Mingi.

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"Ateez en una mansión embrujada, literalmente."

Pronto saldría al aire un nuevo programa de los chicos en una mansión donde realizarían varias actividades divertidas y misteriosas, el objetivo final, nadie lo sabe, solo más contenido para los fans. Esta mansión fue elegida al azar y de casualidad era una de las más grande y lejanas del mapa, muchos residentes antiguos habían abandonado esta casa por razones desconocidas y los agentes inmobiliario solo daban una información no muy vasta. 

Los chicos no estaban seguros de a donde se dirigían pero si a lo que iban, solo grabarían un nuevo reality, ¿qué mal podría pasar? 

Los primeros días todo estaba normal, grabaron algunos capítulos con bastante éxito y diversión así que no había de que preocuparse. Lo extraño comenzó a suceder al tercer día, el miércoles a la hora de dormir. Mingi era roommate con Wooyoung y Eunji dormía sola en la habitación de al lado. Esa noche ella jugaba en su teléfono online, al igual que Mingi, cada uno en su habitación a solas, los chicos no toleraban a estos dos gritándole a un aparato a cada segundo, así que mejor se iban de ahí. 

Mientras Eunji jugaba sin darle importancia a lo que le rodeaba, su ropa en el armario abierto hizo un mínimo movimiento, tanto como no ser notado, pero de tanto moverse se cayeron un par de prendas, ella al escuchar el sonido cayó en cuenta que eso no fue normal, se angustió un poco, se levantó con flojera, lo recogió y lo dejó sobre la silla, dentro de ella pensó y pensó, pero su lado escéptico la calmaba. Esta vez se acostó boca abajo sobre la cama, prefería no ver lo que tenía al frente, siguió jugando pero los escalofríos eran inevitables.

―Mingi ―dijo por el micrófono y él contestó del otro lado.― hace unos segundos se cayeron unas prendas del armario, se cayeron de la vergüenza de tu perdida. ―rieron fuerte.

―¡Deja de joderme, justo ahora iré a matarte! ―Eunji rió pero echó un vistazo a sus espaldas para asegurarse de que todo ande normal. Durante toda la siguiente partida Eunji se mantuvo en silencio, ya no comentaba o gritaba, la inquietud no la dejaba. 

―¿Eunji, estas ahí? ―pregunta Mingi. 

―Claro, tonto. 

―Parece que te comieron la lengua ―ríe. 

Eunji solo no tenía ganas de hablar, la ansiedad se le subía por la nuca cuando podía escuchar los ganchos de ropa chocar dentro del armario, comenzaba a sentir su respiración costarle y aumentara su ritmo cardíaco del miedo.

―Mingi.. ―dice bajo― voy a tu habitación. ―toma su cargador, su almohada de peluche y sale del lugar a paso apresurado, su piel erizada no se iba por nada, esto realmente la angustiaba.

―¿Qué pasó, por qué viniste? ―dice Mingi quien se encontraba echado sobre la cama.

―Perdí la conexión ―ríe nerviosa― 

―¿Cómo? la conexión es buena aquí― la ventana que se encontraba cerca del espaldar de la cama comenzó hacer un sonido, Eunji nerviosa no alcanzó a ver nada afuera, se miraron y Mingi rió. 

La actitud de Eunji fue cada vez más fría, se sentó justo al lado del chico de lo nerviosa que estaba y siguió jugando para distraer la mente. 

De repente, ambos observaron detalladamente como la puerta de la habitación se movía sola, como si fuera halada con un pequeño hilo en la perilla, ambos se levantaron extrañados ya que no había corriente de aire en el lugar. 

『ATEEZ Reactions』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora