37

465 36 2
                                    


BNET

Había aprendido que si algo no estaba para ti no había que forzarlo, no había que caer de nuevo en el pozo en el que una vez te habías visto.

Tras dos meses en los que no había tenido rastro de Aria aprendí a dejar ir poco a poco aunque aún estuviera enamorado de ella. Me sentí decepcionado pero no tenía derecho a recriminarle nada porque ya me había perdonado demasiadas veces, ahora le tocaba a ella vivir un poco su vida aunque por un momento pensé que me querría en ella.

Había estado saliendo algo más con mis amigos y me habían presentado a una chavala que se llamaba Celia, era muy guapa e interesante, pero no era ella. Todo era muy reciente y no creo tener ganas ahora de otra cosa que no sea de tener tiempo para mi. No obstante, había quedado a veces con ella y me lo pasaba bien por lo que no veía nada malo en seguir haciéndolo.

Hoy después de mucho tiempo hablaría con Nuria, había venido a pasar unos días a Madrid con sus tíos y habíamos quedado, era algo necesario y algo para lo que antes no había tenido valor.

Tenía claro que no quería nada con ella y que me equivoque, pero no me arrepiento del tiempo que pasé a su lado, y era algo que merecía saber.

Comí con mi hermana y mis padres en casa y cuando termine me prepare para salir, había quedado con ella en la Gran Vía para tomar un café. No tardé más de 15 minutos en llegar y la vi sentada buscándome con la mirada.

Antes de conocer a Aria esa mirada había causado estragos en mi durante tres años, pero después de conocerla ya no lo hacía más. Me odiaba por ello pero yo no era dueño de lo que mi corazón sentía, de lo que yo sentía... me había dado cuenta de que no podía engañarme de esta manera y ya había hecho demasiado daño a personas que quería mucho.

Me acerqué a la mesa y la saludé con dos besos y un pequeño abrazo, esos ojos marrones brillaban todavía al verme y me sentí mal por ello.

-Hola Javier
-Hola Nuria .. ¿Cómo estás? -pregunte-
-Todo va poco a poco mejor ... gracias -me dedicó una pequeña sonrisa- ¿tu?
- No puedo quejarme -me limite a decir-
- Bueno ... no quiero parecer muy brusca -estaba nerviosa y cogí su mano de manera amigable para ayudarla a seguir- pero quiero saber... saber porque y como -sentí su voz apagarse- lo estoy superando, no quiero que te equivoques pero me cuesta y necesito entender muchas cosas.
- Ante todo Nuria ... -apreté mi agarre en sus manos- quiero que sepas que has sido la persona más importante para mi, y siempre vas a serlo de un modo u otro.
- Pero Aria.. -me miró buscando alguna respuesta y suspire-
- No quiero que metas a Aria en esto por favor, es algo que yo mismo sentía y me di cuenta. Nuria... ¿En ningún momento pensaste que en nuestra relación predominaba más la amistad que el amor?
- Algunas veces si pero estaba enamorada de ti -me dijo negando con su cabeza- que lo entiendo Javi, se que que no estabas completamente enamorado de mi y eso se notaba muchas veces -bajé mi cabeza- incluso antes de que apareciera Aria, pero siempre intentaba evitarlo porque no quería perderte.
- Me siento muy mal por ello, no sabes cuanto porque sabes como soy de sensible aunque no lo parezca.
- Lo se Javier ...
- Pero no mando sobre lo que siento, no puedo evitarlo, no cuando ha vuelto a mi vida después de mucho tiempo sin saberlo.
- Ha sido todo tan rápido para todos... pero han pasado casi dos años desde eso -suspiro- y aún duele.
- No merecía el perdón de ninguna de las dos por jugar con vosotras en el modo en que lo hice. Y se que siempre será algo que te duela recordar pero no lo hice queriendo, cada día que pase me arrepentiré por ello.
- Supongo que ya no tiene sentido darle más vueltas -bajo su cabeza- al menos dime que estáis juntos -soltó una risita-
- Nada de eso -solté una risa pero que no estaba llena de alegría-
- ¿Es una broma?
- Ninguna... ¿creerías que Aria me perdonaría tan fácilmente? -negué con mi cabeza- estaba muy dolida y siempre ha estado sola desde la muerte de sus padres, sólo le hice más daño del que ya llevaba sobre sus hombros.

Sentí la mano de Nuria en mi hombro y una mirada neutral pero detonante de su parte.

-No se que habrá pasado entre vosotros pero tengo la certeza de que estaréis juntos -me dijo seriamente- tu lo mereces Javier y ella también.
- Y tú también -dije angustiado-
- Yo estaré bien -me sonrió levemente-
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo -me dijo-
- Quiero seguir formando parte de tu vida Nuria, no quiero separarme de ti -dije y no había otra verdad- podemos... seguir siendo amigos -tenía miedo de su respuesta- como los mejores que éramos antes.
- No podría dejarte -sonreí ante lo que había dicho- pero necesito algo de tiempo para mi.
-Todo el que quieras pequitas -solia llamarla siempre así-
- Bueno.. creo que debería irme, mis tíos me esperan -dijo levantándose-
- Ve tranquila, yo pagaré la cuenta -le guiñe el ojo y soltó una carcajada-
- Cierto esta vez te toca a ti -me dio una palmada en el hombro- adiós Javier.

Su mirada no dejaba mi ojos y la atraje hacia mi para darle un abrazo que necesitaba desde hace mucho tiempo. Un abrazo de una de las mejores personas que han pisado fuerte en mi vida. Pase mis manos por su pelo y deje un beso en su frente haciendo que cerrara esos ojos marrones y sonriera levemente.

-Ten cuidado -dije tranquilo-
- Nos veremos pronto - me contestó y desapareció de mi vista-

Sentí la mirada de alguien sobre nosotros pero al girarme no encontré ninguna cara conocida por lo que seguí el rumbo a mi casa de la misma manera en la que había venido.

ARIA

Estaba en una reunión del trabajo porque la jefa nos tenía que comentar algo importante pero ya estábamos terminando. La noticia era que en dos meses vendría al restaurante el embajador de Inglaterra a comer y la supervisora quería decirlo con antelación para que no faltara ni un solo detalle.

En el trabajo al menos dejo de pensar un poco en lo que pasa al exterior pero me es inevitable, su rostro está en todas partes y para colmo David no quería hablar conmigo. No me arrastraría más ni suplicaría por su perdón porque me había dicho palabras muy feas e hirientes.

Cuando terminamos la reunión me despedí de mis compañeras y me dispuse a empezar a caminar hacia casa. Mi vientre se notaba muy poco pero pasa desapercibido, me pondría una faja reductora cuando empiece a abultar en algunas semanas y problema resuelto.

En el restaurante no había dicho nada porque no quería perder el trabajo, lo necesitaba para poder mantener al pequeño o pequeña que venía en camino.

Inconscientemente me había encariñado un poco con el bebé porque había estado todo este tiempo sola y me ponía a hablarle a mi vientre como si él me escuchara. En cierto modo me imaginaba un pequeño o pequeña con el color de pelo de su padre o sus mismos ojos. Sólo de pensarlo se me llenaba el pecho de alegría pero me daba miedo porque no estaba preparada y era muy joven.

Había pensado en decirlo a Belen o mis padrinos pero no podía, mis pensamientos me traicionan cada vez que iba en camino hacia la casa de los Bonet. Incluso había llegado a pensar en decírselo a Javi pero desde luego no se en que estaba pensando en el momento que se me ocurrió eso. Le estropearía la vida con un bebé y era lo que menos quería.

Salí de mis pensamientos cuando vi una escena frente a mi que hizo que mi corazón se encogiera. Javi estaba abrazando a Nuria fuera de una cafetería y parece que los dos lo disfrutaban.

Sentí un sentimiento amargo subir por mi garganta y como sentía de nuevo las ganas de vomitar. Me quite de en medio rápidamente y entré a un bar hacia el baño llegando a vomitar todo lo que había comido hoy.

La anemia iba mucho mejor pero a veces estos cambios repentinos tenían lugar a causa del embarazo. Con los nervios a flor de piel y la cabeza punzando volví de vuelta al único lugar en el que me sentía bien, mi apartamento.



























Malentendidos que pueden echar todo a perder

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora