『ATEEZ Reactions』

S&S.

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Entre más lo leas, más trágico se vuelve, pero al final de la tormenta siempre sale el sol. 

Un año atrás... 

Eunji nacida en el 98 había congeniado una relación unilateral con Choi San, un año menor a ella. Todo comenzó en el bachillerato, cuando estos apenas se conocían y su única forma de comunicación era a través de las miradas tímidas, él era un chico muy bueno, pero sus sentimientos eran muy variados y confusos, durante varios años estuvo enamorado de las dos mismas chicas. Al final decidió volverse cercano a Eunji, la cual lo dejó entrar en su corazón. 

Eran amigos que se gustaban pero ninguno de los dos hacía algo al respecto, así que por tiempo solo se mantenía como amigos. 

Presente...

Al momento de entrar en la universidad, todo marchó bien por unos dos meses de haber empezado el año, pero luego Eunji abandonó la escuela sin razón, días después todos supieron esa razón, su madre había fallecido en un accidente doméstico.

Se ausentó durante todo un año escolar y volvió el próximo. La relación de estos dos se mantuvo gracias a Eunji, que básicamente era la cuidaba de ella, San no estaba tan pendiente.

Ella daba todo por él y nunca recibía nada a cambio, tampoco era que lo esperaba, pero si era bastante decepcionante, Eunji siempre se excusaba de que "él es así", pero estaba muy equivocada. Los únicos familiares que conocía de él eran sus padres, que se los encontró de casualidad en el camino, mientras que San conocía toda la familia de Eunji, primos, tíos, abuelos, sobrinos, todos, tomando en cuenta que sólo tenían meses de relación "estable".

Pero, a San aún lo buscaba su ex novia, una novia que tuvo durante la ausencia de Eunji en la Universidad, era dos años menor que él así que terminaron meses antes de que Eunji volviera el lugar.

Lo peor de todo es que el chico solo sale con Eunji porque sabe que ella gusta de él. Era de estos chicos que le importaba un comino los sentimientos de las chicas con quienes salía, esto se debe a que la relación anterior que tuvo, la cual no terminó nada bien, comenzó a darle menos importancia a esas cosas, ahora solo quería alguien con quien no sentirse solo.

Eunji no sabía nada de esto, así que pensaba que era normal y debía soportar sus actitudes tontas. Aún así, lo quería, y daba todo de sí sin esperar nada a cambio. Las veces que San estuvo mal de salud, ella estuvo con él, las veces que San necesitaba compañía, ella estuvo con él.

Sin embargo, San no era siempre así, a veces su otro yo salía a la luz al darse cuenta de la gran persona que tenía. Esto se hizo más notorio cuando el chico tuvo un accidente en su moto, lo que lo dejó con un esguince en su pierna durante un mes.

―¿cómo estás hoy? ―pregunta Eunji sentándose a su lado sobre la cama. Él mira hacia abajo sin hacer contacto visual, al parecer estaba tímido por estar tan vulnerable.

―Supongo que igual que ayer. Mejor. ―sonrió forzosamente. ―y tú? ―Eunji lo mira con cierto asombro, San en el tiempo que llevaban juntos nunca le preguntó cómo estaba. Rió avergonzada.

―También estoy bien, pero ahora solo eres tú quien importa. ―tocó su mejilla con miedo a ser rechazada, pero este se inmutó y sólo se relajó al sentir tu tacto.

Luego de que San bebiera su sopa favorita hecha por ella, se quedó dormido toda la noche, a Eunji le costaba conciliar siquiera una siesta porque el teléfono de él sonaba a cada rato. No quería cometer el error de tener que revisarlo (a pesar de no tener acceso) pero era imposible no molestarse por la pantalla incandescente prendiendo a cada rato.