EPÍLOGO 1a. Parte

6.6K 685 22
                                    

La noche era oscura, el cielo parecía desprenderse en pedazo, los relámpagos retumbaban y los vidrios parecía que estallarían en cualquier momento.

_ ¿Qué vamos a hacer? - gritó la madre de Isabelle asustada, se encontraban en medio de aquel vendaval solos sin energía eléctrica, con su hija a punto de dar a luz, aunque le faltaban dos semanas, y con su esposo incapacitado con un par de costilla rotas y un pie fracturado.

_ Es mi culpa. - lloró Isabelle desesperada. _debí escuchar a Miguel. Me lo advirtió, pero no conforme con desobedecerlo me vine enojada con él. Lo siento mamá. - se aferró a ella al sentir una nueva contracción. _ él no me va a perdonar si algo le pasa a nuestro bebé

_ Tranquilizante. - dijo su madre, cuando ella misma se hallaba desesperada, no sabía qué hacer, no podía salir a pedir ayuda, porque era imposible con ese tiempo, cualquier trabajador que pudiera localizar estarían en sus casas resguardándose de la tormenta, además nadie sabía que su hija estaba a punto de dar a luz.

Las cosas se complicaban porque en el rancho de Rogelio no había forma de establecer comunicación cuando el clima se ponía difícil lo que no sucedía en el rancho de Lorenzo, en donde él había ordenado que dejaran a su esposa, en donde si había más gente, en donde la tecnología, avanzada les permitía estar comunicados constantemente, en donde no había un río de por medio que les impidiera el paso en caso de necesitar salir de ahí de emergencia

Isabel se lamentó al pensar en todo eso. Hacía tres días había discutido con Miguel, el jamás le levantaba la voz, jamás la contradecía y ella trataba de no contrariarlo, pero en esta ocasión ninguno de los dos había querido ceder, ella deseaba acompañar a su madre desde el nuevo territorio de Lorenzo hasta el anterior para de ahí llegar al rancho de su padre, él había acudido días atrás para resolver algunas cuestiones, pero estando allá había sufrido un accidente, no era grave, pero no podían dejarlo solo, Miguel estuvo de acuerdo en que, su madre fuera a su lado, pero le prohibió a ella que lo hiciera, faltaban sólo dos semanas para que diera a luz, ella alegaba que irían en avión y el trayecto de ahí al rancho no era tan pesado, pero él no lo aceptaba, sin embargo por fin había concedido que fuera pero solo hasta el rancho de Lorenzo, de ahí sólo su madre sería trasladada hasta donde se encontraba su padre, esa fue su última palabra, ella no dijo nada, pero no lo aceptó.

Miguel tenía, que resolver algunos asuntos importantes con Lorenzo, así que él salió esa noche y ellas lo harían por la mañana. Cuando él se despidió ella se negó a darle un beso, solo le dijo adiós y lo dejó marcharse.

Cuando llegaron al rancho de Lorenzo ella no quiso quedarse, y se fue con su madre, cuando vio a su padre y constató que en verdad estaba fuera de peligro, entonces se quedó tranquila y entonces fue que recapacito y concedió que su esposo tenía razón, había sido muy arriesgado hacer ese viaje y sobre todo haberse alejado aún más de la ayuda si esta se requería, así que había decidido pasar esa noche ahí y al día siguiente regresar al rancho de Lorenzo a donde él la había enviado.

No contaba con que se desataría esa gran tormenta y de que quizás debido el cansancio, la adrenalina y el estrés por el hecho de estar angustiada por haberse venido enojada con él y haberlo desobedecido, le fuera a provocar dar a luz en esos momentos, estaba aterrada, la única que podía ayudarla era su madre, sin embargo, no tenía idea de cómo hacerlo, y además necesitaría la ayuda de alguien más y su padre estaba incapacitado en otra de las habitaciones, por lo que solo se tenían una a la otra y ella tampoco sabía nada del tema.

Los dolores se hacían cada vez más fuertes y más seguidos, en realidad se sucedían casi uno tras otro, de modo que no le daban tiempo ni de tomar aire.

Isabelle gritó de desesperación, necesitaba ayuda y su madre estaba paralizada, sentía que le faltaban las fuerzas y no había nada que hacer, no quería pujar porque sabía que él bebe ya venía y no habría nadie para recibirlo. Le grito de nuevo a su madre, quien salió del shock, pero en lugar de buscar ayudarle, corrió a su lado y la tomó de la mano, aferrándose a ella.

Estaba a punto de perder la conciencia, cuando escucho voces.

_ Cariño estoy aquí. - escucho esa profunda voz que hizo que su piel se erizara, era él, estaba ahí. Sintió su mano fuerte tomar la, suya y la otra acariciar su rostro. Luego se desprendió de ella.

Entre brumas lo escuchó pedir toallas y sábanas, lo que encontraran a la mano, también agua limpia, luego lo sintió posicionarse a sus pies.

_ Lo vamos a lograr mi amor. - fueron sus siguientes palabras. _confía. -luego le dio indicaciones y escucho cono daba órdenes a alguien más.

Minutos más tarde el llanto de un bebé se hizo escuchar, ella estaba exhausta, pero alcanzó a ver como Miguel lo limpiaba lo mejor que podía, lo envolvía con cuidado y se lo entregaba, no supo que más hizo a sus pies, pero después de varios minutos más y de que su madre y la persona que iba con él salieran de la habitación, él se acercó, tomó al bebé en sus brazos, se recostó junto a ella y lo acomodo de modo que entre ambos lo pudieran sostener.

_ Gracias. - susurro, apartando un mechón de pelo de su rostro sudoroso. _por darme este precioso regalo.

Ella no pudo más que llorar, había pasado el peor momento de su vida, había puesto en peligro la vida de su hijo y de ella misma, había desobedecido a su esposo, se había enojado con él, en el peor momento él la había rescatado una vez más y lo único que le decía era Gracias. Gracias, cuando ella merecía que la reprendiera, que no le dirigiera siquiera la palabra, que la castigara por su imprudencia. ¿Cómo no amar a ese hombre?

Se derrumbó ante él.

_ ¡Perdóname! - suplicó. _ ¡por favor! ¡Perdóname! ¡Jamás te volveré a desobedecer!

_ Todo está bien amor. La miró con ternura.

NOTA:
Los espero en la segunda y última parte del epílogo. Saludos.

RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora