10 || 𝓱𝓲𝓼𝓽𝓮𝓻𝓲𝓪

4.7K 291 44
                                    

Las palabras de Valentín hicieron eco en mi cabeza una y otra, y otra vez. Su mirada estaba fija sobre la mía y la cercanía de nuestros cuerpos no me ayudaba en nada.

"Como me gustas, nena."

Mordisqueé mi labio inferior por los nervios que me carcomían entera y una pequeña sonrisa comenzó a dibujarse en su linda cara.

Quería preguntarle si era cierto, o aunque sea saber a qué mierda se refería exactamente.

Si le gustaba por mi manera de ser, físicamente o nada mas porque estaba caliente conmigo.

Su frase fue simple pero detrás de ella parecía haber un abismo y yo de nuevo me quemaba el bocho tratando de ver mas allá.

¿Todavía existía eso de preguntarle al otro si le gustas? A esta edad supongo que no.

Y creo que prefiero quedarme con la duda.

— Vamos a dormir, Valen. - susurré en voz baja. Por suerte ya no era necesario hablarle al oído o gritar para que me escuche y había extrañado mucho eso. El boliche me dejó aturdida.

— ¿Vos queres dormir? - preguntó y con ayuda de su rodilla separó un poco mis piernas para luego acomodarse entremedio de ellas terminando de unir su cuerpo con el mío.

Negué con la cabeza en respuesta a su pregunta y aprovechando la cercanía observé su rostro mas en detalle.

El piercing de la ceja le quedaba perfecto. Sus ojos eran de un color único, como el océano o más profundo todavía. Tenía algunos lunares que se esparcían por su cara casi estratégicamente y me daban ganas de quedarme contándolos toda la noche. Sus labios eran anchos, ni muy gruesos pero tampoco finos, y de solo mirarlos ya me entusiasmaba con la idea de probarlos alguna vez, y ver qué tenían para dar.

Con la punta de mi dedo delineé el puente de su nariz. Toqué su labio superior y bajé hasta la mandíbula. Le estaba empezando a crecer un poquito la barba y me gustaba verlo lucir tan varonil.

Me sonrió, de nuevo, y por dentro sentí que me derretía.

— ¿Entonces que querés hacer? - murmuró. Cada vez hablaba mas despacio y pausado. Sus ojos se entrecerraban a causa de mis caricias demostrándome que le agradaba.

— Nada, estar así con vos. - solté alzando los hombros y llevé una mano a su pelo para acariciarlo.

Los mechones de colores que le había teñido estaban medio desgastados pero le quedaba bien igual. Valentín lucía bien con cualquier cosa, y la imagen que me daba recostado encima mío, casi dormido y a medio vestir era una de mis favoritas.

Se veía tan tranquilo, lleno de paz y sumiso bajo el toque de mis manos después de haber vivido una noche tan agotadora.

No tenía sueño, estaba bien así. Y podría quedarme hasta el día siguiente mimándolo y admirándolo.

— Me gusta la idea. - susurró y se removió escondiendo su rostro en mi cuello como si buscara refugiarse de la poca luz que se colaba por la ventana. Suspiré percibiendo el último rastro de perfume que le quedaba y con mis dedos acaricié ahora la parte rapada de su cabeza.

Tracé pequeños círculos, subí hasta los mechones mas largos y pasé también por su cuello haciéndolo estremecer.

De esa manera perdí la noción del tiempo y no supe en qué momento los dos nos quedamos dormidos. Así no mas, destruídos pero juntos.

A la mañana siguiente me desperté y una sonrisa automática se dibujó en mi rostro al ver a Valen junto a mí.

Ya no lo tenía encima pero estaba al lado y boca abajo, roncando como bebé. Se le caía un poco la baba y me reí al percatarme de que se durmió tal y como se había acostado, con una zapatilla y el jean que nunca se llegó a sacar.

rebeldía; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora