ARIA2 meses desde que Javi salió de mi apartamento llevándose con él gran parte emocional de mi. La otra cara del amor, se ha dicho siempre, es el sufrimiento y no podían tener más razón que esta.
Tenía un vacío tan grande en el pecho al saber que todo podría haber sido diferente pero que el destino estaba empeñado en destruir cualquier oportunidad que teníamos...
Es cierto que podría haber dejado todo de lado y haber apostado por lo nuestro pero le di una oportunidad a David, había estado apoyándome durante estos dos últimos años y era todo lo que estaba bien. Le di una oportunidad porque tenía la certeza de que podría llegar a quererle bien, pero nunca sentiría ni la mitad de lo que había sentido con el chico de profundos ojos castaños.
Tuve miedo, cuando lo vi recostado en mi pecho desnudo tras haber estado juntos se me pasaron tantas cosas por la cabeza. Una de ellas fue de nuevo la inseguridad al saber que lo que habíamos hecho lo hizo con Nuria cuando estábamos juntos, por lo que no evite pensar en que era un chico que podía tener a cualquier chica y que alcanzaría más fama de la que tenía, y todo ello influiría pudiendo llegar a hacer lo mismo conmigo. Después de todo no sabía si era un capricho para él.
Llevaba unos días encontrándome muy desanimada y sin querer salir de la habitación y aunque David había insistido en venir a verme le había dicho que necesitaba estar sola. No quería pensar mucho pero llegaba a veces incluso a arrepentirme y a pensar en correr hacia su casa y tirarme encima de él como si la vida me fuera en ello.
Quizás él tenía razón y no estábamos hechos el uno con el otro para estar juntos, simplemente para mantener la buena amistad que solíamos tener desde nuestra infancia aunque nada sería lo mismo, nunca.
Apenas había probado bocado porque no tenía hambre y lo poco que comía lo devolvía minutos después. Llevaba así una semana pero se me hacía pesado cambiar de rutina y por eso mismo me costaba la misma vida levantarme de la cama. Menos mal que en el restaurante en el que trabajaba me habían asignado dos semanas libres porque estaban restaurando el mismo.
Intenté cerrar los ojos de nuevo pero escuché el timbre del apartamento ¿No les había quedado claro a ninguno que no quería visitas?.
Me limité a cerrar de nuevo los ojos pero el timbre seguía sonando por lo que me levante algo molesta y dirigí mis pasos hacia la puerta principal del apartamento. Era David.
-Aria -dijo con una sonrisa torcida- se que no quieres visitas pero no puedes seguir así -pasó rápidamente a mi apartamento-
- David te dije que necesitaba estar sola -dije algo molesta-
- ¿Pero tú te estás viendo? Apenas tienes el color en tus mejillas como solías tener, tus ojos azules están apagados y estás mucho más delgada.
- Ese no es problema tuyo -dije pero me arrepentí de hablarle así al momento-
- ¿No lo es? Me diste una oportunidad y no pienso desperdiciarla, si tengo que cuidarte unos días voy a hacerlo.
- David solo... no te lo tomes tan a pecho, te di una oportunidad para ver cómo surgía pero no somos nada todavía.
- Pues para mi eso es mucho así que no me lo repitas más -suspiro- vamos vístete, vamos al médico.
- ¿Cómo? -dije confundida-
- Necesitas una revisión, vamos.
- No quiero ir al médico -me crucé de brazos-
-No me hagas repetirlo dos veces Aria, por favor.Vi su mirada de preocupación y no rechiste más procediendo a vestirme con unas mallas cómodas y una sudadera de deporte, estaba perezosa hasta para arreglarme o si quiera maquillarme un poco.
Llegamos al hospital del centro de Madrid en menos de 10 minutos y procedimos a esperar en la sala que nos habían indicado. Tras unos cuarenta minutos me nombraron y los dos entramos a la consulta.
-Buenas tardes -nos saludo-
-Buenas doctor -dije sentándome al igual que David-
-¿Que la trae por aquí señorita?
- Pues ... -me quede algo cortada porque no quería decir nada, David al verme así hablo por mi-
- Lleva una semana algo complicada -me miró y asentí- no suele comer mucho, de hecho ha adelgazado bastante y no tiene ganas de nada, sus ojeras son notorias y ... -me miró-
- Si... me siento constantemente cansada y suelo vomitar lo que como -dije algo tranquila-
- ¿Con qué frecuencia come al día? -me pregunto seriamente y me removí en la silla-
- Yo.. mmm dos veces al día o una -dije avergonzada- pero no por nada, simplemente no me apetece comer.
- Pero tiene que comer -me miró con una ceja levantada- Le vamos a hacer unos análisis de sangre para ver cómo está su organismo en general, por si padece de algo de lo que no estamos al tanto, aunque sospecho que puede tener indicios de anemia. También haremos alguna revisión de orina.¿Anemia? ¿Cómo he llegado a esto? El doctor al ver mi cara de preocupación me tranquilizo y me dijo que me harían los análisis y que en una hora y media estarían, como mucho en dos. Por ello cuando me los hicieron me quedé con David en la cafetería tomando un café y esperando para hacer tiempo. Estaba intranquila, no se si quería saber lo que saldrían en esos análisis.
Cuando pasó la hora y media subimos a la sala de espera y tras esperar unos quince minutos más nos llamaron y entramos a la consulta.
-Bueno Aria -el doctor junto sus manos- hay dos noticias.
- Vale .... soy toda oídos -David cogió mi mano y le dediqué una pequeña sonrisa-
- Como me temía tiene anemia, y no necesariamente porque esté delgada sino porque sus glóbulos están faltos de sangre, de proteínas de ciertos alimentos y de la falta de comer. Tranquila que no es una anemia grave pero si no empieza a comer bien puede empeorar -asentí algo decaída- aunque no tenga ganas de comer tiene que hacerlo, esta dieta es la que tiene que llevar a cabo en las dos semanas siguientes -me entregó un pequeño cuadrante-
- Esta bien gracias -suspire-
- ¿Y la segunda doctor? -preguntó David-
- Pues creo que será una buena noticia para ambos -dijo con una sonrisa- Felicidades, está usted embarazada.Embarazada, embarazada ... la única palabra que rondaba ahora mismo por mi cabeza. Embarazada... de Javier. Sentía como el mundo caía de cabeza sobre mi y me faltaba el aire, ¿porque era una tras otra?.
Mire a David asustada y vi como las venas de su cuello se marcaban al igual que sus manos agarradas a la silla, quería llorar. Lo siguiente que hizo fue tirar la silla rápidamente haciendo que me asustara y salir dando un portazo.
Es ahí cuando mis lágrimas empezaron a caer, el doctor me dio permiso con la mirada para salir tras él y eso es lo que hice.
-David -alzo mi voz- para por favor
-No puedo creer esto -dijo enfurecido- eres una puta, eso es lo que eres.
-No es lo que crees -mis lagrimas caían- tenía que pasar y paso pero sostengo que te di una oportunidad David, no tengo nada con el.
- Me da igual, me siento un mierda y un juguete -me señaló con su dedo- Te vas a quedar sola con ese puto bebé ¿sabes porque? -sentí un sollozo queriendo salir de mi garganta- porque no tienes los cojones para decírselo a nadie por vergüenza y miedo -me conocía- y porque no voy a estar a tu lado, ya no más.
- David -solloce-
- Te vas a quedar sola como siempre te has quedado, como te dejaron tus padres -al decir eso salió disparado por la puerta del hospital-No podía estar más rota hoy, no tenía motivos para seguir pero lo único que me ataba a seguir adelante era la pequeña criatura que estaba creciendo dentro de mi. Tendría que darle lo mejor y eso es lo que haría, a costa de todo.
Algunas acertasteis
Ahora se que viene lo bueno
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Fearless
RomanceTodo lo que vivieron y sintieron se encontraba únicamente guardado en su piel y alma. Valía la pena luchar por lo que valía la pena tener, pero ellos fallaron en el intento. Quizás no era la persona adecuada, o quizás no era el momento adecuado par...