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- Lo sé, Hyung, pero aún así pienso que debería esforzarse más en clases.

- No lo se Johnny.- Respondió Jaehyun al chico que se encontraba en la otra línea.- Me da flojera.

Caminó a la cocina, abriendo el refrigerador y notando que la torta que había guardado la noche pasada ya no estaba.

"Ah, ¿Es enserio?" Pensó cerrando la puerta, fue la sillón a recostarse y prendió la televisión.

- Flojera, pero para otras cosas no eres nada flojo.

- Eh, guarda respeto, niño.

- Lo siento, viejo.

Jaehyun sonrió.

Eran las siete de la mañana, y su hambre había provocado que llame a Johnny, normalmente ese niño lo distraía lo suficiente en clase, así que podía distraerlo de su hambre también. Pero al parecer no así podía sobrevivir.

Hacía un frío infernal, y gracias a todos los astros era sábado. Pero un chico de piel suave parecía no tener ni una pizca de frío al andar con solo una camisa grande, ignorando la mirada del mayor.

Jaehyun vio como el descarado se metía a la cocina en busca de algo de comer, y luego bufaba al darse cuenta que solo habían frutas. Tomando un plátano con resignación y una botella de leche fresca.

Doyoung salió de aquel lugar, sin mirarlo, y se sentó en el otro sillón empezando a jugar con su celular mientras comía.

- Te comiste mi torta, ¿Verdad?

- ¿Qué? Claro que no hyung.

- No te hablaba a ti, Johnny.

Jaehyun miró de mala manera al chico que ahora lo observaba desde el otro sillón con una medía sonrisa, fingiendo ser el supuesto chico inocente que dijo ser cuando se presentó antes de mudarse con el.

- Huh, ¿Entonces su compañero ya se levantó? ¿Por qué se levantan tan temprano? Ustedes los viejos raros.

Doyoung metió el plátano en su boca lentamente, casi la mitad de esa gran fruta sin desvíar la mirada de los ojos de su hyung.

¿Cómo podía caber tanto en su boca?

- Ah... - murmuró Jaehyun tragando duro y mirando al menor comer tranquilamente, esta vez Doyoung observaba su celular.

El joven tomo un poco de su refrescó.
Despreocupadamente, mirando la pantalla y sin prestar atención a si el mayor lo miraba o si pequeñas gotas de aquel refrescó blanco caían por sus labios.

- Deberías ponerte algo debajo y dejar de andar con ropa interior, alguien puede venir y verte.

Doyoung se lamió los labios, levantando la vista hacia el mayor, este último creía que se iba a quedar callado como siempre, ignorándolo.

- ¿Le incómoda? - pregunto en un murmuró, dejando frío a Jaehyun con los recuerdos.

"Tomé un sorbo de la taza de mis demonios."

tóxico ; jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora