6 || 𝓵𝓪 𝓹𝓻𝓮𝓿𝓲𝓪

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Después de haber escuchado el pedido de Valentín, obviamente lo mandé a la mierda por desubicado.

Se rió y dijo que igual era una joda, y a pesar de que no le creía un carajo, dejamos el tema ahí y nos terminamos de preparar. 

Me llevé una campera y para evitar andar demasiado cargada o con un bolso, metí el documento en la funda del celular junto con algo de plata y se lo dí a Valentín ya que era el único con bolsillos.

Por eso odiaba usar pollera.

Bajamos a cenar junto con mi mamá y cerca de las once de la noche nos tomamos un Uber hasta la casa de Mateo, uno de los chicos del grupo donde haríamos la previa antes de ir al boliche.

Llegamos, nos recibieron con gusto y enseguida empezamos a beber sumándonos a la ronda.

Era la única chica pero no me sentía para nada incómoda, al contrario. Me trataban como a uno más y Valentín no me dejaba sola nunca. Un tierno.

— ¿Ansiosa mi nena? - preguntó Valen con una lata de cerveza en una mano y un porro en la otra. Fumó antes de beber y me ofreció a mí.

— Un poco, tampoco soy una antisocial de mierda que nunca en su vida salió a bailar. - le respondí divertida aceptando el porro, fumé y largué el humo cerca de su cara mirándolo.

El acto pareció gustarle porque se acercó un poco más y con una sonrisa. Saboreó sus labios húmedos por la cerveza y aproximó la lata a mi boca incitándome a tomar.

Lo hice con gusto, manteniendo mis ojos puestos en los suyos ya que seguía con ese plan de no dejar que me intimide. Lo ví morderse levemente el labio inferior y carcajeé arruinando por completo el ambiente que nosotros mismos nos encargamos de generar.

A veces sentía que se me iban de las manos todos esos juegos que hacía con él.

— Es bueno saberlo. - murmuró arrebatándome el porro ya que era su turno y en eso Mateo se acercó a nosotros con un vaso de fernet.

— ¿Qué onda la parejita? - habló sonriendo. Nos abrazó a ambos pasando un brazo por alrededor del cuello de cada uno quedando él en el medio.

Me olvidé mencionar que sus amigos siempre hacían ese tipo de chistes acerca de que había onda entre nosotros o que ya éramos algo más que amigos cuando en realidad nada que ver. De hecho me costaba considerar a Valentín como un amigo. Era raro, prefería decir que recién nos empezábamos a conocer, y así era.

— Me lo estaba por chapar y lo arruinaste. - comenté primero yo y Mateo me miró con los ojos bien abiertos casi sin poder creerlo. Valentín me siguió el juego también.

— Un desubicado total, con lo que me costó convencerla para que me deje comerle la boca adelante de ustedes. - chasqueó la lengua y negó fingiendo estar ofendido.

— Uh, mal ahí. Pero igual no les creo una mierda. - carcajeó y revolvió el pelo de Valen despeinándolo un poco. Lo bien que hacía en no creernos nada.

— Ya vas a ver dentro de un rato. - agregué y me liberé del agarre de Mateo para irme de ahí y darles su espacio.

Aproveché para ir al baño ahora que podía, retoqué un poco mi labial y acomodé mi pelo. Ahora que me miraba mejor, no estaba tan mal la ropa que elegimos con Valentín.

Sentía algo de frío en las piernas pero tampoco era que me congelaba. Y su comentario acerca de que se veían infinitas retumbó en mi cabeza una vez mas.

Quizás empiece a considerar la idea de usarlas mas seguido.

Pero por mí, no por él.

Claro.

rebeldía; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora