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—Vos sabés que estás raro. —Dije levantando los hombros y sacando mis zapatos para acto seguido acostarme en mi cama.

—Sí, Amelia, no he dicho que no. Solo dije que son asuntos míos. —Dijo él rodando los ojos. —El mismo motivo por el que te dije que no volvieras a meterte en mis planes, no preguntés tanto.

Traté de no prestarle atención a sus palabras y me tiré boca arriba en la cama.

—Por eso digo que no podemos ser amigos. —Dije mirándolo. —Porque me ocultas secretos y me prohibes cosas.

Mateo se rió con cierto cinismo e ironía.

—Lo único que te prohibí fue ver a ese viejito de mierda y, te lo prohibí por tu bien. —Dijo y lo miré mal.

Claro que no, todos sabíamos que no quería que me metiera en su camino y ya. Yo que soy alta tonta le hago caso porque me tiene a sus pies, lamiendo de sus zapatos.

—Además que te hacés la de que no querés ser mi amiga y al rato me buscás para que te bese. —Habló de nuevo.

—Bueno, para. —Me crucé de brazos. —Si viniste a hacerme a sentir mal, bien que te podés ir.

Mateo tomó aire y rodó los ojos.

—Solo estoy estresado un poco. —Dijo y se dejó caer a un lado en mi cama.

Lo miré apenada de reojo y noté que me miraba. Me giré para acostarme de costado y mirarlo.

—Está bien. —Dije llevando mis manos a su cabello y comenzando a acariciarlo. —¿Te gusta eso?

Él me miró confundido y negó con la cabeza.

—No me confundás con todos esos mundanos. No soy un humano. —Dijo sacando mi mano de su cabeza, sin embargo, la sujetó.

Ambos nos quedamos en silencio y yo prácticamente estaba dormida.

—Amelia. —Dijo Mateo provocando que abra los ojos aún con la pesadez que los cubría.

Alcé las cejas un segundo esperando que continuara hablando.

—¿Vos qué pensás de un rey? —Preguntó Mateo.

Arrugué el gesto confundida por su pregunta.

—Eh, no sé, no se mucho sobre la monarquía. —Dije removiéndome un poco en la cama.

—Bueno, ¿creés que es genial o algo así? —Preguntó.

—No, no sé.. me los imagino re ambiciosos y.. pretenciosos, capaz tener un reino además es una carga muy grande, que se yo. —Dije restándole importancia.

—¿Crees que esas cosas son importantes? —Cuestionó. —Cosas como, el honor, el orgullo, ser el primero, ese tipo de cosas.

Negué con la cabeza cerrando los ojos.

—Lo importante es que seas quien sos. El honor lo ganas siendo lo eres y ya. —Dije mirándolo de reojo.

¿Qué pasaba por su cabeza? ¿por qué estaba tan pensativo?






Les recuerdo que antes de que se me borrara la fic, estaba en el capítulo 64. Cada vez más cerca.<3

Hell [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora