CAPÍTULO 26 CONFESIÓN

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_Por favor espera. - lo detuvo. _no hemos hablado.

_Creo que ya, se ha dicho suficiente. - dijo el sin volverse, luego siguió su camino rumbo a la puerta.

_ ¡No! ¡Por favor! - corrió y se interpuso entre él y la salida.

_ No deseo escuchar más. - insistió él. _ todo está dicho, soy lo que soy y eso no va a cambiar ni para ti, ni para tu familia. _ No pedí vivir esta vida, ni nacer en esta familia, ni en este ambiente, esto fue lo que aprendí y lo que mis padres me enseñaron ¿y si me preguntas? sí, si me arrepiento, pero eso no cambia lo que ya viví, lo que fui y lo que hice, y puedes hacer mil cosas buenas, pero la gente siempre va a recordar lo que hiciste mal, y discúlpame pero no quiero luchar contra eso, no quiero ir por la vida demostrando paso a paso que no soy lo que piensan, quien quiera verlo, va a ver como soy en realidad, no importa que haya en mi pasado.

Diciendo esto salió, se sentía triste y herido, ella jamás lo entendería, quizás siempre estuviera su acusación delante de él y no la culpaba, habían sido criados en circunstancias y ambientes muy diferentes, tanto como el día y la noche, como el bien y el mal, como la luz y las tinieblas, entendía que era una locura tratar de hacer compatible uno con lo otro.

Salió al aire frío, lo cual no alivió su ansiedad, esa sensación de fracaso, de esperar que las cosas mejoraran, pero que seguían estando tremendamente mal.

Organizó a su gente, hablo de nuevo con Julio advirtiéndole que una próxima no se la dejaría pasar, luego ordenó que tuvieran todo listo para partir, ya un contingente se había llevado a sus hombres y otro a los tres chicos que Julio le había entregado.

Julio sabía que no los volvería a ver y también sabía, que estaba corriendo con mucha suerte, Miguel no era de los que perdonaba tan fácilmente, quizás fuese verdad que se estaba ablandado, pero, aun así, no podía meterse con él si apreciaba su vida.

Cuando Miguel se acercó a la camioneta, Isabelle ya estaba ahí, se veía pálida y demacrada, pero aún así, su presencia resplandecía, se veía hermosa, angelical. No pudo negar que la amaba y que su peor temor era perderla, aunque ya lo había hecho.

Despachó a los hombres que lo acompañarían y los reubicó en otros vehículos. Luego subió del lado del conductor y emprendió la marcha de regreso.

_ Miguel. - rompió el silencio ella después de varios minutos de viaje. _ MI intención al ir a buscarte, era darte las gracias por lo que hiciste por mí y mi familia.

_ No fue nada. - dijo seco sin voltear a verla.

_ Y también por lo que hiciste cuando yo era pequeña.

_ Fue hace muchos años, solo cumplí una promesa. - trató de quitarle importancia.

_ ¡Salvaste nuestras vidas! - exclamó exasperada ante su indiferencia.

_ Ustedes no fueron los primeros, ni serán los últimos. - dijo resentido. _ pero ¿a quién le importa? Esas son cosas que no se van presumiendo y a la gente no le interesan, es más sustancioso ventilar las acciones malas, esas no se olvidan.

_ ¡Miguel! ¡Por favor! - suplicó. _MI intención era pedirte perdón.

_ ¿Perdón por qué? - se orilló a la carretera y detuvo la marcha. ¿Por decir la verdad? ¿Por expresar lo que sientes? - la miró a los ojos.

Ella estaba consternada, lo había herido y mucho.

_ Lo siento. - coloco su nano sobre la de él que tenía sobre el volante. _de verdad lo siento. - la retiro al sentir una corriente eléctrica surcar por su cuerpo. Él también se movió incómodo. _ no era mi intención ofenderte.

_ La verdad no ofende. - dijo suavizando su expresión, estaba siendo muy duro con ella. _cómo te dije antes no puedo cambiar lo que fui, pero intento ver hacia el futuro y no quiero cometer los mismos errores, tengo la oportunidad de salir de todo esto y es por eso que me marchó. No es por ti - mintió al ver la desesperanza reflejada en sus ojos. _es porque lo necesito y si somos sinceros, sé que he hecho mucho daño y soy el primero en lamentarlo, y eso te incluye a ti y tu familia. Lo siento de verdad. - tomó su mano. _ nunca pensé en decir esto, pero me enamoré de ti y por primera vez desearía borrar todo mi pasado y empezar de nuevo, pero como no puedo, solo voy a decirte que eres lo mejor que me pudo haber sucedido y que te recordaré siempre. - beso sus dedos con ternura. _ no quiero que te sientas mal, te entiendo, de verdad, no te juzgo, porque probablemente yo en tu lugar actuaría de la misma forma, eres una mujer maravillosa, quiero que seas feliz y conmigo rondándote dudo que lo logres, no te dejaría, porque no soportaría verte con otro hombre y no hacer nada. Así que este es un adiós. _beso fugazmente sus labios encendió el vehículo y emprendió de nuevo la marcha.

Ella estaba atónita con su confesión, pero no tenía palabras. ¿Le diría que también ella estaba enamorada? ¿que no le importaba lo que hubiera sido en el pasado? ¿que quería apoyarlo en sus nuevos proyectos? Pero ¿y sus padres? ¿Qué sería de ellos? ¿Podría dejarlos para seguirlo a él?

Guardó silencio.

El resto del camino permanecieron callados.

Ella estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que no se dio cuenta en que momento habían llegado al rancho de su padre, fue hasta que la camioneta se detuvo y su padre ya abría la puerta de su lado con aprehensión.

Antes de que descendiera ya la tenía rodeada con sus brazos.

A lo lejos miró a su madre que la esperaba con lágrimas en los ojos. Su padre la condujo hacia ella y los tres se abrazaron.

_Perdón. - dijo. _ no pensé las cosas. - lamento tanto haberlos preocupado.

_ No hija. - habló su padre. _yo tuve la culpa por ser tan testarudo, debí ser más tolerante y entender la situación, antes de juzgar.

_ Miguel no es malo. - dijo ella.

_Ahora lo sé. - contestó su padre. _sólo espero que me perdone. - buscó con la mirada al hombre que le había devuelto a su hija, pero ya no lo encontró.

Isabelle también lo buscó, pero se había marchado.

Desesperada corrió hacia donde la camioneta había desaparecido, pero era demasiado tarde.

El siempre cumplía su palabra y había dicho que se marcharía. Supo que no lo vería más y ni siquiera sabía hacia dónde se dirigía, nunca pensó que necesitaría saber a qué lugar la habían llevado aquellos hombres que la secuestraron en un principio y en donde él la había encontrado.

Se derrumbó como nunca lo había hecho y sus padres estuvieron ahí para consolarla.

RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora