CAPÍTULO 12 JUNTOS DE NUEVO

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Maratón 3 de 3

Isabela estaba sorprendida del paisaje tan hermoso que veía a su paso, sin duda ese era el lugar más privilegiado de toda la región, la prosperidad se veía por todas partes, pasaron por enfrente de la casa principal, tan grande y majestuosa como todo lo que la rodeaba, pero no se detuvieron, se adentraron aún más allá, después de varios minutos de camino divisó otra vivienda era hermosa y majestuosa como la anterior, pero era menos de la mitad de grande.

Se sorprendió cuando se dirigieron hacia ella, afuera se apreciaban varias camionetas estacionadas y por los alrededores hombres armados vigilando.

Un escalofrío la sobrecogió. Cuando se detuvieron, esperó y se sorprendió de que le prestaran ayuda para bajar de la camioneta y que la tratarán con amabilidad y no a gritos y empujones.

En la entrada principal un hombre armado abrió la puerta por ella y la invitó a pasar, la seguían los hombres que la habían trasladado hasta ese lugar.

*****
Rogelio abrazó a su esposa al escuchar como varias camionetas llegaban y se estacionaban, seguramente sería Roque que iba a cumplir su promesa de deshacerse de ellos.

_ No me sueltes. - dijo ella aferrándose a él. _ si hemos de morir que sea juntos, no dejes que nos separen. - sollozó.

_ No te dejaré. - apretó su abrazo, deseaba con toda su alma poder tener también a su hija con él y poder defenderla.

Escucharon voces y Rogelio se apresuró a poner el seguro a la puerta, luego se recriminó, no servía de nada, si esos hombres quisieran, la derribarían o con un simple disparo la chapa volaría en pedazo.

Ambos se sentaron en la cama a esperar.

*****
Isabelle entró, en el interior se hallaban dos hombres armados como los demás, saludaron a los recién llegados y a ella la miraron con curiosidad.

_ ¿En dónde tienen a los otros? - interrogó uno de los recién llegados.

_ Están en la recamara, no han querido salir de ahí, ¿Quieres que los traiga?

_ No. - contestó. _ya se encargará el jefe de ellos. _ nosotros nos tenemos que marchar, la chica se va a quedar, no sé qué planes tenga el jefe con ella, pero trátenla bien, nos advirtió que no quería que nada malo le pasara. Probablemente esté aquí para esra noche.

_Bien. - dijo el otro hombre. _nos haremos cargo.

Una vez que los hombres se hubieron marchado, el que había hablado le ofreció algo de comer, ella aceptó porque se encontraba hambrienta y no estaba segura de que después alguien le permitiera comer algo, no esperaba que el hombre que había pagado por ella se fuera a preocupar por sus necesidades.

Una vez que terminó, deseó poder hablar con otra persona, por lo que escuchó, tenían a más gente cautiva en ese lugar, quizás fueran más chicas como ella.

_ ¿Hay más gente en este lugar? - preguntó sabiendo la respuesta.

_ Si. - contestó el mismo hombre. _es una pareja, están en la recamara. - señaló una de varias recamaras.

_ ¿Podría hablar con ellos? - preguntó pensando que obtendría una negativa.

_ Si puede. Pero no creo que ellos quieran, no han querido salir de ahí.

Isabelle se acercó a la puerta y tocó con suavidad.

_ ¿Puedo pasar? - preguntó moviendo la chapa de la puerta, la cual estaba asegurada.

Luego de unos momentos de incertidumbre la puerta se abrió de golpe.

Isabelle no podía creer lo que veía, eran sus padres, ellos tan sorprendidos como ella se unieron en un fuerte abrazo. Habían escuchado la voz de su hija y ahora los tres lloraban de alegría, ninguno daba crédito a lo que estaba sucediendo.

Los hombres que vigilaban estaban igual de sorprendidos ante el espectáculo, luego decidieron salir y darles privacidad.

_ ¿Cómo es que estas aquí? - preguntó su padre. _tu tío aseguró que te había vendido a un mafioso.

_ Lo hizo. - confirmó ella, estuve ahí cuando le pagó y me entregó a él, sus hombres me trajeron hasta este lugar.

_ Deben de estar unidos. - dijo Rogelio. _porque tu tío fue quien nos envió hasta aquí.

_ Entonces no han de tardar en venir por nosotros. - dijo ella con nerviosismo mirando a su alrededor buscando por donde poder escapar.

_ No existe forma de huir. - dijo su padre. _ ya busqué y no hay posibilidades, además la casa está rodeada de día y de noche y en todos los alrededores hay hombres armados.

_ Ahora que estamos juntos. - dijo ella. _ lucharemos, mi tío no es invencible, solo hay que esperar a que esté delante de nosotros. - pensó en el arma que Miguel le había entregado y que nadie sabía que traía.

¡Miguel! ¿en dónde estaría?, si él estuviera ahí otra cosa sería, pero lo había perdido y seguramente él no tenía forma de encontrarla.

Le había prometido que rescataría, a sus padres, si supiera que ya estaban juntos, aunque no eran libres todavía.

*****
Oscurecía ya cuando Miguel entró a los límites del rancho principal de Lorenzo, todo seguía igual de majestuoso que como lo recordaba, siguió adelante y se internó en el bosque, su casa estaba más adelante, no era pequeña, pero tampoco tan grande como la de Lorenzo, ni como la que sus padres le habían dejado, pero esta era en donde él era feliz, en donde había vivido la mayor parte de su vida adulta y la que estaba diseñada, a su gusto, no necesitaba más, aunque pudiera permitírselo.

Con satisfacción verifico que sus órdenes se hubiesen cumplido, el lugar estaba prácticamente blindado, se dio cuenta de que era prácticamente imposible que alguien entrará o saliera sin su consentimiento. Cuando se acercó a la puerta le pidió al hombre que permanecía ahí, se retirara, él obedeció, en el interior solo pudo ver a dos de sus hombres que también vigilaban, con una seña le indicaron que la gente se encontraba en la recamara, el agradeció y los despidió. Ambos salieron.

Miguel miró a su alrededor, todo estaba limpio y en orden, hacia alrededor de dos años que había salido de ahí para emprender una nueva vida con Lorenzo y su nueva familia, dos años que habían pasado con rapidez, pensó que no volvería para quedarse, pero ahora se lo estaba planteando, dependía de cómo se dieran las cosas.

Después de una inspección fugaz se dirigió hacia la habitación que sus hombres le habían señalado.

Tocó en varias ocasiones, pero al no obtener respuesta tomó el picaporte de la puerta y lo giró.

Nunca se esperó lo que vino después.

El frío cañón de un revolver estaba pegado a su cabeza.

*****
Dentro de la habitación nadie se esperó lo que sucedió.

Isabelle corrió hacia la puerta cuando escucho el picaporte girando, sacó el arma que Miguel le había dado y se posicionó, lo hacía ahora o nunca.

Ella y sus padres habían escuchado las camionetas llegar, luego habían escuchado voces en el interior de la casa y por último la puerta se abría, ella apuntó a ciegas, sintió que el arma chocaba contra la cabeza de su tío y jaló del gatillo.

Nota: Final del maratón, Espero haya sido de su agrado. Saludos.

RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora