Para cuando entré en el ayuntamiento, la lista de cosas pendientes había ascendido notablemente. La más urgente de todas era averiguar quién era Nant, pero sólo tenía pistas a medias. La siguiente era intentar no parecer muy convencida a la hora de votar a Oppal. La gente que no tiene tantas pistas como yo, tiene dos opciones aparentemente iguales frente a sus narices. Además, probablemente los que no voten a Oppal sean lobos y los que sí lo hagan sean la siguiente mitad en morir.
Lo más asombroso de todo, fue ver a un hombre condenado a muerte intentar defenderse para evitarlo. Las personas tienen un curioso don del habla cuando se ven derrotadas. Cuando encuentran una oportunidad para salvarse, aunque sea culpando en su lugar al hombre más inocente de todos, es increíble como logran manipularte hasta conseguirlo.
Y el chivo expiatorio que Oppal eligió, fue la persona que más guardaba relación con Thatcher, su hija Velavet, y la que menos secretos ocultaba para mí. No sé cómo lo hizo, pero llegó a hacerme dudar, por un momento, aunque sólo hubiese sido por un momento, había creído sus palabras y que la hija del cazador tenía dos caras.
Creo que nunca seré capaz de explicarlo tan bien como él. Tendría que encontrarme en su situación para hacerlo, derrotada y agarrada a un clavo ardiendo. Dijo algo así como que Velavet había manipulado a su propio padre para matar a la alcaldesa, porque sabía que él nunca dispararía a su propia hija, ni aun sabiendo que era un Hombre Lobo. Supongo que también logró convencer a la gente con esa excusa tan realista porque era el mismo plan que él tenía preparado en un principio.
No fue una sorpresa que la mitad se posicionase en su favor, pero sí fue una sorpresa que yo estuviese en esa mitad.
Antes de todo, dejadme explicar qué pasó. Dejadme defender mi error, antes de insultarme o de dar por hecho que soy fácilmente manipulable.
Tenía pruebas suficientes para acusar a Oppal. Creía en las palabras de El Cuervo, sabía la razón de la muerte de aquel anciano que acusó a los granjeros, sabía la verdadera razón de la muerte de Thatcher, y Sury me había confirmado aquello. Era cierto que Oppal había logrado hacerme sentir culpable por un momento, pero todos esos hechos hicieron que ese momento durase menos de un segundo. Pero vi a Bórenas. Me miró con esos ojos grises justo antes de votar, y después votó a Velavet. Me miró mientras levantaba la mano. Y yo lo hice también. De nuevo sentí aquel impuso de seguirle ciegamente.
Me siento como una hoja seca mareada por el viento. Me hace sentir débil saber que a pesar de todas las pruebas que tenía, una cosa tan sencilla como el efecto de una droga me haga cambiar de decisión tan rápido. Eso también me asustó, por otra parte. Si alguien más lo descubría, podría usarnos a Bórenas y a mí para ver cumplidos sus deseos. Podía pasarnos lo mismo que a Thatcher, chantajeado con la amenaza de matar a un ser querido, usado en unos planes más grandes y retorcidos. Me imaginé cómo me sentiría si matasen a Bórenas. No lo soportaría, incluso pensaría en... suicidarme.
Me estremecí, pero no por el hecho de imaginar mi propia muerte, sino por imaginarla como mi única salida.
Nadie más podía saber lo de Bórenas y yo. Nadie, o se aprovecharían de la facilidad de matar dos pájaros de un tiro. Yo tenía que protegerlo a él a toda costa. Recordé sus palabras: "Yo solo quiero evitar que acabes muerta, porque si te pasa algo..." Tal vez él también me protegía a mí. Y entonces recordé las palabras de Velavet: "Nant me hizo ver que necesitábamos una alianza entre dos personas."
El resultado de la votación me tranquilizó sumamente. El Cuervo había conseguido más apoyos, y Oppal había sido condenado por una mayoría de una o dos familias de diferencia.
Si nunca habéis visto a un lobo ahorcado, es siniestramente agradable. Era la primera vez que ahorcábamos a un Hombre Lobo, la primera vez que no matábamos a un inocente. En el preciso instante en el que perdió la vida, se transformó en la verdadera alimaña espeluznante que era a la luz de la luna. Era la primera vez que veía a uno. Su nombre no tiene mucho que ver con su apariencia, porque no es ni hombre ni lobo. Es un paso intermedio, con su mirada inteligente y salvaje al mismo tiempo, incluso cuando ya no tiene vida.
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La saga Pueblo Duerme
Mystery / ThrillerTodas las mañanas aparece en Castronegro el cuerpo sin vida de uno de sus habitantes. Detrás de cada muerte hay un grupo de Hombres Lobo obrando cautelosamente, moviendo los hilos para manipular a las personas. Eso es algo que sabe todo el mundo. Pe...