『ATEEZ Reactions』

Wooyoung. ❞

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En donde Wooyoung tiene extraños negocios con la mafia, solo para su disfrute personal y al ser poderoso, adinerado, sexy y muy atractivo, tiene beneficios que no cualquiera puede tener.

¿Cuales son esos beneficios? Noche en bares, mujeres, última tecnología, comida ilimitada, espacios privados y muchos edificios.

―Quién fue la última persona que vino a la casa? ―pregunta uno de los guardaespaldas del chico.

―No lo sé!, no recuerdo, ni siquiera sé si era chico o chica.

― Ha estado acostándose con quien sabe quien. Debe tener más cuidado jefe.

Por otro lado...

―Señorita Eunji, se le solicita en la sala del capitán. ―dicen por el altavoz.

―Y bien? Pudiste encontrar información importante? ―Eunji no daba respuesta, algo pasaba por su cabeza que la desconcertaba.

―No, nadie debe saber esto... nadie, algo tengo que hacer con esta cosa!.. esconderla?, botarla?, quemarla?! ―Eunji entraba en pánico―no puedo hacerlo, fue tan... maravilloso.. ―esta se tumba en la cama recordando lo sucedido.

―Ya estas contenta eh?―continúa agresivamente.

Éste, tomaba control de la chica hasta más no poder, sacudiendo su cuerpo de atrás hacía adelante, tocando su punto más de una vez. Eunji gemía sin parar, llenando los oídos del chico.

Ambos estaban confundidos, Wooyoung no sabía quién era ella, y ella no sabía quién era él, pero no les importaba, Eunji estaba bajo un trance, que le era imposible recordar como llegó a esa situación. Tan solo tenía una misión que hacer y no la logró por haber caído en las manos del chico.

―Señorita... oiga! ―grita el oficial al mando.

―Disculpe capitán, n-no pude. La misión fue fallida. ―dice la chica cabizbaja nerviosa, algo escondía.

―¡¿Cómo que fue fallida!? Una sola tarea señorita, una sola, y no la pudo completar? ―gritó nuevamente.

―Lo siento. ―responde ella.

―No aceptaré sus disculpas como pago, usted deberá completar su misión, a menos que no se sienta capacitada para esta labor y tengamos que mandar a otra chica en su lugar. ―Eunji tomó conciencia.

―No!... disculpe, yo puedo hacerlo,esta vez lo haré, téngalo por seguro capitán.

Eunji trabajaba en la comisaría de Seúl como detective en jefe, una de sus misiones era infiltrarse en la casa de uno de los mafiosos más misteriosos de la zona. Wooyoung tan solo había encontrado esa chica en su casa sin razón aparente divagando, estando borracho solo pensaba con su segunda cabeza y en donde ponerla.

De nuevo en la misión, Eunji estaba más nerviosa, la primera vez que fue estaba emocionada por ser una investigación que quería hacer desde hace tiempo, ahora solo quería tirar la toalla e irse, no quería volver a ser encontrada por él.

Ya en la puerta de aquella mansión los guardias solo le dieron una vista y la dejaron entrar, al parecer ellos la reconocían, ella solo pasó después de una mínima reverencia, y ya! Tan fácil fue.

Pasaba por aquellos largos pasillos, pisos relucientes de mármol negro pulido,  plantas de las más costosas, pinturas y mucha decoración minimalista. Se sentía como la casa del mismísimo presidente. Mientras se acercaba a unas gigantes puertas unas voces discutían, pero no discutían como tal, solo hablaban alto, fue el momento perfecto para comenzar a recopilar información con su teléfono.