29 || 𝓵𝓪𝓭𝓸 𝓥

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mini maratón 2/2.

No solo me dejó con la palabra en la boca y el corazón latiendo fuerte de tanto enojo, sino que además se tomó el tupé de ignorarme el resto de la mañana y actuar como si yo no existiera.


Bien, si quiere jugar sucio de nuevo, entonces que se aguante mis movimientos también.

Durante el siguiente recreo y las demás clases me quedé acompañada de Polly. No era una molestia, al contrario. Odiaba a los varones con todo mi ser y cuanto mas lejos me encuentre de ese grupo, mejor. Al menos por un rato. No iba a dejar el orgullo de lado para hablarle a Valentín cuando en realidad era él el que estaba en falta conmigo porque encima no me daba explicaciones de nada. Que se vaya a la mierda.

La última hora nos quedó libre porque había faltado la profesora y mis compañeros no tardaron ni un segundo en empezar a descontrolarse. Mi cabeza no estaba para aguantar tanto alboroto así que apoyé los antebrazos en el pupitre y los usé como almohada observando a Polly desde ahí.

Estaba masticando un chicle y hacía un globo tras otro, provocando un cosquilleo en la punta de mis dedos por el ruido molesto que generaba. Me desesperaba.


— Valentín no deja de mirarte. - susurró apenas audible y agarró una lapicera poniéndose a hacer garabatos en su carpeta como para disimular. Mirá que dato interesante, justo lo que pregunté.

— Que mire todo lo que quiera, es lo único que va a hacer. - dije sonando mas dura porque no me interesaba si alguien mas aparte de ella llegaba a oírme, ni siquiera el mismo Valentín.

— Sé que en algún determinado momento te dije que te pongas en perrita y le demuestres lo que se pierde, pero no aplica cuando ya es tu novio, además seguramente ni le dijiste porqué es que estás tan enojada. Dale una oportunidad.

La paz que transmitía la voz de Polly solía traerme muchísima calma. Escucharla era, o es, una especie de caricia al alma porque se expresa con una sutileza que yo no puedo tener y siempre tiene una solución para todos mis males, por eso suelo seguir sus consejos la mayor parte del tiempo. Pero ahora no me sentía conforme con nada y esta vez no tenía razón en todo lo que decía.

Asomé la cabeza enderezándome para mirarla, guardé silencio unos segundos y rodé los ojos estando al borde de darme por vencida otra vez.

— Le pregunté si pasó algo y no solo se hizo el boludo, sino que también me trató de loca. - apreté los puños hasta sonar los dedos de mis manos y aclaré un último detalle mas.- y no loca de loca, sino de loca de mierda.

— Entonces seguro no hizo nada, Pía. Ya se que no va a admitir si estuvo con otra o no, y con eso no quiero decir que lo hizo, pero le estás dando demasiada importancia a algo que quizás ni tiene sentido. - apoyó su mano en mi hombro a modo de consuelo y lo palmeó despacio.

— No se que querés que haga entonces, ya le pregunté, ya está. No voy a andar atrás de su culo hasta que se le cante hablar en serio conmigo.

Dicho eso me puse de pie y sin esperar respuesta alguna salí del salón con la necesidad de tomarme un respiro. Previamente le avisé a la preceptora que iba al baño y venía, me dijo que me apure y entonces me fui.

Entré en el baño de mujeres y lo primero que hice fue refrescarme la cara y respirar hondo. No podía ser tan complicada la vida en pareja y eso que no llevamos ni siquiera un mes desde que decidimos oficializar. No se como fui capaz de quejarme cuando no teníamos título si miren nada mas como nos está yendo ahora.

rebeldía; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora