9 || 𝓼𝓲𝓷 𝓹𝓪𝓵𝓪𝓫𝓻𝓪𝓼

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El ambiente se volvió bastante tenso desde que me quedé sin palabras, tanto que tuve que alejarme de Valentín con la excusa de que quería ir al baño y así poder al menos respirar un poco.

Necesitaba procesar en mi cabeza lo que me pasaba con él y teniéndolo tan cerca se me hacía imposible.

Estuve un buen rato buscando los baños del boliche y al encontrarlos hice la fila. Esos minutos de espera me sirvieron de ayuda para pensar. 

Habían pasado solo algunas semanas desde nuestro primer encuentro en la escuela y a partir de ahí empezamos a hacer demasiadas cosas juntos en algo que para mí no iba mas allá de la amistad.

Sí, por otro lado estaban los comentarios subidos de tono mas todo ese juego de coqueteo que iba y venía. Pero tampoco era la gran cosa.

Siempre fui una cararrota y al no tener timidez, me relacionaba de ese modo con la gente, con confianza.

Lo malo de Valentín era que actuaba igual que yo en ese sentido.

De todas las cualidades que podíamos llegar a tener en común, la que más resaltaba era nuestra rebeldía.

Una suerte.

La chica que estaba en la fila atrás mío me sacó de mis pensamientos al avisarme que era mi turno. Le agradecí con una sonrisa y entré en el baño de mujeres soltando un suspiro.

Debíamos estar en la mitad de la noche y yo ya no quería ni pensar en como la terminaría, porque a este punto me estaba ganando él.

Valentín me dejaba sin palabras, me embobaba con esos ojos azules y sus caricias me ponían los pelitos de punta apenas sus dedos tocaban mi piel.

Se notaba que conocía muy bien sus armas de seducción y era bueno a la hora de ponerlas en practica.

Terminé de hacer pis, me lavé las manos y mirándome frente al espejo acomodé un poco mi ropa.

No, no iba a dejar que me ganara, no en mi juego.

Llené mis pulmones de aire antes de salir y pasé por la barra de tragos donde me encontré con Kevin en pleno chamuyo. Medio apenada lo interrumpí.

 — Kevin. - toqué su hombro llamándole la atención y a duras penas se giró para mirarme. La chica con la que hablaba hizo lo mismo que él.- ¿lo viste a Valentín?

— ¿No estaba chapando con vos recién? - preguntó y tragué saliva. Mi cuerpo se paralizó y Kevin pareció haberlo notado porque tan pronto como vió mi cara se rió y me golpeó suave en el hombro para que reaccione.- es joda, tonta. Ves que te gusta.

— No es gracioso, ni tampoco me gusta. - hablé sin poder evitar mi cara de culo. Lo quería golpear en la cara por tarado.

— Si no te gustara te reirías.

— ¿Lo viste o no? - insistí.

— Andaba con Mateo creo, buscandote a vos.

— Gracias. - dije manteniéndome seria y dispuesta a irme de ahí para buscar a Valentín. Me giré y apenas dí el primer paso alguien me detuvo.

— Que no se te note tanto.

Me dijo Kevin al oído y ahora sí lo empujé para sacármelo de encima.

Era la segunda vez que me tiraba esa frase y mis ganas de pegarle aumentaron aún más.

Tranquila Pía, vos podes.

No es para tanto.

Ponete en modo perrita y listo.

Dejé atrás la risa burlona de Kevin y caminé entre la gente buscando a Valentín por toda la pista de baile.

rebeldía; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora