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BNET

Llevé el porro a mis labios delicadamente y sintiendo como la marihuana hacía efecto en mí poco a poco. Después de lo que pasó en la discoteca me he sentido un miserable, un auténtico miserable con la que ha sido mi compañera de vida desde que yo era un moco. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un Yerar con la cara algo seria y haciéndome señas para que bajara la voz de la televisión.

-¿Qué pasa? -dije confundido por su actitud-
- Tu madre ha venido -dijo rápidamente-
- ¿Cómo? -creo que había entendido mal-
- Que tu madre ha venido Javi -suspiro- no me hagas repetirlo.
- ¿Lo sabías? -vi que se puso nervioso- y no me lo has dicho.
- No seas inmaduro y habla con ella, le estás haciendo daño con tu comportamiento de mierda.

Eso me dijo claramente antes de cerrar la puerta y eche mi cabeza hacia atrás. Mi amigo nunca me había hablado así por lo que tendría que tener una buena razón para hacerlo.

Minutos más tarde sentí como mi madre entraba por la puerta, para ese entonces me había encargado de esconder las sustancias pero ella no era tonta y notaba el olor y mi apariencia.

-Hola Javier -me regaló una triste sonrisa que hizo querer ponerme a llorar sobre su regazo-
-Hola -dije intentando guardar la compostura-
-¿Cómo estás?
- Bien -dije rápidamente-
- ¿Estás seguro de eso? -me dijo sentándose a mi lado con cuidado-

Mire cómo sus ojos castaños buscaban los míos y sentí desfallecer al tener a la mujer que me había dado la vida preocupándose una vez más por su pequeño, como ella siempre decía.

Sentí como sus brazos me envolvieron y como se escapaba un sollozo de mi garganta, hice fuerte mi agarre y me quede en su pecho recostado. Ella peinaba mi pelo con sus dedos, se sentía tan bien, ahora sentía que estaba en casa.

- A veces cuando tenemos tormentas mentales nos llueven los ojos -me dijo sabiamente-
- Lo se mamá -susurre débilmente- lo siento tanto, por todo... me he portado tan mal con mi familia -hice de mis manos un puño-
- Todos cometemos errores, somos humanos pequeño -paso sus manos a mi espalda- ¿Quieres contarme algo?
- Seguro Belén te ha contado algo -suspire- la conozco y tiene que estar muy mal por mi culpa -baje mi cabeza-
- Ha estado una semana sin salir de su habitación -eso solo hizo que me sintiera peor- pero me ha contado lo suficiente para que yo viniera -me miro delicadamente- necesitas volver a casa Javier.
- Lo sé mamá pero no se si estoy preparado para... para verla. He sido un mierda con ella -sentí de nuevo mis ojos aguarse- y tengo un nudo aquí -señalé mi pecho- que no se va por nada del mundo.
- Eso se llama amor -me miro con dulzura- amor y angustia.
- Pues no me gusta -dije dolido pero era mentira, nunca me había sentido con nadie como con Aria-
- Mientes... te sientes vivo con esa persona, sientes que quieres protegerla de todo y que no habrá otra -me acaricia la mejilla- no es malo admitir que estas enamorado Javier, aun así sea de otra persona que no sea Nuria.
- Lo sé mamá pero he estado con ella mucho tiempo y... -me corto-
- Y nunca la has mirado como a Aria -y era verdad- ¿hablaste con Nuria?
- Todavía no -dije en voz baja-
- Tienes que hablar con ella Javier -dijo seriamente- se ha portado muy bien contigo, asentí- ¿Y con Aria..?
- Se lo explique pero no quiere verme -dolía- y la entiendo, yo seguramente hubiera hecho lo mismo mama. Estuve con dos personas a la vez y no se lo merecían, ni una ni otra. Por esa razón me da miedo volver a casa, no soportaría que no me mirara o me hablara mal.
- Ya no vas a tener ese problema corazón -suspiro-
- ¿Cómo? -dije confundido-
- Aria se ha ido a un pequeño apartamento... quiere independizarse y darnos espacio.

Todo esto era mi culpa. Me acuerdo que una vez le dije que mientras pudiera seguir viendo esos ojos azules por casa todo estaría bien, que no quería que me dejara. Pero esta vez la deje yo, yo fui el que falle así que nada seguiría estando bien.

-Necesito volver -y era verdad- quiero cambiar mama.
- Eso era lo que había venido a escuchar -me regaló una sonrisa, sincera esta vez-

ARIA

-Paraaaaaa -salí corriendo porque David no paraba de hacerme cosquillas- David JAJAJAJA paraaa -no podía para de reirme-
- Eso por no dejarme terminar los macarrones -dijo con una malvada sonrisa-

Os pongo en contexto. David estaba cocinando la pasta y dejándola hervir y solo a mi se me ocurrió molestarlo tirando harina, un poco en los macarrones y otra poca en su pelo cosa que hizo que se molestara y me empezara a hacer cosquillas.

Caímos entre risas al sofá y quedó encima mía pudiendo apreciar desde este ángulo sus mejillas sonrojarse. Mire sus profundos ojos azules pero no lo eran tanto como los de cierto castaño.

Me golpeé mentalmente por estar pensando en una persona que no había mirado por mi bienestar como lo estaba haciendo David, pero simplemente no podía. Deje un beso en su mejilla y me levante algo incómoda por el momento que había sucedido segundos antes.

David me había visitado unas cuantas veces este primer mes que había estado sola y la verdad que lo agradecía mucho.

En la universidad me iba bien y en mi pequeño apartamento también, además había echado curriculum para trabajar en algunos restaurantes de la ciudad y estaba a la espera de que me dieran noticias.

Sentía que poco a poco todo iba mejorando, o al menos así lo sentía.































No por mucho tiempo todo puede estar tranquilo

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora