CAPÍTULO 14 AMIGOS

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Caminaba ensimismado en sus pensamientos, cuando sintió el impacto en sus piernas, miró hacia abajo y se encontró con aquella mirada llena de terror, una niña de unos ocho años había chocado contra él.

_ ¿Estás bien? - le había ayudado a incorporarse.

Ella lloraba desconsolada.

_ Tengo miedo. - había dicho aferrándose a su mano. _ esos hombres malos le gritaron a mi papá y prendieron fuego, nos quieren matar. - lo miró a los ojos. _ ¿tú nos ayudaras? No quiero que mis papás mueran. - sollozó.

_ El la miró sin dar crédito a lo que estaba sucediendo, la tenía ahí, a su merced, era su oportunidad, jamás nadie se daría cuenta de lo que hiciera o no hiciera con ella.

La tomó de la mano.

_ ¡Ven! - dijo. _te ayudaré. - miró la esperanza dibujada en sus ojos.

El la condujo hasta su casa, se dio cuenta de que estaban como locos buscándola, cuando Rogelio la vio de la mano de él su rostro palideció. Miguel supo en ese instante que había ganado la batalla, ese hombre sabía que su hija pagaría las consecuencias si no pagaba lo que se le pedía, él la tenía en su poder. Sin embargo, lo que Rogelio no sabía era que, era ella la que lo tenía a él en su poder, le había hecho una promesa y la cumpliría, así le fuera la vida en ello.

Su padre no estaría muy complacido con él y sabía las consecuencias que tendría que pagar después.

_ Te prometo. - dijo a la niña poniéndose a su nivel. _que de ahora en adelante nadie le hará daño a tu familia. - le sonrió, se levantó y se marchó. Los hombres que aún esperaban por él lo siguieron, más adelante se dio cuenta de que Lorenzo no se había marchado, solo le había dado su espacio.

*****
_ Pronto las cosas se solucionarán. - dijo Miguel volviendo al presente. _y ustedes podrán volver a su hogar.

Rogelio lo miró, no creía en su palabra, ¿cómo hacerlo? Lo recordaba dando la orden a sus hombres de prender fuego a su propiedad, luego lo recordaba verlo llegar con su pequeña de la mano, como si fuera el mejor de sus amigos. En ese momento se prometió a sí mismo que pagaría todo lo que le pidieran nada valía la pena si dañaban lo que más quería, a su esposa o a su hija, el dinero y las propiedades iban y venían, pero la vida no y no iba a jugar con eso.

Recordó que ese día entregó el dinero y se preparó al mes siguiente para recibir a esos hombres con lo acordado, pero nunca llegaron, ni al siguiente mes, ni al siguiente, luego se enteró de que todos a su alrededor seguían pagando puntualmente, aunque él no les reveló de su situación. También se enteró por su gente que varios meses después los hijos de esos mafiosos, habían desaparecido, en las vacaciones solo uno de ellos  regresaba, se comentaba que sus padres estaban muy molestos con ellos por algo que habían hecho y que Lorenzo, que era el que se encontraba en el rancho era tratado peor que el más bajo de los empleados, por su padre, <<para que aprendiera>> decía él.

Los meses pasaron, luego vino la muerte trágica de esas dos familias. Sólo habían quedado los primogénitos, Lorenzo que se levantó como sucesor de su padre y Miguel siguiendo la tradición y convirtiéndose en el segundo al mando. Para él las cosas no cambiaron, nunca nadie se acercó a su rancho a cobrar, ni a amenazarlo de nuevo.

Ahora todo lo que sabía de esos dos hombres era por lo que escuchaba, sabía que se habían convertido en lo que sus padres habían sido, solo que ellos eran más blandos con ciertas personas e implacables con otras, de hecho, desde que ellos habían tomado el mando muchas cosas habían cambiado en la región, generalmente para bien, aun así, se decían cosas terribles de ellos.

_ MI cuñado no se va a quedar tranquilo cuando se entere de que hemos escapado - dijo la madre de Isabelle con ansiedad.

_ No se preocupe. - la miró tranquilizador Miguel. _aunque quisiera jamás lograría llegar hasta este lugar, se lo aseguro.

_ Mamá confía en él. - dijo Isabelle mirándolo con admiración, lo que no pasó desapercibido para su padre.

_ En estos tiempos no se puede confiar en nadie. - dijo serio Rogelio.

_ En Miguel sí. - insistió ella con un brillo especial en los ojos. _dijo que me ayudaría y lo hizo, ustedes están aquí. - los miro con amor. _y yo estoy aquí. ¡Papa! Esos hombres me habían secuestrado, ya estaba demasiado lejos como para poder regresar sola si es que hubiera podido escapar de ellos, de no haber sido por él, no te imaginas cuantas cosas me hubieran pasado para estos momentos. - dijo al borde del llanto.

Él la abrazó conmovido. Ella tenía razón, pero le era tan difícil

Miguel se había alejado y desde la distancia miraba la escena, sabía que ese hombre no lo iba a aceptar, miró por última vez y salió sin hacer ruido.

En el exterior el aire helado dio de lleno sobre su rostro, no sabía por qué le afectaba tanto que ese hombre no lo quisiera, no debía importarle, pero lo hacía, de él dependía su relación con Isabelle, aunque ¿cuál relación? Ciertamente él se estaba enganchando con ella, pero ella no con él, para ella sólo era la persona que le había prestado ayuda,

Con dolor se alejó de la casa, sus hombres lo vieron y le dieron su espacio. Caminó por varios minutos, extrañaba su casa, su territorio, pero más extrañaba tener una pareja, formar una familia, nunca nadie había despertado esos sentimientos en él, hasta que se encontró de nuevo con ella, ella había venido a remover todo aquello que alguna vez había anhelado pero que nunca había creído capaz, hasta que se había materializado en ella, en esa preciosa mujer cuyo padre lo veía como si fuera el mismísimo demonio.

Suspiro, ahora se daba cuenta de que esa mujer lo había cautivado desde que era una niña, en aquella época no de la forma en que lo hacía ahora, en ese entonces se había visto a sí mismo representado en ella, en sus miedos, en su temor de ser lastimada y de que lastimaran a los suyos, él hubiera deseado tener a alguien a quien haber podido pedir ayuda y que ese alguien lo hubiese socorrido, pero había estado solo toda su vida, con un padre más interesado en poder convertirlo en un hombre fuerte, resistente y perverso como él, en alguien que siguiera sus pasos y no sólo eso, si no que fuera el próximo jefe del crimen organizado. En lugar de verlo y tratarlo como a un hijo que requería dedicación, amor, quizás ternura,lo había tratado como si de un animalito se tratara al cual entrenar y manipular a su antojo, para él todo lo anteriores estaba negado, y el saber que él podía ser la salvación para esa niña lo había desarmado, por primera vez se atrevió a actuar por sí mismo, a desafiar a su padre, a pasar por encima de su jefe y por consiguiente por encima de Lorenzo.

Recordó como Lorenzo lo esperó pacientemente hasta, que él hubo arreglado "su asunto"

_ ¿Qué le prometiste? - preguntó, aunque sabía la respuesta.

_ Es asunto mío. - había respondido cortante.

_ Si es tuyo, también es mío. - había respondido Lorenzo.

_ No tiene importancia. - se mantuvo firme, no quería involucrarlo. _ el hombre ha pagado. - le entregó el dinero que Rogelio le había dado.

_ ¿Y después? - insistió Lorenzo.

_ Nada. - contestó el.

_ No lo molestaremos más, ¿cierto? - lo miró con complicidad.

Él sonrió y asintió, Lorenzo podía haberle ordenado que cumpliera las órdenes, o podía haberlo delatado, pero se unió a él, lo apoyó como lo hacía siempre, así como él lo apoyaba a él cuando necesitaba su ayuda.

Ambos sabían que estaban siendo muy temerarios y que esto sí se descubría les podía acarrear muy serias consecuencias.

Sin embargo, hasta la fecha no se arrepentía de lo que había hecho y menos al verla de nuevo y ver en lo que se había convertido, aunque para él hubiese significado casi el fin.

RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora