De alguna forma u otra, siempre supe que ella no tenía arreglo.
La parte desesperada de mi ser, la que siempre intento controlar porque solo quiere salvar a las personas, seguía aferrándose a la idea de que ella era capaz de ser arreglada. Que, a pesar de estar vacía, podía cambiarlo. Podía ser capaz de llenar cada rincón de su ser con mi amor, con mis ganas de llenarla de luz. De mostrarle que no tenía por qué quedarse rota.
Pero esta no es la historia de amor en la que el chico bueno consigue arreglar el mundo de la chica rota.
Porque eso no existe en el mundo real, jamás lo ha existido. Solamente existe la historia en que el chico bueno termina ahogándose con sus propios sentimientos y ganas de ayudar. Termina volviendo suyos los demonios de la persona que ama, y ella lo abandona. Lo deja con todo ese dolor y se va para continuar arruinando el resto de camino que le queda recorrer.
En ese camino se encontrará con otro chico igual a mí. Se encontrará con una persona dispuesta a arreglarla pieza por pieza sin importar la distancia en que estén los trozos. Puede que esa persona sí sea capaz de juntar sus grietas y conseguir que no se separen. Por una milésima de segundo, por tan solo un par de minutos, pensé que lo había conseguido. Pensé que esa persona era yo, pero me doy cuenta que no es así.
No entiendo por qué sigo esforzándome en arreglar a personas que nunca tendrán solución.
No la tendrán porque ellos no lo quieren. No conseguirán sentirse completos y felices porque hacen de todo a su alcance para alejar a las personas que provocan esas buenas emociones en su corazón. Puede que no tengan corazón en realidad. Puede que ella nunca lo tuvo, y consiguió manipularme una vez más para pensar que sí. Esto siempre ha sido un juego.
Y no importa cuántas veces cambie la jugada, ella siempre termina ganando.
Me detesto por seguir dándole oportunidades para explicarse, para defenderse, para que consiga hacerme entender el por qué sigue haciéndonos esto. ¿Por qué? ¿Por qué sigue haciéndome daño de esta manera cuando lo único que he hecho es querer estar a su lado? ¿Es ese mi error? Amarla más de lo que ella me ama. Es mi condena.
Lo único que no entiendo es cuál fue mi pecado para tener que pagarlo de esta forma tan cruel y despiadada.
Mi padre solía decirme que tengo que amar sin límites, sin barreras, sin condiciones. No tengo que esperar nada a cambio de los demás porque eso no es amor, es conveniencia. No espero absolutamente nada de nadie a este punto. No espero que alguien sea honesto conmigo y me diga las verdades en la cara porque muy pocas personas tienen las agallas para venir a contarme sus errores. Muy pocas personas que decían quererme y hacer de todo por mí fueron las últimas en venir a confesarme la verdad. Lo que más duele no es la verdad, es la manera en que lloran. No lloran porque están arrepentidos.
Lloran porque fueron atrapados y no pudieron salirse con la suya.
Gianna Jhalessi tiene tantos defectos que he dejado pasar por alto millones de veces porque mi padre, mi abuelo, mis tíos, todas las personas mayores que conozco, solían decirme que el amor era de esta manera. Que tienes que entrar ciego, dispuesto a que te rompan el corazón. Sabes que amas a una persona cuando cada vez que te hacen daño, por más mínimo que sea, sientes como si millones de dagas envenenadas se clavaran en lo más profundo de tu alma. Dejan cicatrices, muchas de ellas, que no cerrarán a pesar de las disculpas falsas y las frías caricias. Se quedan grabadas en ti, para siempre. Son un recordatorio de los errores que hiciste en el pesado.
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Abismo ©
RomansaDespués de muchísimos años de haber estado enamorado, Taehyung Neon descubre que el amor no es capaz de vencer todos los obstáculos. Lleno de impotencia y desesperación, decide hacer lo que por mucho tiempo juró jamás cometer. Dejar ir a la mujer de...