariz.
Val: -¿Por qué me dejaste sola en casa?.
Juls: -Tema aparte, que también vamos a hablar. Voy para allá, tienes que estar lista.
Val: -Está bien.
Juls: -Te veo en un rato-le dijo suavemente.
Val: -¿Juls?.
Juls: -¿Si?.
Val: -Te amo.- Juliana sonrió levemente y se puso de pie.
Juls: -Yo a ti princesa. Ya no llores, voy lo más rápido que pueda.- Ella asintió, aunque Juliana no pudiera verla y colgó el teléfono.
Cuando Juliana llegó a la casa de Valentina y golpeó la puerta de madera con sus puños.
Val: -Está abierto- gritó ella desde adentró.
Juliana empujó la puerta y entró a la casa, Valentina estaba sentada en el sillón, con las manos sobre el rostro, llorando desconsoladamente. Juliana cerró la puerta tras sus pasos y corrió a abrazarla, se sentó a su lado e hizo que ella se sentara en su regazo, Valentina obedeció y apoyó cabeza sobre el hombro de Juliana para seguir llorando.
Juls: -Ya está Val, tranquila-susurró al tiempo que acariciaba su cabello.
Val: -Mateo, sabe del embarazo Juliana. Yo… yo…-suspiró-, no sé como supo.
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Eres Mi Amor Prohibido
أدب الهواةValentina Carvajal, la joven de veinticuatro años, la chica que creía haberse enamorado del Valdés correcto. Tal vez solo podía pensarlo teniendo a Juliana alejada de ella, sin saber de su existencia. ¿Pero que pasaba si Juliana entraba en su vida d...