Lentamente estiró sus músculos y se sentó en la cama, había podido dormir muy poco pensando en su cuñada. Valentina estaba consiente que su esposo no tenía ni un parecido con su hermana y por eso, dudaba que esa chica no fuera adoptada. Sonrió, le gustaba estar confundida pensando en ese mujer.
Mateo: -Buen día-los cabellos revueltos de su marido la sacaron de sus pensamientos-Vine a buscar mi ropa y me daré una ducha en el baño de abajo-le dijo.
Val: -Mateo, he estado reflexionando lo de anoche y creo que reaccioné de manera incorrecta.
Mateo: -Valentina, yo debería habértelo dicho, estas en todo tu derecho de enojarte-dijo él y luego caminó al vestidor.
Val: -Lo sé y no retiro lo dicho sobre que te has equivocado en no habérmelo dicho, pero, llegué al extremo y no era para tanto.
Mateo: -Gracias por comprender-dijo saliendo del vestidor. La observó un rato- Juliana esta muy molesta conmigo, por lo de la boda-le dijo. Ella hizo una mueca.
Val: -Yo también estaría muy fastidiada con mi hermana si no me invitara a su boda-le dijo. Él asintió mientras reflexionaba sobre eso- No creo que baste con una simple disculpa.
Mateo: -Si, tienes razón-dijo- Veré que puedo hacer-añadió-. Tengo que darme una ducha y vestirme rápido si no quiero llegar tarde- se excusó para salir de la habitación.Estando completamente sola, Valentina volvió a recostarse y suspiró. ¿Qué podría hacer para saber más sobre su cuñada? Estaba conciente de que era una locura pensar en la hermana de su esposo, estando ella casada, debería tener ojos solo para su marido pero lamentablemente, no los tenía solo para él y la hermana de Mateo era toda una Diosa griega que emanaba sexualidad por todas partes y aún más la excitaba con lo que había descubierto de su cuñada.
Se puso de pie y se enfrentó al espejo, su cabello revuelto y el suave brillo de sus ojos azules la observaron, sonrió. Debía darse una ducha e ir al negocio con Mady, iba a contarle todo. Una vez duchada, Valentina bajó las escaleras a grandes zancadas y tomó una manzana. Mateo ya se había ido y agradeció por eso, no quería besarlo mientras estaba pensando en el hermoso cuerpo de su cuñada, prendió el televisor y pronto se aburrió de ver las noticias. Corrió arriba para buscar su bolso y diez minutos después, ya estaba en su automóvil, conduciendo hacía la tienda de ropa.
Mady: -¿Cómo que tiene una hermana?-preguntó a los gritos. Dos mujeres que estaban en la tienda la observaron y ella se limitó a sonreír-. ¿Una hermana?-preguntó más bajo-. ¿De dónde ha salido? ¿Por qué no te lo ha contado? ¿Es linda? ¿Te habló? ¿Cómo se llama?.
Val: -Tranquila, Mady- la sacudió para que se quedara callada-. Yo también quedé estupefacta cuando lo supe.
Mady: -Es increíble-dijo la rubia-. Nunca pensé que fuera eso-añadió-. Cuéntamelo todo.
Val: -Se llama Juiana -comenzó ella-. Es hermosa, en serio, tiene un rostro perfecto, un cuerpo de infarto y su voz, tan fuerte pero a la vez dulce, es indescriptible-alzó los ojos al techo- Lupita y el Chino hicieron un gran trabajo con esa chica- Mady rió.
Mady: -¿Me la presentas?-preguntó.
Val: -No, estás loca-dijo dándole un leve golpe en el hombro.
Mady: -¡Hey!-gritó-. Tú eres mujer casada, déjamela a mí-se quejó apoyándose en el mostrador.
Val: -No, ni muerta-habló mientras se recogía el cabello en una coleta-. No vas a meterte con mi cuñada, así que mejor búscate a otra persona-le dijo. Mady bufó-. Es en serio Madeleine.
Mady: -No vuelvas a llamarme por mi nombre completo-se quejó- No estaría nada mal salir con ella pero esta bien no me acercaré a ella.. pero por favor, preséntamela-le sonrió. Valentina negó con la cabeza dándole a entender que no tenía remedio.Juliana entró a la oficina cuando el reloj marcaba las diez en punto, con portafolio en mano y cabello bien peinado. Encendió el ordenador y se sentó en su silla de escritorio.
Juls: -Buen día, Alice-le dijo y la rubia sonrió- ¿Qué me traes?
Alice: -Buen día, señora Valdés-le deseó ella sonriente-. Su padre me ha pedido que le entregue esto y dice que se ponga en contacto con él, cuanto antes-le informó-. Ha tenido que salir del país esta mañana por un negocio que no estaba previsto.
Juliana analizó los papeles que la secretaria de su padre le entregaba y luego alzó la mirada y le sonrió.
Juls: -Gracias, enseguida le llamo.
Ella sonriente, se retiró de la oficina para seguir trabajando en lo suyo. Juliana tomó un sorbo de café y comenzó a leer mails de los nuevos clientes de su padre.
Mateo: -¿Puedo pasar?-preguntó una familiar voz tras la puerta. Juliana observó al pelinegro y asintió-. ¿Cómo estás Juliana?
Juls: -Ocupada, ¿tú?-respondió secamente y sorbió de su café para luego seguir tecleando.
Mateo: -Bien, muy bien ¿Alice te ha avisado del viaje de papá?-preguntó. Juliana asintió y abrió otro mail-. ¿Estas enojada?.
Juls: -Mira, Mateo, si no tienes nada importante que decirme, retírate-dijo duramente mientras le dedicaba su mirada a su hermano.
Mateo: -Juliana, no quiero estar peleado contigo-le dijo-. Sabes que no he podido invitarte a mi boda porque…-fue interrumpido por la voz de Juliana.
Juls: -Dime, ¿Qué sientes si no te invito a mi boda?-le preguntó con ira en la mirada-. Mal, te sentirías mal-respondió a su pregunta él mismo. Mateo asintió.
Mateo: -Lo siento mucho.
Juls: -Está bien, gracias por sentirlo-dijo y pegó su mirada al ordenador-. Pero no me basta con eso.
Mateo: -Sabes que es difícil para mí pelear contigo, eres mi hermana menor y te quiero mucho.
Juls: -No dudo eso-le dijo sin dejar el tono frío de lado-. Y a mi me cuesta mucho tratarte mal luego de no haberte visto por años-admitió-. Eres dueño de invitar a quien quieras a tu boda, pero soy tu hermana, tendrías que por lo menos haberte dado cuenta que eso iba a dolerme.
Mateo: -Lo sé, lo siento mucho-confesó adolorido por las palabras de su hermana-. Hemos perdido mucho tiempo alejados, dejemos esto de lado y llevémonos bien.
Juls: -¿Crees que será fácil olvidarme de esto?-le preguntó-. Sabes que soy una mujer resentida. Mateo tragó saliva y bajó la mirada mientras se sentaba frente a su hermana, del otro lado del escritorio.
Mateo: -Bueno, lo comprendo a la perfección-admitió- Espero no estés enojada con nosotros para siempre.
Juls: -¿Nosotros?-preguntó. Mateo enarcando una ceja.
Mateo: -Con Valentina y conmigo-explicó. Juliana negó con la cabeza y luego respondió.
Juls: -Valentina no me ha hecho nada-le dijo-. Es más, esa parte de la historia también me duele-admitió-. No le has dicho nada de mi existencia, sobre alguna anécdota, juntos o me has nombrado frente a ella-negó con la cabeza-. Mateo, duele saber que tú hermano no te tiene en cuenta.
Mateo: -No es así, Juliana -explicó-. Pensé que ya no aparecerías más y sabiendo como es Valentina, preferí dejar las cosas en calma, sin nombrarte.
Juls: -Como digas-dijo-. Has lo que más te guste, es tu vida y no voy a meterme en ella, solo voy a aclararte que Valentina no me ha hecho nada y a ella no le guardo rencor.
Mateo: -Se lo haré saber-dijo.
Juls: -Puedes retirarte-pronunció fríamente y luego vio a su hermano salir de la oficina.Suspiró agotado, su hermano era un tremendo bastardo y desagradecido. Tantos momentos habían compartido y él le pagaba de esa manera; la noche anterior no había podido dormir casi nada sabiendo que ese día vería a su hermano y le costaba mucho saber que él no le tenía el mismo aprecio de hacía años.
Valentina caminó por la acera para buscar su automóvil a tres cuadras del lugar. Esa calle se llenaba los martes por la mañana y no había más remedio que dejar el coche lejos de la tienda. Caminó haciendo ruido con los tacones, se robó algunas mirada y paró en un quiosco por goma de mascar. Su móvil sonó haciéndola tirar el paquete de goma de mascar, al suelo. Tomó el móvil y atendió mientras levantaba la goma de mascar del suelo.
Mateo: -Hola, amor-dijo del otro lado.
Val: -Ah, Mateo-dijo ella mientras se apoyaba sobre una pared para abrir el paquete verde-. ¿A que se debe tú llamada?
Mateo: -¿Tiene que haber razón para que te llame?-preguntó él.
Val: -Sé que la hay-le dijo ella-. Y no me salgas con que es escuchar mi voz porque no te la crees ni tú-dijo ella haciéndolo reír.
Mateo: -Tienes razón-carcajeó-. Te llamo para avisarte que pasaré la tarde con mis amigos en casa de Christopher.
Val: -Bueno, que estés bien. ¿Llegarás a cenar?
Mateo: -Si, espérame con la mesa preparada-casi ordenó él.
Val: -Como digas, hasta luego Mateo-dijo antes de finalizar la llamada.Acababa de almorzar con Mady y luego no tenía planes. Se metió la golosina a la boca y mascando comenzó a caminar lo que quedaba para llegar a su coche. Llegó a casa y se tumbó en el sillón a ver televisión. Su vida era monótona, sus días no eran muy distintos a medida que se sucedían y no tenía nada mejor que hacer que ver televisión.
A las nueve y media de la noche, la oscuridad ya caía sobre Mexico y Valentina preparaba la cena para ella y su esposo. Acomodó los platos sobre la mesa de vidrio del comedor y colocó vasos delate de ellos. Sonrió, estaba lista y bien preparada, buscó el pollo a la cacerola y lo sirvió en cada uno de los platos. Mateo no podía tardar más, se sentó a esperarlo y tomó de su vaso mientras observaba el reloj de pared.
Cuando las agujas del reloj marcaron las diez cuarenta y cinco, Valentina decidió que no lo esperaría más y comenzaría a comer. Una vez más, Mateo le había fallado, su querido esposo llegó a las tres y media de la mañana pasado de copas, Valentina lo obligó a darse una ducha helada, a la que él se resistió por unos cuantos minutos y luego, accedió a darse la ducha, sin más remedio.
Ella recogió la ropa del suelo y bajó la escalera para llevarla a la lavandería, tiró la ropa en el cesto de la ropa sucia y vio el cuello de la camisa blanca, tiznado con un rosa suave, la tomó en sus manos y lo observó un rato. Ella era mujer y no podría haber confundido el color de un labial, frunció el ceño y tiró la camisa al suelo, subió las escaleras hecha una furia y se encontró a Mateo tumbado en la cama, durmiendo como un angelito. Respiró entrecortadamente y salió de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Eres Mi Amor Prohibido
FanfictionValentina Carvajal, la joven de veinticuatro años, la chica que creía haberse enamorado del Valdés correcto. Tal vez solo podía pensarlo teniendo a Juliana alejada de ella, sin saber de su existencia. ¿Pero que pasaba si Juliana entraba en su vida d...