21 || 𝓶𝓲𝓪

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Junto con Valentín salimos de la casa de Kevin luego de saludar a sus amigos y a Polly que resultó estar sana y salva en brazos del cumpleañero. Pusimos como excusa que ya era tarde y que estábamos pasados de sueño, y aunque en parte era cierto, no nos la creímos ni nosotros.

Esta vez decidimos regresar caminando así me daba un poco mas de tiempo para que se me pase el pedo que tenía y además porque quería extender tanto como pueda esta última instancia antes de tenerlo solo para mí.

No lo entendía, pero me había puesto nerviosa de tan solo pensar en cómo se darían las cosas al tener la privacidad que tanto necesitábamos. Quería estar con Valentín, no me cabía duda, pero ahora mismo atravezaba ese cosquilleo que te da cuando está por suceder algo que esperaste tanto tiempo.

Cerré el cierre de mi campera y noté como él se guardaba las manos en los bolsillos de la suya. Hacía un poco de frío y de nuestras bocas se veía salir el aire de nuestra respiración convirtiéndose en neblina.

— ¿Por que estás tan callado? - pregunté entre risas y me quedé mirándolo sin detener el paso. Valentín alzó los hombros y se rió también.

— No se, como que tengo algo en la panza que no me permite hablar.

— ¿Te sentís bien? - arrugué la frente y frené en seco. Capaz que estaba por vomitar o alguna cosa así.

— Sí tonta, no me refiero a ese tipo de sentimiento, es algo lindo, algo que solo me causas vos. - cortó distancia agarrando una de mis manos, la unió con la suya y dejó un beso en cada nudillo.

Si no me caí de culo fue justamente porque él me estaba agarrando.

Lo miré a los ojos con una pequeña sonrisa y mordisqueé mi labio inferior de la misma ternura que me causaba.

Prácticamente nunca hablamos con Valentín acerca de nuestros sentimientos, de lo que nos pasaba con el otro mas allá de la calentura. Supongo que por eso estamos como estamos.

Por no aclarar bien las cosas.

Dí un paso al frente acercando mi mano libre a su mejilla y la acaricié haciéndolo sonreír. Y si mi visión no me fallaba acababa de ponerse rojito.

— No te pongas así porque te voy a tener que comer. - murmuré dándole un suave codazo buscando aliviar un poco el ambiente.

— Yo te voy a comer a vos. - respondió pasando uno de sus brazos por alrededor de mis hombros y de esa manera retomamos el camino a casa.- mía. - besó el costado de mi frente y ya que estábamos uní mi mano con la suya que colgaba en mi hombro.

— Soy Pía, no Mía.

— Pía mía.

— Malísimo. - me burlé mirándolo de reojo y cruzamos la calle a la siguiente manzana.

— Pía mía... nena, te voy a dejar el orto como una cereza, después de que te meta toda la verga, yeah. - empezó a rimar provocando que estalle de risa por lo tonto y malo que era. Lo miré una vez mas y palmeé el centro de su pecho como si lo consolara por lo que acababa de hacer.- hey, no te burles. Uno hace lo que puede para chamuyar, es trabajo honesto.

— Valentín tontín, te la voy a chupar como un chupetín, en mi boca te vas a venir y vas a ser todo mío al fin. - tarareé moviendo la cabeza para acompañar el ritmo y al terminar apreté los labios haciendo el intento de no reírme.

— Eh, sos re buena. Que talento oculto. - sonrió orgulloso y frotó mi cabeza como si le sacara brillo sacudiendo un poco mi cuerpo de la misma emoción.- ¿te puedo acabar en la boca?

rebeldía; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora