Quizá si no le hubiera entregado mi alma a Mateo habría tratado de luchar, pero es que ya no había vuelta atrás.
Yo solo podía hacer algo, algo que en el fondo de mi ser deseaba: solo me iba a dejar caer.
—¿Qué hay que hacer? —Musité.
La sonrisa de Mateo se amplió y acercó su rostro al mío.
—Primero dime que me amas. —Dijo en voz baja, pero firme.
—Pero es..
—¿Qué? Solo dímelo. —Dijo y pasó su lengua ligeramente por su labio inferior, dejándolo un poco brillante.
—Te amo. —Dije mirándolo.
Sus labios se juntaron con los míos para besarme de forma suave, cosa que no creí que pasaría, estaba siendo bastante bonito.
—Te amo más. —Musitó sobre mis labios, antes de volver a atraparlos, jugando un tanto con éstos.
Sentí sus manos ir a mis piernas y alzarme, a lo que yo enredé mis brazos en su cuello. Caminó así hasta mi cuarto, donde se sentó en mi cama, conmigo sobre sus piernas.
Él comenzó a dejar pequeños besos en mis labios y yo me alejé para mirarlo a los ojos.
—Te extrañé mucho. —Confesó.
Me estaba volviendo loca ver esa versión de Mateo, pues siempre ha sido muy altivo, siempre ha sido muy orgulloso y soberbio.
—Te odio. —Dije y él sonrió.
—No me molesta. Me amas y me odias, pecas contra Dios y contra el diablo, es perfecto. —Dijo antes de hundir su rostro en mi cuello, para comenzar a depositar besos allí.
Sonreí al escucharlo y comencé a acariciar su cuero cabelludo con mis dedos.
—Necesito que te organices. —Dijo Mateo y yo me alejé de él para mirarlo una vez más.
—¿Qué? —Pregunté.
—Te dije que necesito que hagas algo conmigo. —Dijo Mateo mientras acariciaba mis muslos.
Cerré mis ojos cuando sentí ese escalofrío en mi piel.
Tan único..
—¿Adónde vamos? —Pregunté.
—Te explico en el camino. —Dijo y yo alcé una ceja. —¿Qué? Sea lo que sea, sabés que lo tendrás que hacer.
Asentí antes de levantarme de mala gana de sus piernas, y al darme vuelta Mateo me dio una nalgada que me hizo ahogar un grito.
—Vas a empezar a hacer una secuencia de cosas que quiero que hagas. —Dijo Mateo y asentí.
Habría consecuencias como estas por darle mi alma, obvio, porque no es como si Mateo me lo hubiera pedido solo para ser su novia, o protegerme de Dani.
—Hoy necesito que te pongas.. "sexy". —Dijo y yo fruncí el ceño.
—No creo que tenga algo sexy. —Dije mirando mi clóset, confundida.
¿Por qué necesitaba que me vistiera así?
—Tranquila bebé, ya tengo la ropa. —Dijo Mateo detrás de mi.
Miré a la cama y me quedé estática al ver un conjunto de lencería en mi cama y al lado un abrigo beige.
—¿Qué mier..?
Holasss<3
Próximo cap: modo turbio: on.