Isabelle miraba a través de la ventanilla, físicamente se sentía mejor, pero su ánimo se encontraba por los suelos, el viaje por avión había sido cómodo, nada comparado con el terrestre, los hombres de Miguel los llevaban de regreso al rancho de su padre. Viajaban tres camionetas, en una iban ella y sus padres junto con varios hombres, adelante de ellos otra y detrás otra que los escoltaba y por supuesto todos los hombres armados.
No se podían quejar, aunque a la distancia, Miguel no había permitido que Rogelio hiciese ningún gasto, todo había corrido por su cuenta y no había permitido réplica, todo les había ido tan bien, pero había una cosa, él no estaba con ellos.
En estos momentos él quizás ya hubiese llegado a su destino, o estuviera próximo a hacerlo.
Se retrajo de nuevo en su lugar y se sumió en sus recuerdos, sin prestar ya atención a nada de lo que sucedía a su alrededor.
Más adelante notó que se detenían brevemente, estaban pasando a otro convoy de camionetas, al parecer con hombres de Miguel, porque saludaron a quienes los llevaban a ellos, cuando ella levantó la vista observó con sorpresa que al interior de una de las camionetas llevaban a los tres jóvenes que la habían secuestrado, al verla sólo bajaron la mirada avergonzados, también se dio cuenta de que algunos de los hombres que los trasladaban eran los que al principio de su llegada los habían estado siguiendo y después los habían librado de una emboscada.
A esas alturas ya habían captado su atención al cien por ciento, no porque quisiera verlos a ellos, sino porque probablemente Miguel estuviese con ellos, sin embargo, por más que se esforzó, no logró verlo por ningún lado.Cuando terminaron de pasar el convoy se quedó más abatida que nunca, quizás en alguna de las dos camionetas cuyos vidrios no permitían observar hacia el interior y que no iban abajo como en las demás hubiese estado Miguel y rompió su corazón que no hubiese hecho el intento de despedirse por última vez de ella.
Resignada y con el llanto a flor de piel se acurruco en su lugar para seguir su camino.
No se dio cuenta cuando kilómetros más adelante, se encontraron con dos camionetas más, con hombres de Miguel, los cuales pasaron por un lado de ellos.
*****
Rogelio miraba hacia el frente, hacia varios kilómetros atrás habían pasado a los hombres de Miguel, se preguntaba si él era una de las personas que se encontraba en una de las primeras camionetas que se encontraron o quizás en una de las segundas, tenían los vidrios tan oscuros que era imposible observar hacia el interior a menos que bajaran sus cristales, le hubiese gustado poder hablar con él y agradecerle todo lo que había hecho por ellos.Habían avanzado un poco más cuando la camioneta que iba delante de ellos disminuyó de nuevo su velocidad ocasionando que las demás lo hicieran también, en esta ocasión, se debió a que adelante de ellos circulaba un enorme camión maderero y aunque iba despacio, Rogelio pensó que no lo suficiente para tratarse de un camión de sus proporciones y sobre todo cargado, lo peor era que se avecinaba una serie de curvas que deberían tomarse con cuidado, sobre todo porque sólo existían dos carriles y un camión de esas proporciones necesitaba de ambos para tomarlas, tampoco había escuchado que utilizará, el claxon para advertir a algún conductor que circulara en sentido contrario, de su proximidad, probablemente se tratara de algún conductor inexperto, porque no estaba tomando ninguna precaución básica.
Todo sucedió tan inesperadamente, que le costó reaccionar. Sólo observó como el camión frenaba abruptamente provocando una reacción en cadena, primero que los vehículos que iban detrás de él también lo hicieran, haciendo que se salieran de control, como el de ellos que se salió ligeramente de la carretera, pero logrando regresar de inmediato, otra de las camionetas, quedó a pocos centímetros del precipicio y la otra, pegó de costado contra la pared de tierra que se elevaba del otro lado. Mientras que la carga del camión era impulsada hacia adelante, por la misma velocidad que llevaba dando de lleno contra la cabina y aventado el camión hacia adelante, provocando que a su vez impactara con una camioneta que venía de frente lanzandola hacia el precipicio.
*****
Miguel perdió la consciencia solo por unos segundos, seguramente por el golpe que su cabeza dió contra el cristal, cuando reaccionó, estaba dando vueltas sin control, supo que no la libraría al ver hacia donde era empujado por el pesado camión que se volvió a impactar contra él, después de aventarlo con el primer golpe.Con rapidez desabrocho su cinturón de seguridad, si caía al abismo junto con la camioneta sus posibilidades de sobrevivir serían nulas, sin pensarlo se lanzó fuera de ésta.
Solo sintió cómo salía disparado por los aires, luego dio de lleno contra el duro suelo de la ladera y se precipitó hacia abajo sin control. En su descenso trató de aferrarse a algo, lo que fuera, pero sin éxito, sentía como su piel era desgarrada tras la fricción, su cuerpo daba contra rocas y árboles, hasta, que logró sujetarse de una rama, sintió el tirón que le disloco el hombro, pero ya estaba aferrado con la otra mano.
De momento no había sentido dolor, quizás por la adrenalina, pero después de unos minutos empezó a hacerse insoportable. Supo que no aguantaría por mucho tiempo, solo se sostenía con una mano sus pies no lograban apoyarse con firmeza y su otro brazo colgaba inservible. Miró hacia arriba con la esperanza de que alguien pudiera prestarle ayuda, pero con horror miró a unos metros de ahí al chófer del camión luchando por salvar la suya propia, había quedado atrapado en la cabina y luchaba por liberarse del cinturón de seguridad, mientras que el camión se tambaleaba inclinándose peligrosamente hacia el precipicio. Otro hombre supuso era el compañero del chófer luchaba por liberar la carga que inexorablemente jalaba al camión hacia abajo.
Miguel cerro los ojos con cansancio, se le volvía difícil respirar, no soportaría por mucho tiempo más, miró hacia abajo y el polvo que había levantado la camioneta al caer empezaba a disiparse y se vislumbraba una tenue llama de fuego, que empezaba a formarse, si el caía más abajo y lograba sobrevivir, no lo haría a una explosión que seguramente se avecinaba.
Sus pies por fin habían encontrado un precario soporte, pero resbaló y le fue imposible sostenerse por más tiempo. El calor de las llamas que habían aumentado y cubrían ya la camioneta se hacía insoportable aún a esa distancia, Incluso el espeso humo que subía directo hacia él hacía que se ahogara, su vista se nubló, no podía hacer más, su mano resbalaba inexorablemente. Por fin se soltó.
Gracias por llegar hasta aquí y por su paciencia, estamos ya en los últimos capítulos. No se pierdan el siguiente. "TE AMO"
Dos más, el epílogo y terminamos.
Saludos.
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RESCATANDO TU CORAZÓN No.6️⃣//SERIE HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceMiguel es un hombre rudo, de carácter fuerte, con un corazón solirario, el segundo al mando de Lorenzo Maldonado, un importante jefe del crimen organizado, el encargado de hacer que se cumplan las órdenes de éste, su vida gira en torno a la mafia, n...