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Me quedé congelada en mi lugar, mientras sentía mi rostro hundido en las lágrimas, más que eso, sentía el dolor en mi corazón.

Mi bisabuela había sido violada por el ser del que estúpidamente yo me había enamorado, y lo peor era, que a raíz de eso y una maldición, había nacido mi mamá, y había nacido yo.

Yo era el resultado de los planes de Mateo, yo era el resultado, era el diamante que él quería para salir triunfante con Ester. 

Recordé todo desde el primer momento, desde ese "Amelia, te reto", que me obligó a entrar a esa casa, desde ese primer susto que solo constó de un simple "Bu", o de la primera vez que me dio un beso, para sellar una promesa, o de cuando me teletransportó. De cuando empezó a jugar con mi estabilidad mental, al matar a la madre de Larry, para luego además matar a aquel chico, de haberme ayudado a salir de la relación con Santino, de haber ido conmigo a esa fiesta, de haber rogado por mi alma, de haber causado el accidente de Freddy, de haberme hecho suya, mientras me hubo enamorado, de él haberse enamorado.

Que enfermo, era muy enfermo si recordaba todos los sucesos, porque contaría más, pero la historia ya la saben, pero simplemente pensarlo un poco más, me dejaba claro que estaba haciendo las cosas terriblemente mal.

Mateo era un pecador, simplemente había aceptado esa palabra, pero nunca había aceptado ese suceso. Claro, violaba mujeres, quizá incluso hombres, hasta niños.. pero yo nunca lo había pensado de ese modo, y sinceramente, haberme enamorado de él podría incluso hacer que me hiciera la de oídos sordos para seguir amándolo, porque al final, decir eso y luego preocuparme porque violó a mi bisabuela sería muy doble moral.

Pero no significa que no lo vea así, me daba cierta bronca, porque se pudiera meter con las personas sin importar el daño que ocasionara.

—Todavía no he terminado. —Escuché su voz de nuevo, que parecía haber venido desde un lugar lejano, para luego, traerme devuelta a la realidad.

Negué con la cabeza. 

—Louis ignoró completamente a la otra chica y a su bebé, bueno, de por sí que no podía cruzar al otro lado del pueblo para hacerse cargo. —Rió secamente.

Yo ni siquiera quise levantar mi rostro de mis manos.

—Tuvo un hijo con otra mujer, la cual murió al dar a luz. A sus quince años, éste niño quedó solo, únicamente con conocimientos sobre brujería blanca, fue abandonado para empezar a crear su familia, tuvo un hijo también, y éste al crecer también tuvo un hijo, el cuál se llamó Gerard, ¿y adivina quién es? —Dijo y yo levanté mi rostro para mirarlo.

Mis ojos se encontraron con los suyos, él estaba sin expresión alguna, y sus ojos blancos me impedían ver algo como a veces me era posible al ver sus pupilas.

—El anciano que tanto amás. —Dijo y sonrió cínicamente.

No lo podía creer.

—Y aquí viene la mejor parte. —Dijo y yo mordí mi labio mientras sentía mis lágrimas seguir corriendo. —Gerard tuvo un hijo, el cuál a diferencia de todos sus antepasados, vivía triste por tener que aceptar únicamente esa parte del pueblo. La idea de no poder cruzar esa frontera era tan tentadora. Ah, claro, el demonio estaba atrapado, así que se podía hacerlo, porque los poderes del demonio se habían desvanecido, junto con su corona. Sin embargo, Gerard se negaba a dejar ir a su hijo al pueblo, pues creció con un odio profundo hacia los pueblerinos.

—Eso ya lo sé. —Dije seria, aunque mi labio inferior temblara.

—Yo sé que lo sabes, lo que me pregunto.. no, bueno, sé bien que no lo sabes. —Dijo Mateo. —Esta es una triste historia. Así que prepara más de tus lágrimas.

Lo miré mal ante su cinismo al hablarme.

—Ese hombre, se llamaba Milton. Deseaba tanto ir al pueblo, pero bueno, ya sabemos que no podía. Gerard, le presentó una mujer a su hijo, bastante bonita, estrecha cintura.. amplias caderas, un buen par de bustos que lo hicieron babear un poco, así que aceptó estar con ella y hasta tuvieron una hija. —Dijo y yo fruncí el ceño sin entenderlo. —Sin embargo, no sintió más que atracción física. Y, estando con ella, huyó al pueblo, por fin fue al pueblo, y conoció a una hermosa mujer. ¿Cómo era su nombre? ¡Ah, sí! Marcela.

Todo mi cuerpo se tensó al oír el nombre de su madre.

—Tuvo una suerte parecida a la de Louis, pues embarazó a una mujer a la cual no quiso embarazar. —Rió mientras mis lágrimas volvían a salir a la par. —Volvió a casa, donde su mujer apenas también estaba embarazada. Sin embargo, un par de años después, se suicidó ante la tristeza que cargaba. Nunca quiso vivir así, nunca quiso a esa mujer, en realidad la aceptó porque fue su padre quien la eligió, y, ¡pudo haber tenido a una buena mujer! porque, Marcela parecía ser una buena mujer, pero las había abandonado hace mucho, era tarde, y ya no había otra elección más que matarse.

—Mateo, basta. —Dije fuerte, con rabia.

—Ahora te das cuenta que yo sabía más de ti y de tu mundo, estuviste viendo a tu abuelo tantas veces, y ninguno de los dos lo sabía, ¡mejor aún! a tu hermana la viste tantas veces en el colegio y solo la viste como una rarita. ¡Humanos! Viste lo que son. —Dijo riendo.

—¡Quiero que pares! —Dije llorando.

No soportaba la presión que estaba apareciendo en mi pecho, me estaba asfixiando.

—Es lo patético de los humanos, la culpa te carcome porque nunca te diste cuenta de que tenías una hermana, que tu madre te escondió en una mentira, que te enamoraste del mismo que violó a tu bisabuela y que causó que nacieras solo para satisfacer tus propios deseos. —Dijo burlándose. —En cambio yo no cargo con ninguna culpa, violé a tu bisabuela como he violado a mil más, poseyendo hombres en las calles para alimentarme de su deseo carnal solo por la ambición de subir un estúpido rango. No me arrepiento de nada, porque está en mi naturalidad ser malo, y lamento que te hayas interpuesto en mi camino, te amo mucho, pero también lamento haberme enamorado. 

—¡Que te calles! —Me levanté junto con él y lo empujé para que se alejara de mi.

—Hago todo lo que quiero, ¿adivina quién me va a parar?

—Que mierda resultó ser la realidad. —Escupí con rabia agitada mientras sentía que mis ojos no paraban de lagrimear. —Pero probaste de tu propia medicina, al enamorarte de la chica que solo era parte de un mal plan. ¡Hijo de puta! Mátame antes de que yo lo haga. 

Le hice un 'fuck you'  y sin pensarlo bien, me lancé al vacío.







NOOOO amigo, ese final ni yo lo vi venir, se los juro. ¿Alguien tiene palomitas? Ahre.

GRACIAS POR LAS 100K LEÍDAS!!!<3

Hell [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora