—¿Para qué? —Pregunté sin entenderlo. —Mateo no..
—Te lo voy a explicar, tranquila. —Dijo Mateo agarrando mi mano.
Yo lo miré inquieta.
—La madre de Ester está viva, somos amigos. —Dijo Mateo.
—¿Dónde está? —Pregunté curiosa.
—En las sombras, Satán la hospedó en el infierno. —Dijo Mateo.
"Una en las sombras".
Alcé ambas cejas.
—¿Puede un humano vivir en el infierno? —Pregunté.
—Es distinto, ella es una bruja. —Explicó. —La cuestión es, que si ella se da cuenta que estoy saliendo con.. una chica idéntica a su hija va a querer matarte probablemente. Daniel se dio cuenta de que sos idéntica a ella y él y yo no es que nos llevemos muy bien, por lo que..
—Podría decirle a la bruja en cualquier momento. —Dije yo.
—Exacto. —Asintió Mateo. —Ah, mirala tan inteligente.
Rodé los ojos porque sabía que solo me estaba descansando.
—¿Y qué tiene que ver mi alma ahí? —Pregunté.
—Que eso te haría completamente mía, y nadie podría hacerte daño. A menos que quieran ser castigados por traición. —Dijo mirándome.
—¿Y si se atreven a hacerlo sin importar esa consecuencia? —Pregunté asustada.
—Mientras tenga tu alma, no va a importar que pase con tu cuerpo, porque tu alma es eterna..
—Mateo. —Dije seria.
Lo miré a los ojos.
—Te estás precipitando, estás yendo muy rápido. —Dije y él alzó una ceja confundido.
—¿Por qué? —Cuestionó.
—Porque.. —Suspiré sin saber como expresarme. —Mateo, yo no espero que cambiés, porque te conocí siendo un demonio, y que enfermo, pero me enamoré de esa esencia maligna que es parte de vos. Me enamoré de ti, y por eso no espero que cambiés.
—Sí, es exactamente por lo que te estaba diciendo que me enamoré de vos. —Dijo y sonreí una vez más. —¿Pero?
—Pero.. también espero que entendás que soy una humana. —Dije y él me miró en silencio. —Puede que los humanos seamos una raza bastante repugnante, pero es lo que soy, y mi vida es todo lo que tengo.
—Te estoy dando otra opción.
—Sí, me estás dando otra opción, pidiéndome que suelte todo lo que tengo. —Dije mirándolo. —Quiero vivir mi vida primero.
—Lo sé, te estoy pidiendo ese sacrificio, por eso entiendo que sea difícil para vos decidirlo, pero también espero que seás capaz de elegirme a mi por encima de.. todas estas cosas banales. —Dijo Mateo serio, sonaba tan honesto. —Quiero que te olvidés de esto, este mundo que te tocó es una mierda.
Una decisión así era difícil de tomar, primero porque mi mente ni siquiera era capaz de abrirle fácilmente un espacio a la duda.
—Y el mío tampoco es perfecto, creemos uno para los dos. —Dijo Mateo.
Sentí el contacto de sus labios en mi mejilla, y me estremecí al sentir su aliento en mi cuello.
—Dejame tenerte segura, y dame tu alma. —Dijo por último. —Esta vez realmente necesito una respuesta.
¿Qué decisión tomar?