INTRODUCCIÓN
La noche ya había caído y la ciudad estaba decorada de naranja y negro, festejando como solían hacer anualmente en el día de halloween.
Amelia caminó junto con sus amigos, disfrazada de "el cadáver de la novia" mientras escuchaba como sus amigos reían. En realidad, ella se encontraba con algo de mal humor, ya que sus amigos no paraban de joder a niños pequeños e incluso robándole los dulces, lo cual no le causaba nada de gracia, le parecía infantil e innecesario.
—Amelia. —La llamó Andrés. Ella giró a mirarlo con indiferencia y él sonrió bajo la atenta mirada de los cuatro chicos. —Te reto.
Amelia resopló y lo miró aburrida.
—Soltalo. —Dijo ella provocando que todos los chicos sonrieran.
—A que entres a la casa embrujada. —Concluyó el morocho.
—¿Qué? —Dijo Micaela; una de las chicas, algo alarmada.
—¿Estás loco? —Intervino esta vez Freddy.
—No voy a entrar. —Respondió Amelia mirándolo incrédula.
—Dale, vos misma te llenás la boca diciendo que los fantasmas no existen. —Insistió Andrés--
—Dije que no. Es una mierda, no creo en nada de eso, pero tampoco tengo que demostrarte nada. —Dijo enojada.
—¡Vamos, entra! —Dijo riéndose.
Amelia sintió la ira recorrerla, aun así, solo bufó.
No existía ni cielo ni infierno, ¿o sí?
—Está bien. —Dijo finalmente mirando hacia la colina que se alzaba a su izquierda.
—¿Estás segura? —Preguntó Micaela angustiada.
—Dios, sí. —Volvió a decir, restándole importancia.
Sus amigos sonrieron cuando la vieron empezar a caminar hacia la colina.
—Ellos siguieron sus pasos algo nerviosos, más que todo Micaela y Jazmín. Los árboles se veían un poco siniestros y apenas dejaban que la luz de la luna se filtrara entre las hojas, dejando ver el camino un tanto lúgubre.
Cuando se vieron llegando a la cima, todos se pusieron nerviosos al ver la horripilante casa abandonada a la que tanto sus padres les habían restringido ir. No fue difícil hacer caso, cuando a sus doce años se enteraron que Larry entró y solo lo encontró la policía una semana después, atado en el ático de la casa. La policía registró el lugar y aseguraron que no había rastros de que hubiese habido una persona en aquella vieja casa de madera. Larry nunca volvió al colegio, de hecho, se mudó donde su tía en Uruguay y nunca más nadie supo de él.
Amelia contempló la casa y por primera vez, los nervios la recorrieron. Sin embargo, no se dejó intimidar. Dio un paso para ir hacia la casa, pero fue detenida por sus amigos.
—¿Estás loca? Era joda. —Dijo Andrés preocupado.
—Dije que no tengo miedo, esas cosas no existen. ¿Vos vas a entrar? —Dijo molesta.
El morocho negó asustado y ella le sonrió ladeado.
—Entonces voy sola, espérenme. —Dijo y caminó hasta la entrada de la casa.
Los cinco jóvenes se quedaron congelados mirando como Amelia pasó el umbral de la puerta. Un grito se escuchó de parte de todos cuando Amelia gritó, pero se calmaron cuando sintieron una carcajada y la vieron salir.
—Es joda chicos, está normal. —Dijo riendo y volvió a entrar.
Los chicos rieron aún un poco nerviosos.
Andrés miró a Jazmín que miraba petrificada hacia la ventana del segundo piso. Todos los chicos lo notaron y el alma se les salió del cuerpo al ver a alguien que les sonreía desde la ventana. Todos palidecieron y cuando Freddy iba a advertir a Amelia que saliera, la puerta se cerró.
De vuelta con esta historia, la voy a estar subiendo de a poco pero bueno, algo hay que hacer jajaja.
En ig @lowstartr siempre subo info acerca de los fics, por si me quieren seguir.
Eso es todo, las amo y espero estén felices de tener esto de vuelta.<3