Anexo: La carta de Aisak

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Hola, Marcus.

La verdad, tenía buenas ideas para poner en esta carta, pero cuando he intentado escribirlas, es como si se hubiesen evaporado de golpe. Escriba lo que escriba, no será suficiente para resumir todo lo que me hubiese gustado decirte.

Éramos hermanos. Todo el mundo daba por hecho que éramos inseparables porque íbamos juntos a todos lados. Trabajos cooperativos, patios, quedadas... Lo cierto es que yo no había caído en la cuenta de eso hasta que te has muerto.

Las cosas están calladas por aquí. Faltas tú, eso es obvio. Pensé que podría comunicarte un poco de esperanza, pero lo cierto es que hoy me acabo de quedar sin buenas noticias. Cuanto más creo que estoy logrando recuperar a Julie, más pierdo a Sylvia. Y bueno, yo llevo perdido un buen tiempo. Ya no le tengo tanto miedo a hablar en público. Eso es lo único que me ha aportado este sitio. Aún así, sigo sin sentirme yo mismo.

Todos hablan de los monstruos en los que nos hemos convertido. Creo que en el fondo la gente está empezando a valorarse a sí misma gracias a esto, yo el primero. Nuestras virtudes nos hacen fuertes y nos hacen seguir viviendo. Y cada momento en el que desentierras un poco de humanidad en alguien... vale oro.

Supongo que ahora llega la parte en la que te pregunto qué tal estás y cómo están las cosas por allí. Me gusta pensar que lo que dijo Sylvia en su día es cierto: cuando mueres, te reinicias en un recuerdo feliz y lo vives todo otra vez. Como el juego ese de PlayStation que compraste por error pero acabó siendo la puta mejor tarde perdida de la historia. Ojalá sea así y ahora estés viviendo en no sé dónde comiendo pizza para desayunar. Sin piña, por supuesto.

La gente ha estado diciendo mierda de ti, Marcus. Se alegraron cuando te fuiste. No entienden que en realidad nunca estuviste en el mismo bando que los Hombres Lobo.

Yo también tengo que confesarte algo. Planeé matarte. Decir esto es más jodido de lo que parece... Me gustaría poder decirte que, en el momento de la verdad, jamás hubiese sido capaz de asesinarte, pero nunca sabré si es cierto. Tampoco sabré si tú también planeabas traicionarme o todo fue un malentendido. Prefiero quedarme con esta verdad a medias.

Lo único que puedo decirte es que nunca dejaste de ser mi amigo. Pienso matar a Darren por ti. Encontraré la forma de hacerlo ponerse de rodillas y pedirte perdón. Después le arrancaré los ojos o lo que sea, pero esto no quedará así.

Siento que tenga que quedar tan siniestro. Las cosas bonitas y las frases de autoayuda nunca fueron contigo. Conseguiré que al menos Julie y Sylvia lleguen al final del camino. No sé cómo, pero nos mantendré a los tres unidos en tu honor, hasta el final.

Ah, una cosa más. Te debo medio bocadillo desde primaria y te has muerto antes de que pudiese devolvértelo, hijo de puta.

Hasta siempre,

Pito Flojo.

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