RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRA

CAPÍTULO 28 HOSTILIDADES

Rogelio se encontraba en el exterior del hospital, era tarde, su hija había sido atendida de inmediato, ahora descansaba en una habitación privada, con toda la tecnología, a su disposición, Miguel la había llevado a la mejor clínica de la ciudad, el helicóptero había aterrizado en el helipuerto en la parte superior de éste, en donde ya la esperaban, nunca pensó que un hombre como él tuviera conexiones en el mundo exterior, ni que supiera de hospitales o de cualquier otra cosa de gente de clase social alta, de hecho esto le recordaba que tenía que ver cómo iba a pagar un lugar como ese, su hija había estado apenas unas horas ahí y la cuenta ya era estratosférica, y si bien él no era pobre y su rancho estaba prosperando, aún no daba para, cubrir esas cantidades y no verse afectado en sus finanzas.

Por otro lado, estaba en una disyuntiva, sabía que tenía mucho que agradecerle a Miguel por lo que había hecho por ellos y su hija y porque no importaba que sucediera el pareciese que siempre estaba para ellos. Pero esa mañana Isabelle les había confesado algo que él se negaba a creer y que deseaba con toda su alma que sólo hubiese sido producto de su delirio por la fiebre. Aun así, tenía que aclararlo y lo haría en cuanto tuviera oportunidad.

*****
Miguel recibió el golpe en pleno rostro. Fue duro, pero sólo logró tambalearlo, se recompuso sólo para ver la furia reflejada en el rostro de Rogelio.

_Te aprovechaste de ella. - gritó cuando él le confirmó que efectivamente se había casado con su hija

Él se quedó quieto era la segunda vez que permitía que ese hombre le pusiera una mano encima y como la vez anterior no tomaría represalias, no porque no quisiera hacerlo, sino porque no quería lastimarla a ella. De lo que sí estaba seguro era de que no permitiría que volviera a suceder.

_ Solo se trata de la firma en un papel. - dijo deteniendo un segundo golpe.

La gente que pasaba a un lado de ellos los miraba con curiosidad, pero seguían de largo apresurado el paso.

_ ¡Abusaste de ella, de su confianza! - le recriminó furioso.

_ Ella no ha sido mi mujer. - dijo sujetándolo molesto para que no tirara más golpes. _si es eso lo que te molesta.

_ ¿Si es lo que me molesta? - repitió colérico. _lo que me molesta, es que la hayas utilizado, te aprovechaste de su inocencia, de su ingenuidad, me pregunto ¿qué fue lo que le prometiste a cambio?

_ ¡Basta! - exclamó Miguel tenso, no quería ser grosero ni faltarle al respeto, pero se lo estaba poniendo difícil. _este no es el lugar ni el momento.

_ ¿Y cuál según tú son el lugar y el momento? - estalló. _ no creas que porque nos estás ayudando te vas a salir con la tuya.

_ Bajé porque su hija necesita unos medicamentos y voy a comprarlos, así que, si quiere que siga perdiendo el tiempo, adelante. - lo retó. _siga.

Rogelio se quedó quieto, deseaba partirle la cara, pero ahora mismo era más importante la salud de su hija, así que se quedó callado, bajo los brazos y se hizo a un lado para dejar que Miguel continuará con su camino.

*****
Miguel deseaba, alejarse del lugar, de la situación, de todo, odiaba los hospitales, había vivido parte de su vida en uno... en ese... odiaba, sentirse atrapado en esa situación, Rogelio no lo dejaría en paz y el no dejaría a Isabelle en medio de ese problema, los médicos habían dicho
que se encontraba delicada de salud, pero que se recuperaría.

Aprovechó que Rogelio estaba en su hora de comida para estar un tiempo al lado de ella, tenía la ventaja de que él era muy metódico y que tenía sus horarios bien establecidos, lo que lo hacía muy predecible y el aprovechaba cada oportunidad, después cuando su madre estuviese ahí iba a ser imposible verla porque seguramente ella no se despegaría de su lado o se turnarían para cuidarla.

La miro con desesperanza, su estado empezaba a tener una muy leve mejoría, y eso le daba paz, se pondría bien, había pensado en que podía marcharse ahora, pero ¿y si algo se complicaba?, prefería mejor estar cerca y no arriesgarse, era incomodo porque sabía la aversión que Rogelio sentía por él, además existía la posibilidad de que volviera a atacarlo, así que siempre necesitaba permanecer en alerta. Lo cual no le importaba, estaba acostumbrado a ello.

*****
Miguel se encontraba en el pasillo cuando Rogelio salió de la salita de espera contigua al cuarto de su hija, estaba recargado en la pared con la mirada perdida. No se dio cuenta de su presencia, como tampoco se dio cuenta de cómo todo el personal que pasaba a su lado lo miraban con detenimiento y luego hablaban entre ellos una vez que lo dejaban atrás. Rogelio ya se había dado cuenta de esta extraña situación, porque no era la primera vez que sucedía, nadie decía nada, solo lo miraban, alguna que otra persona le sonreía y él les devolvía la sonrisa con una inclinación de cabeza en forma de saludo, pero eso era todo.

Cuando pasó a su lado uno de los enfermeros que atendía a su hija e igual que los demás lo miró, le sonrió y siguió su camino, se apresuró a alcanzarlo.

_Disculpe. - llegó a su lado y empezó a caminar a la par que él.
_ ¿puedo hablar un momento con usted?

_ Es la hora de mi desayuno - dijo con amabilidad. _si gusta acompañarme a la cafetería del hospital.

El asintió y lo siguió.

_ Su hija va a estar bien. - dijo el enfermero una vez estuvieron sentados ante una mesa.

_ Gracias por decírmelo. Pero no es de mi hija de quien quiero hablar.

Él lo miró extrañado.

_ Es del hombre que está con nosotros. - miró la sorpresa en su rostro.

_ ¿De Miguel? - preguntó sorprendido.

_ ¿Lo conoce?

_ En este hospital, ¿quién no lo conoce? - sonrió estuvo más de medio año internado aquí, sin contar los años que estuvo entrando y saliendo a causa de sus constantes cirugías y su rehabilitación. Pensé que lo sabía.

_ Si. - dijo. _ supe que estuvo internado, pero no sabía que había sido en éste lugar.

_ Fue todo un caso. - dijo el enfermero, primero porque nadie creía que fuera a sobrevivir y segundo por cómo sucedieron las cosas.