Pasé saliva, yo era virgen no hace mucho, y no había practicado nunca sexo oral.
—No lo he hecho nunca. —Dije primero.
Me daba nervios porque claramente no tenía experiencia.
—Solo hacelo, como sea me va a gustar. —Dijo Mateo mirándome fijamente.
Sentí su dedo empezar a rozar mi labio y me excité solo con eso, bueno, también esa mirada me calentaba.
—Quiero ver mi pene entre tus lindos labios. —Dijo Mateo y me sonrojé por lo atrevido que era.
Juntó sus labios una vez conmigo y sentí como me mojaba al ser besada de una forma tan sucia, porque su lengua se movía dentro de mi boca con lascivia.
Separó su boca de la mía, y yo me arrodillé frente a él, dejando su miembro frente a mi cara.
Lo agarré rápidamente y comencé a masajearlo suave y lento, para ponerlo más duro.
—Pedime perdón. —Me dijo mirándome desde arriba.
—Perdón. —Dije mirándolo fijamente.
—Bésala. —Demandó.
Asentí con la cabeza, como me ponía que se pusiera autoritario.
Acerqué mis labios a la punta y los junté a ésta para depositar un beso allí.
—Oh.. —Gimió suavemente.
—Perdón por ser mala. —Dije pasando mi lengua por la punta para empezar a bajar por su extensión.
—Sí.. —Musitó excitado.
Metí la punta a mi boca y la absorbí ligeramente, metí un poco más a mi boca y cuando me sentí más cómoda comencé a hacer un vaivén suave, bajando y subiendo mi cabeza, mientras sentía la textura de su miembro en mi boca.
Apreté mis manos cuando sentí que Mateo agarró mi cabello y embistió mi boca, logrando que su pija tocara mi garganta. Comenzó a moverse dentro de mi boca, y no era exactamente cómodo, pero me ponía mucho ver su cara de placer.
—Esa boquita es mía.. —Dijo con voz ronca.
Saqué su miembro de mi boca y asentí con una sonrisa empezando a masturbarlo con mi mano.
—Soy tuya. —Dije acelerando los movimientos con mi mano a lo que él gruñó.
—Sí, bebé sí... —Dijo mordiendo su labio.
—¿Vos sos mío? —Pregunté mientras le aflojaba al ritmo.
—Amelia..
—Esto es mío. —Dije antes de volver a meter su pene en mi boca para tratar de meterlo todo, claro fue imposible, pero hice mi mayor intento.
Mateo gimió y yo lo saqué de nuevo.
—Es mío, ¿hm? —Pregunté y él asintió.
—Es todo tuyo.. yo soy todo tuyo. —Dijo suspirando mientras cerraba sus ojos.
Estaba chupando su miembro con ganas cuando Mateo lo sacó de mi boca, mordió su labio mirándome fijamente mientras comenzaba a masturbarse.
—Decí que me amás.
—Te amo. —Dije sin titubear.
Él pasó su miembro por mi cara mientras yo sentía mi tanga absolutamente mojada ante la excitación que me causaba estar dispuesta para él.
—Te amo más. —Dijo antes de correrse en mi cara.
medio hot gg.<3