Dieciséis días han pasado ya, quién lo diría. Por la noche, es como si el tiempo no pasara. Las calles están vacías, y la oscuridad hace que Castronegro parezca un pueblo plano pintando en lienzo. Esta noche ni siquiera ha hecho viento, y en el camino hacia la cabaña del cazador, las ramas no se han movido de su sitio, lo cual hacía parecer todo aún más irreal.
Pero, ¿cuánto tiempo nos queda todavía? ¿Cuántos días pasarán hasta que alguien logre reunir votos contra Bórenas? ¿Cuánto tiempo tardarán todos en salir huyendo de este pueblucho condenado? Esa fecha parece tan lejana como la del día de la primera muerte.
Abrí la puerta de la casa sin llamar. Bórenas estaba de espaldas a mí, de pie, mirando los jirones de capa manchada de sangre que había apartado la noche pasada. Se giró en cuanto me vio. Tenía el torso desnudo, y enseñaba las vendas que yo misma le puse. Que tapaban la herida que yo misma le provoqué.
—Ya estás despierto —apunté—. Te curas rápido.
—Soy un engendro, ¿recuerdas? Si fuese tan fácil de matar estaría jodido desde hace tiempo.
Cogió una camisa y se la comenzó a abrochar.
—Deberías tumbarte. Aunque te cures rápido, necesitas descansar.
Me dio la espalda de nuevo y no me contestó. Colocó troncos en el hueco de la chimenea e intentó prenderlos fuego. Durante todo ese proceso, en el que estuvo dando vueltas por la estancia buscando diversos objetos, ignoró a todo lo que le decía. Cogió los trozos manchados de mi capa y los arrojó al fuego, junto con algunas cosas más que también habían estado en contacto con la sangre. Estaba eliminando las pruebas.
—Te vas para matar a alguien, ¿verdad? —adiviné—. Ayer casi te mueres y hoy empleas esa suerte para matar a alguien.
Se giró hacia mí, con brusquedad. Mirarlo a los ojos esta vez no me cautivó. Era una mirada violenta, de alguien que ha pasado la noche pensando en todo lo que estaba por llegar. Me recordaba un poco a la de Dex, solo que detrás de la mirada gris de Bórenas se adivinaba el brillo lobuno de la transformación próxima. Y sí, me dio miedo y retrocedí un paso por instinto.
—No, ayer casi me matas, que es distinto. Y no, tampoco diría que soy suertudo precisamente. Necesito matar a alguien hoy, es extremadamente importante, Anesh.
—Bien. —Avancé el paso que había retrocedido y extendí los brazos— Aquí me tienes. Desgárrame las cuerdas vocales con tus colmillos para que no pueda gritar. Hazlo una muerte dolorosa, si quieres. En algún momento tendrás que matarme, ¿por qué no ahora?
Lo hacía para imponer, obviamente. Fingía una valentía que no sentía solo para ver si se echaba atrás. En el fondo pensé que me ignoraría, pero el caso es que comenzó a transformarse en Hombre Lobo ante mis narices. La boca se le hizo más alargada y más afilada, el pelo le comenzó a crecer, y tuvo que encorvarse para aguantar la nueva colocación de sus huesos. Sus garras no eran garras. Eran manos humanas con las uñas más largas de lo normal. Se acercó más a mí, y vi que su respiración era fuerte, como si quisiese llegar a lo más profundo de los pulmones. Arrugó el hocico y por un momento tuve miedo a que realmente se lanzase contra mí.
—No —gruñó después de un rato que se me hizo eterno—. Te quiero Anesh, va en serio.
Me rodeó como si fuese un mueble más, que curiosamente estaba entre él y la puerta. Saltó hacia el exterior y las sombras se lo tragaron. Cuando intenté seguirlo, me encontré sola en un pueblo vacío. ¿Qué esperaba encontrar? ¿Los ecos de carne desgarrándose en algún callejón? Me temo que no habría noticias hasta la mañana siguiente. Como siempre, como todo.
![](https://img.wattpad.com/cover/226942143-288-k569530.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La saga Pueblo Duerme
Mystery / ThrillerTodas las mañanas aparece en Castronegro el cuerpo sin vida de uno de sus habitantes. Detrás de cada muerte hay un grupo de Hombres Lobo obrando cautelosamente, moviendo los hilos para manipular a las personas. Eso es algo que sabe todo el mundo. Pe...