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"El invierno llego y con el llegaste tú"

La noche descansa sobre el pueblo, la gente duerme en sus casas bajo las mantas cálidas y suaves, el reloj marcaba las dos de la mañana, nuevamente su vista se posaba por la ventana a donde se encuentra la casa de huéspedes, le gustaba esa época porque podía ver la casa sin que las hojas del árbol que esta junto a su ventana le impidieran la vista, la luz de afuera permanecía prendida iluminando la entrada tenuemente, un café son su compañía en esa larga y fría noche. Había pasado un solo día desde que el invierno llego como cada año, abrazando al pueblo con sus vientos que congelaban y estremecían la piel, cuyas temporadas su persona especial suele regresar a casa con su familia, conforme las hojas del árbol se cayeron conto los días, conto las horas y no llego como suele hacerlo con cada invierno.

Tal vez su vuelo se retrasó, pensaba detalladamente, tuvo algo importante que hacer o solo no regresaría a casa esa temporada. Su mente paso la noche creando todo tipo de razones por la cual la persona vendría a casa con su familia, al estar en su cama miraba el techo de su habitación recordando la última vez que lo vio, cerro sus ojos y suspiro largamente, miro su habitación, el sueño le invadió más tarde y sus ojos se cerraron con el paso de las horas.

La mañana llego rápido, su madre y su padre trabajaban en el lago congelado del pueblo, el cual, con la llegada del invierno, se congelo y para sus padres se convirtió en una pista de hielo y algunos turistas que visitaban el pueblo les gustaba patinar para disfrutar un momento, esa mañana la sentía diferente, sabía que aquel chico no estaba en casa, solo su familia permanecía ahí y pocas veces se les veía en el pueblo.

Luego de salir afuera de la librería se dirigió a ayudar a sus padres ya que se encontraba mucha gente en la pista, más de lo habitual y necesitaban de alguien para cuidar a los niños pequeños y guiarlos dentro con sus carritos de soporte, entonces recordó a ese chico y como le gusta cuidar a su hermana pequeña, solía jugar con ella en la nieve por horas sin cansarse, miro a la casa de huéspedes y sus latidos del corazón se frenaron a un ritmo más lento. Un carro se dirigía a aquella casa, paso frente a la librería y observo como se detuvo por unos segundos, después continuo su camino, freno frente a la casa y la dueña una anciana de gran edad salió acompañada de una niña, la puerta del carro se abrió y entonces pudo verlo ahí y como corría a las dos personas que esperaban su llegada con anhelo, las abrazo y tal vez hasta lágrimas soltaron por el momento de reunirse nuevamente, la felicidad se podía sentir en ese momento al estar los tres juntos nuevamente. Y a pesar de la distancia a la que se encontraban uno del otro ambos podían sentir la felicidad, él podía ver como sonreía de tener a su familia consigo y saber que estaban esperando por su llegada, entro a la casa acompañado de ellas, el tiempo para él azabache que los miraba a lo lejos se detuvo como si viajara a otra dimensión que no es real, poco a poco recupero su ritmo y regreso a la realidad.

Sentía una gran felicidad y también un gran miedo pues ahora que sabe que regreso supo que con él trajo todos aquello sentimientos que creyó ya no existentes hasta ahora, hasta ese momento, aquellos sentimientos que se llevó la última vez con la llegada de la primavera. Esta vez el invierno llego y con el llego el chico, pero no solo, los sentimientos del azabache regresaron en las maletas de su pequeño, oso de invierno.

Después de un largo día de trabajar en el lago con sus padres; aquel chico no salió nuevamente de su casa, el azabache se encontraba en la librería mirando la ventana, entonces se percató de la luz encendida en la habitación de aquel chico.

Él no podía creer que estaba aquí después de mucho tiempo, su mente aun no asimila eso del todo, la puerta de su casa se abrió y miro como el chico salía y caminaba a su carro, miro su reflejo en la ventana de la puerta y después miro hacia donde está la librería, empezó a caminar y conforme se acercaba, el corazón del azabache latió lentamente como esa misma mañana al verlo, el aire le faltaba, sus piernas temblaron y se quedó quieto como el hielo, estando al filo de la calle justo a unos metros de la entrada de la librería y entonces se detuvo y noto como la miro con detalle, cada parte, tal vez recordaba el lugar pero no como ahora lo está, miro una última vez y camino a la parte trasera de la librería, el bosque es demasiado grande y de noche suele ser peligroso, el azabache lo siguió con la mirada desde la ventana hasta que lo perdió de vista, la sensación de miedo le invadió, la noche es fría y el bosque es demasiado oscuro, peligroso y grande si algo le pasaba estando ahí sería difícil que lo encontraran esa misma noche. Se puso de pie de su lugar, tomo su abrigo y una linterna, salió de la librería y camine al bosque, entro en este y el frio invadía su cuerpo cada vez más conforme se adentraba, sabía dónde encontrarlo y así fue, lo encontró, estaba sentado en las mesas del bosque donde solía venir con sus padres a comer cada fin de semana, su vista se encontraba perdida en algún lugar del bosque, sabía que algunos recuerdos llegaban a su mente.

Le observo por mucho tiempo perdiéndose él también, no elaboraban ningún movimiento solo permanecían quietos en sus lugares, después de algunos minutos reaccionaron, el azabache noto como el chico se puso de pie y caminaba fuera del bosque perdido entre sus pensamientos, le siguió a unos metros de distancia, salieron del bosque y empezó a caminar hacia el lago congelado, al llegar ahí se detuvo y miro como leía el letrero "Pista de Hielo, Pan con chocolate" el azabache puse el nombre, sonrió al ver que una sonrisa se formó los labios del chico, decidido camino a él y el chico se giró al escuchar unos pasos contra el piso, entonces pudieron ver sus caras, sus ojos, cada facción de sus rostros, la grabaron delicadamente como si jamás volvieran a verse, el chico quito la vista del azabache y después la regreso, el miedo les invadió en todo su cuerpo, les invadió como el frio que sentían en esos momentos, entonces el chico hablo.

—Hola Jungkook, tanto tiempo. —Dijo con esa voz dulce y tranquila, lo que hizo que Jungkook sintiera todo su cuerpo fallar.

—Hola hyung. —Respondió suavemente, sabía que su cara fue de sorpresa, tenía miedo y se sentía muy vulnerable ante tu presencia.

—¿Por qué Pan con chocolate? —Pregunto y miro el cartel, Jungkook sonreí ante su pregunta.

—El Pan y el chocolate son cosas dulces y lo dulce hace feliz a la gente y aquí se siente mucha felicidad cuando la gente viene a patinar. —Dijo y lo labios de Taehyung formaron una sonrisa ante sus palabras, lo que hizo que la sonrisa de él lo contagiara y que sus labios formaron una sonrisa también.

Esa noche, su corazón latió fuertemente, como si quisiera salirse de su pecho corriendo, después de tanto tiempo pudo volver a sentirlo así, Taehyung lo hace latir a esa intensidad y Jungkook no sabe por cuánto tiempo se sentiré así.

Esa noche, su corazón latió fuertemente, como si quisiera salirse de su pecho corriendo, después de tanto tiempo pudo volver a sentirlo así, Taehyung lo hace latir a esa intensidad y Jungkook no sabe por cuánto tiempo se sentiré así

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Winter Bear. ¹(Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora