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ARIA

Durante todo el relato estuve apretando mis puños y sollozando interiormente. Quería gritar e irme lejos de todo esto, pero era una niña huérfana que estaba perdida y no podía encontrarse así misma, no aguantaría ni un día ahí fuera sola.

Nunca supe que mi padre trabajaba para el CNI, parece como si nunca lo hubiera conocido pero aún así sé que siempre estuvieron ahí para protegerme y cuidarme, y ahora entiendo muchas cosas.

-Aria.. no quiero que esto te afecte -me puso un mechón de cabello tras la oreja y limpio mis lagrimas- quiero que sepas que voy a cuidarte como si fuera tu madre -sentí paz al oír eso- y prometo que no te vas a arrepentir de venir con nosotros. Se lo prometí a tu madre y prometo cumplir la promesa.

Me lancé a sus brazos rápidamente sin pensar en lo que estaba haciendo y al sentir sus brazos sentí una calidez que hace tiempo no sentía. No era mi madre, pero la conocía y fue su mejor amiga, me sentía lo más cerca que podía sentirme de ella.

-¿Quieres ir a casa? -me susurro-
- Tengo miedo -me separe un poco- pero si.. si quiero -sonreí tímidamente-

Volví al patio en el cual mis amigas me esperaban. Al verme corrieron hacia mí para abrazarme.

-Te vamos a echar mucho de menos -me dijeron las dos-
- Yo también -dije mirandolas- prometo venir a visitaros seguido, nunca podría olvidarme de mis mejores amigas.
- Vive Aria y no pienses en lo que pasó -me dijo Paula- serás más feliz así -asentí lentamente-

Me ayudaron a recoger las cosas de la habitación y una vez recogido todo guarde lo más importante en mi maleta, el álbum de fotos que tenía con mis padres. Estuvimos un rato más con algo de papeleo y después me despedí de Lina y mis amigas de nuevo, prometiendo que volvería.

Me monte en el coche y algo asustada miré a Belén, la cual me dio una sonrisa confortante que hizo que me tranquilizara. Su madre me había pedido que fuéramos con calma, que ella hablaría con sus hijos sobre esto más tranquila. Aun así no iba a decir nada, nunca había sido ese tipo de personas que contaban lo que otras personas le contaban.

Di un último vistazo tras la ventanilla y moví mi mano a modo de despedida. No se cuando sería el momento de volver de visita pero estaba segura de que volvería.

BNET

Había pasado unos días demasiados buenos con Nuria pero ya me volvía a casa con Ginés en su coche. No sabía si mis padres estarían allí ya o no pero sinceramente no tenía muchas ganas de que una persona desconocida se quedará ahora en casa por la cara, todo esto era una mierda.

El viaje no paso nada lento, de hecho ya estábamos entrando en Madrid y le envie un mensaje a Nuria diciéndole que ya estaba llegando. La echaría de menos pero en un mes vendría a quedarse unos días a casa entonces no había problema.

Mi amigo fue dirección a mi casa y al llegar me despedí chocando manos como siempre, finalmente le di un abrazo y salí del coche. Al abrir la puerta de casa vi algunas maletas en la sala y suspire, seguidamente escuche a mi madre desde el cuarto de mi hermano Pedro, o al menos de su antiguo cuarto.

-Aria ¿suficiente espacio para ti no?
- Esta muy bien -escuche una voz hablando muy suave-
- Javier -di un salto al ver a mi hermana a mi lado- ¿como te lo has pasado? -veía que estaba emocionada-
- Muy bien, Nuria te manda saludos, ¿ya llegó? -pregunte sin dejar de mirar hacia la habitación de mi hermano-
- Si... ya .. la hemos elegido -dijo con una sonrisa forzada- es muy buena, seguro te cae genial.
- No me hace mucha gracia que una desconocida se vaya a quedar en mi casa -encogí mis hombros- pero tampoco le daré mucha importancia.
- Solo no seas duro con ella, será difícil al principio para todos -bajo su mirada- ¿te la presento?
- No hace falta -dije cogiendo de nuevo mi maleta y caminando hacia mi cuarto-

Deje las cosas en mi habitación y ordene la maleta. Salí en dirección al baño pero al entrar me choqué con alguien, exactamente con la chica que había venido, estaba ordenando sus cosas en el baño lo que faltaba.

-Perdón -dijo rápidamente-

Pude ver sus mejillas rosadas cuando se dio la vuelta y una mirada algo avergonzada. Tendría que ser de la edad de Belén, unos dos o tres años más pequeña que yo pero no puedo negar que tenía una belleza digna de admirar.

Su pelo era color azabache, negro como la noche. Sus ojos eran de un azul claro demasiado intenso y que por un momento me dejaron en trance. Su nariz algo respingona y sus labios rosados. Era muy blanquita y algo delgada, se veía que estaba en otra o era tímida porque no volvió a emitir palabra. ¿A qué viene esta descripción tan intensa Javier?

-Ehh no pasa nada -dije volviendo a ponerme recto- ten más cuidado la próxima vez -asintió y salió algo rápido del baño-

Fui a coger mi cuchilla de afeitar pero no estaba en su sitio, la niña bonita había puesto sus cosas sobre las mías, esto sería realmente molesto. Me di un baño y salí a la cocina para coger la cena, no me apetecía sentarme en la mesa y hablar con nadie por lo que me metí en mi cuarto y conecte la play para jugar con Yerar al Fifa. Esto solo acababa de empezar.























🤪 Primer encuentro 🤪

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora