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BNET

Intentaba llegar hacia ella haciendo caso omiso a lo que me decían mis amigos, no permitiría que se desangre ahí en medio. Sentí tanta rabia e impotencia al verla así que sentí como mis ojos picaban pero me mantuve fuerte.

Nunca hubiera imaginado que la comida que tenía de empresa con los de Urban podía acabar así, con un tiroteo o atentado en uno de los restaurantes más visitados de Madrid pero menos imaginaba que Aria estuviera trabajando aquí.

Conseguí pasar tras una mesa y rápidamente me coloqué a la derecha de la pelinegra. Buscaba con su mirada algo, seguramente mi posición por lo que me acerqué sin llamar la atención hasta quedar a unos metros de ella. Me estaba jugando el cuello pero el hombre que tenía el arma estaba distraído porque la policía iba a entrar.

Me acerqué por completo tras ella y la rodeé con mis brazos, sentí cómo respiraba entrecortadamente. Estaba teniendo un ataque.

-Estoy aquí -cogí su pequeño rostro con mis manos- estoy aquí, tranquila porfavor -susurré-
- Te quiero -se lanzó a mi pecho y escondió su rostro en mi cuello- te quiero tanto -mi piel se erizo al escucharla- no debí dejarte ir -estaba muy nerviosa y no era nada bueno- no debí dejarte ir.
- Aria por favor tranquilízate -susurré- te quiero ¿vale? Te quiero muchísimo así que por favor no hagas nada, no te muevas y no hables.

Dirijo mi mirada hacia sus piernas y trague saliva al ver tanta sangre acumulada, le habían disparado. Estaba muy pálida y sus ojitos me miraban cansados, mi mundo se vino abajo al verla así.

Iba a hablar pero se escucharon sonidos de puertas y cristales romperse a la vez que disparos interminables. Me tiré rápidamente encima de ella y la cubrí por completo con mi cuerpo para que no recibiera daño ninguno.

Las personas no dejaban de gritar pero cesaron cuando la policía terminó entrando junto al cuerpo de seguridad de la CIA.

Todo había terminado o eso creía hasta que vi como la chica que tenía entre mis brazos no respondía a mis llamadas.

-Aria -empeze a perder la paciencia- contéstame -pero no respondía- no me hagas esto -la moví un poco pero nada- vamos joder -alze mi voz-
- Javier -Ginés miraba la escena con sus ojos abiertos-
- Avisa a la puta ambulancia rápido -grité hacia mi amigo-

En unos minutos Aria estaba siendo trasladada al hospital en una ambulancia. La policía y los paramédicos estaban avisados de todo lo que estaba pasando y se mantuvieron preparados en todo momento.

Había sido un atentado, un puto atentado de un chico de 23 años que estaba preparándose para la Yihad pero que pudieron coger a tiempo, ya que por lo que había escuchado no era el único atentado que tenía pensado hacer en Madrid.

Esto nunca terminaría y siempre habría mierda en la sociedad, estábamos muy equivocados si pensábamos que podíamos cambiarlo.

Subí a mi coche pero Ginés se dispuso a conducir en mi lugar porque decía que no estaba en condiciones de coger el coche, y no se equivocaba. Llegamos en menos de 5 minutos y bajé rápidamente mientras mi amigo aparcaba. En la misma planta baja pregunté por la chica que había llegado minutos atrás y me mandaron hacia la sala de espera de la tercera planta.

Tendría que tener paciencia porque me dijeron que iba a necesitar operación quirúrgica pero no sabía para qué, solo hacía que mi paciencia descendiera por momentos y no sabía si podría aguantar mucho más.

Ginés llegó unos minutos más tarde y se limitó a hacerme compañía durante todo la tarde. Habían pasado dos horas y media desde que subí y ya no sabía qué más pensar o hacer hasta que mis pensamientos fueron interrumpidos por el médico que tenía frente a mi.

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora