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Creo que el corazón se me va a salir de la boca de tanto que grito

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Creo que el corazón se me va a salir de la boca de tanto que grito. 

El cobarde del castaño ni siquiera opina o responde mientras le hablo, lo que sólo consigue que la sangre en mis venas hierva mucho más de lo que ya lo estaba haciendo. Estoy actuando como un completo animal, la clase de persona que jamás pensé ser. Pero he llegado a mi límite con muchas cosas. No sé lo que quiero. Estoy tan confundido, tan perdido en lo que mi mente y mi corazón desean. Los dos pelean por cosas totalmente opuestas, y eso sólo provoca que quiera esconderme del mundo exterior. 

No puedo negar que cuando ella no está me falta el aire. La respiración se me acelera y pierdo el control de todos mis sentidos por el hecho de que he perdido todo lo que me aferraba a mi cordura. Gianna lo era. Era el puente entre la oscuridad y la luz en mi vida. Se ha derrumbado, y me he quedado en lo profundo de este abismo por el hecho de que ella se encuentra demasiado lejos de mi alcance. 

Incluso cuando estoy gritando a través de la llamada y ella me responde de la misma manera, no puedo evitar pensar en que he extrañado. Me recuerda que pasar tiempo sin ella me está matando lentamente, porque es la persona que ha llenado cada rincón de mi cabeza desde que tengo uso de razón. Ella me enamoró desde el primer día. No he tenido libertad para pensar, nunca la he tenido. 

No desde que ella llegó a mi vida y la puso de cabeza.

No puedo ocultarlo y las ganas de gritarlo me carcomen en cuerpo y alma. Me duele sentir lo que siento por ella, no puedo negarlo. Mi relación con ella no tiene explicación, no tiene lógica. Somos dos personas que son tan incorrectas para el otro, pero que, de alguna forma, intentamos hacer que funcione. ¿Cómo es posible que funcione cuando los dos somos demasiado opuestos? Ella es azul, yo soy rojo. Ella suelta al mismo tiempo que yo jalo. Es invierno contra verano, y ambos sabemos cuál de los dos terminará ganando después de esta guerra sin sentido.

—¡Yo estoy soltera! —me dice, sacándome de mis pensamientos.

—¡Me vale...! —gruño de la frustración al no saber qué más decirle sin arrepentirme de ello después. 

He llegado a un punto en mi vida en el que suelto cosas demasiado hirientes, y eso jamás ha sido parte de mí antes. Soy un jodido desastre últimamente gracias a ella. Haberla amado me ha tenido así. No sé qué hacer. No encuentro absolutamente nada de la persona que solía ser y me quema por dentro no obtener respuestas. No conozco qué es lo que se tiene que hacer en esta situación. 

Siento celos, rabia, impotencia. Celos por saber que está con alguien más y que probablemente está compartiendo con él de la misma manera en que solía hacer conmigo. Rabia al entender que no puedo reclamarle por nada porque no estamos juntos, y porque yo estoy en una relación. Impotencia porque me encantaría saber que es cien por ciento mía y que nadie puede ser capaz de tocarla porque ella no lo desea. La satisfacción de pensar que ella todavía solamente me quiere a mí en su vida desaparece al recordar la maldita imagen en la que se encuentra sonriendo demasiado cerca de ese imbécil. 

Abismo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora