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ARIA

María había hablado con Belén y conmigo ante nuestro desconcierto por ver que Javi pasó la semana fuera de casa. Realmente me sentía muy mal y como si fuera una intrusa en esta casa, pero estaría dispuesta a volver a empezar de cero si era por su bienestar y a intentar conseguir un trabajo o un piso en unos años para darle su espacio.

Con esto último no estaba la que era mi actual "familia" de acuerdo, pero necesitaba valerme por mi misma y cuando termine la carrera en cuatro años me gustaría dar el paso de independizarme si no lo es antes.

No quería ser un estorbo para Javi, al fin y al cabo era su hogar, no el mío. Estábamos los cuatro sentados en la sala esperando al hermano mediano, en unos minutos tendría lugar la tan esperada charla. Minutos después escuché como la puerta de casa dejaba ver al famoso freestyler con una maleta. Pasó rápidamente la vista por sus padres y su hermana y por último quedó unos segundos enfrentando a mis ojos azules.

-Hijo... -dijo el padre dandole un abrazo que este correspondió- ¿estás bien?
- Si papa, gracias -dijo aclarando su garganta-
- Me alegro de verte pequeño -dijo la madre con una media sonrisa-
- Yo también me alegro mamá -asintió con la cabeza-
- Bueno... ¿te sientas? -dijo el padre y esté asintió-
- No voy a interrumpir -dijo Javier- pero necesito una larga y clara explicación.
- Bien... -su madre empezó- cuando era muy pequeñita y estaba viviendo en León conocí a la que fue por mucho tiempo una de mis mejores amigas. Su nombre era Elsa y aunque vivía en un pueblecito alejado de Madrid venía en verano y en Navidad a pasarlo a mi ciudad -Javi estaba con sus codos en sus rodillas y asintió lentamente- nos hicimos muy amigas y cada año nuestra amistad crecía sin reparo, aunque al entrar cada una en una universidad distinta fue más difícil vernos más seguido. Sin embargo, siempre teníamos tiempo la una para la otra -sonreí interiormente y me acordé de Paula y Laura- fueron años muy buenos y yo finalmente conocí a tu padre -miró a Juan feliz- y ella conoció a su marido. Pedro vino unos años después -soltó una risa- y tu fuiste el siguiente Javi -sonrió con dulzura- solías pasarte horas con Lucas, su marido -y mi padre-, ya que los dos adoráis el baloncesto pero tu eras muy pequeñito -eso no lo sabía- cuando ibas a cumplir los cuatro Javier, vino tu hermana pequeña -Belén le dio una mirada y le saco la lengua-
- Vine a hacerte la vida imposible -achino mi amiga sus ojos hacia el hermano-
- No hace falta que lo jures -soltó una risa, que bien le sentía sonreir- ¿Como sigue?
- No solo vino tu hermana -me miró la madre con los ojos brillantes- también vino Aria -sentí la mirada de todos sobre mi-. Erais todos como hermanos, os veíais pocas veces durante el año pero cuando lo hacíais parecía que no había paso del tiempo para vosotros, especialmente para ti -señaló a su hijo- y para ella -me señalo a mi y me sonroje-. solías decirme... "Mamá, cuando sea mayor voy a ser novio de Aria y voy a protegerla de todos los malos" -vi como un pequeño rubor subía a las mejillas del mediano de los Bonet-
- Mama.. -dijo Javi algo avergonzado-
- Tenías solo 8 años Javier -dijo riendo el padre- a lo que quiero llegar es que esta chica de aquí -me señalo- no es ninguna desconocida para ti, y si lo fuera tendrías que aceptarla igual.
- Lo entiendo, pero solo entenderme por un momento -dijo frustrado y frunciendo el ceño- no disteis ninguna explicación al principio y fue muy rápido todo, me enteré del día a la mañana.
- Apoyo a mi hermano en eso -dijo Belén- quede muy confundida y triste al saber que ya la habíais elegido y los demás niños no tendrían ninguna oportunidad.
- Todo estaba organizado niños... y fueron muchas más familias al orfanato -nos sonrio- me lo dijo Lina, hay muchas familias que se están decidiendo por adoptar pero lo que hemos hecho con Aria era necesario, y ahora os diré porqué.

María empezó contando todo lo que me había dicho en el orfanato, con lujos y detalles. Aquel día en el que mis padres suplicaron por mi cuidado, porque los Bonet fueran los que, en caso de que mis padres sufrieran algún accidente ellos se quedaran conmigo. El hecho de que algo no iba bien, el hecho de que estaban en peligro y por tanto yo lo estaba también. Javi estuvo serio durante todo el relato, sus manos se formaban en un puño y sus venas se marcaban en su cuello.

Cuando su madre contó que esa fue la última vez que vio a mis padres y que poco a poco los pequeños Bonet dejaron de preguntar por mi sentí un vacío que llevaba intacto por muchos años. Al terminar el relato con la llamada del accidente y el recibimiento de la noticia, termine por romperme. Baje la mirada intentando aguantar mis lágrimas. No importaba el tiempo que pasara, siempre dolería recordarlos. Al levantarla sentí los dos orbes marrones de Javi mirarme con una mirada que mostraba arrepentimiento y perdón.

Estuvimos cerca de un minuto en silencio hasta que Javi hablo.

-¿Puedo hablar con Aria un momento? -dijo sin dejar de levantar su mirada del suelo-

Sentí como mi cuerpo reacciono al escuchar mi nombre salir de sus labios, sin ningún matiz agresivo como los que había usado estos meses atrás. Los padres y la hermana asintieron y fueron a la cocina cerrando la puerta tras ellos.

Me quede estática en mi lugar moviendo mis manos de manera nerviosa, en ningún momento levanté mi mirada porque me daba respeto y miedo su presencia. Quizás porque me había tratado como la misma mierda desde que llegué aquí.

-Aria -susurro- mírame.

Aprecié cómo se movió para quedar más cerca mía pero aún me daba respeto mirarle de cerca, aunque sabía bien que por otra parte amaba tenerlo así de cerca para apreciar los rasgos de su cara.

Sentí como me agarró mi barbilla y me la subió lentamente. Sentí mis mejillas ponerse muy pero que muy rojas ante ese gesto.

-Yo... -tartamudee hizo un gesto para que le dejara hablar-
- Perdóname -dijo con sus ojos brillantes ¿iba a llorar?- te he tratado muy mal cuando nunca me has dado motivo para hacerlo. Se que no me perdonaras tan fácilmente Aria... pero necesito tu perdón, incluso aunque tu actitud hacia mi sea la contraria -dijo sin apartar su mirada de la mía-
- Javi...-dije en voz baja- no soy de piedra, me dolían tus comentarios -le mire con determinación porque tenía que hacerle saber que lo había hecho mal- pero no soy rencorosa y la situación ha sido difícil para todos... -mire mis manos nerviosa-
- Pero eso no justifica nada Aria, lo he hecho mal y no voy a volver a hacer que te sientas así, no me lo perdonaría nunca -lo mire confundida pero sonrojada ante lo que había dicho- digo... no me sentiría bien conmigo mismo, no soy realmente así -dijo rápidamente-
- Te perdono Bnet -dije diciéndole el aka y soltó una risa- podríamos empezar de cero ¿qué te parece?
- Me parece bien -me regaló una sonrisa- Encantado, soy Javier Bonet, también conocido en el mundo del freestyle como Bnet -me extendió la mano-
- Hola -dije estrechando su mano- me llamo Aria Velázquez y.... conocida como Aria -dije con una sonrisa nerviosa, era patética ¿conocida como Aria? si ese es tu nombre pedazo de tonta-
- Increíble presentación Aria -se aguanto una risa- has debido de pensar mucho en ese aka.
- No te burles... -le di un empujón-

Nos quedamos unos cuantos segundos en silencio y después decidimos dar por finalizada la conversación, pero veo que tenía algo más que decirme.

- Supongo que tendré que recordar -se rasco la cabeza- pero si lo dije de pequeño lo sostengo ahora -dijo mirándome fijamente- te protegeré de todos los malos, al igual que hago con Belén -sonreí interiormente-
- Gracias Javi -cruce mis manos- eres un buen chico.

No se a donde nos llevaría a parar esto pero sentía que iba a empezar una nueva etapa de mi vida, una etapa que me marcaría en lo más profundo.

Y no me equivocaba

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora