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ARIA

Saqué de mi bolsa todo lo que quería mostrarles a mis padres. En primer lugar saque una caja, dentro de ella tenía fotos con ellos de cuando era pequeña. No tuve oportunidad antes de poner una junto a las flores pero quería hacerlo para sentirme mejor. Seguidamente saqué de la misma caja unos caramelos, eran los favoritos de mi madre y los puse también.

No me hizo falta cambiar las flores porque nadie las había puesto... por lo que puse las mías con una sonrisa torcida. Finalmente saque una carta donde les contaba cómo habían sido estos años de manera muy resumida pero no pude acabarla porque me quebré en el piso.

No quiero sentirme así de débil, no quiero mostrar mis sentimientos porque nunca lo he hecho frente a mis amigas o mis padres pero creo que ya eso no importaba. Ya no más. Sentí como alguien pasaba su mano por mi hombro y apretaba ligeramente para después arrodillarse junto a mí. Sabía quién era perfectamente.

-Aria... -susurró acariciándome el pelo- todo estará bien, ya lo verás.

Eso solo me hizo llorar más y más fuerte, nada estaba bien. Busqué sus ojos, aquellos en los que durante este poco tiempo he podido encontrar la paz que necesitaba. Me correspondió firmemente y dejo que me recostara en su pecho mientras seguía sollozando.

- Sh... -me acariciaba la espalda- no me gusta verte llorar Aria -suspiro-
- Nadie se acordaba -llore más fuerte- que hoy hace cinco años fue cuando me dejaron -no podía calmarme- y no quería decirlo, tus padres tienen muchas cosas en la cabeza -sentí su agarre más fuerte- yo solo soy una intrusa en tu casa -le miré y vi cómo negó rápidamente con la cabeza- no te equivocabas, tenías razón.
- No no escúchame -se pasó la mano por el pelo sin dejar de agarrarme con sus mano izquierda por mi cintura- olvida todo aquello que te dije Aria, nada era verdad... has sido como un rayito de luz para todos.
- Ni siquiera te acuerdas de que éramos amigos -dije avergonzada- es normal que sea como una desconocida para ti y yo no quiero hacer sentir mal a nadie -mis lágrimas seguían cayendo-

El chico me atrajo más fuerte hacia él y recostó su cabeza sobre la mía. Nuestras manos rozaban y él terminó de romper la distancia haciéndome un pequeño hueco entre sus grandes manos.

-¿Te cuento un secreto? -susurro sobre mi pelo-
- vale ... -susurré con el mismo tono de voz-
- Me he acordado de muchas cosas de cuando éramos pequeños...-suspiró- algunas demasiados intensas -soltó una pequeña risa que me llenó el alma-
- ¿Intensas? -dije confundida jugando con sus dedos-
- ¿Sabes que fui tu primer beso?

Levante mi mirada sorprendida y al procesarlo me sonroje muchísimo. ¿Cómo que mi primer beso? No me acordaba de nada.

-Veo que no te acuerdas -me miraba tranquilo- solo fue un beso corto, éramos pequeños.
- Bueno... yo era más pequeña que tú -le saque la lengua-
- Cierto... era un maldito acosador entonces -dijo con un tono gracioso y me puso un mechón de pelo tras mi oreja-
- Puede ser -se me hacía difícil dejar de mirar sus ojos- aun así ha sido mi único beso -me sonroje-
- ¿Bromeas? -dijo sorprendido y negué con la cabeza-
- No bromeo, soy muy tímida y si no ha pasado es porque no ha sido mi momento -me encogí de hombros-
- Pero... ¿nada de nada? -seguía confundido-
- Nada de nada -negué con mi cabeza-
- Pero si.. si eres muy bonita Aria -¿había dicho que era bonita?-
- No será suficiente -me encogí de hombros- no se que se siente .. -le mire-
- Tiene que ser con una persona importante, no quiero que se aprovechen de ti -bajo su mirada jugando con mis manos-
- Gracias Javi, por todo -deje un suave beso en su mejilla- si quieres volvemos a casa, no quiero quitarte más tiempo hoy.
- Vamos a casa...

Me regalo esa sonrisa tan característica suya y que pocas personas habían tenido el placer de ver y cogí la mano que me ofreció para levantarme. En el trayecto hacia el coche no soltamos en ningún momento nuestras manos pero tuvo que hacerlo para abrir el coche. Todo el calor que estaba sintiendo desapareció en el momento que soltamos nuestras manos.

El camino se hizo rápido y no hubo necesidad de decir ni una palabra entre los dos. Al llegar a casa subimos por las escaleras aún en silencio y por un momento volví de nuevo a la realidad, salí de esa pequeña nube en la que había estado en los brazos de Javier. Eran las 12 de la noche y los padres nos estaban esperando en la sala.

-Aria... -dijo la madre de los chicos-

María estaba con los ojos rojos, seguramente se haya acordado pero no quería hablar de eso no tenía fuerzas ahora mismo para ello y mi acompañante lo entendió a la perfección.

-Mama.. -dijo Javi- creo que Aria debería descansar, ha sido un día duro -puso su mano en mi espalda y empezamos a caminar hacia mi habitación-
- Buenas noches -dije a todos-
- Esta bien cielo.. descansa Aria -dijo la madre-
- Te veo mañana -me dijo Belén con una pequeña sonrisa y asentí.

Antes de entrar a la que era mi habitación ahora mismo abracé ligeramente a Javi, me correspondió al instante.
-No se como puedo agradecerte lo que has hecho hoy por mi -susurre y me aparte despacio-
- Mientras pueda seguir viéndote por aquí más seguido estará bien -me sonroje- no te vayas a ir al pensar que eres una intrusa porque no lo eres -asentí- ¿Lo prometes?
- Lo prometo -le sonreí- buenas noches Bonet.
- Buenas noches Aria.

BNET

Perdí sus ojos azules de vista y me fui a dar un baño para aclarar mis ideas sobre todo esto. No había ni acabado el año y estaba experimentando muchas cosas, no solo por la llegada de Aria sino también en el mundo del freestyle. Sentía que todo estaba yendo muy rápido y no me gustaba esta sensación.

Me puse unas bermudas de baloncesto y una camisa de pijama cuando sentí que tocaron la puerta.

-Adelante -dije poniendo a cargar el móvil-
- Hijo -mi madre entró- solo será un momento -asentí-
- ¿Qué pasa?
- ¿Aria está bien?, me siento muy mal, no me he parado a pensar en la barbacoa el día que era hoy y siento que le he fallado.
- No te preocupes mama, es normal ¿vale?, no le des más vueltas -suspire- sería mejor que no le saques el tema, no quiero verla de nuevo así de triste.
- ¿La has llevado tú al cementerio? -me miraba curiosa- ¿a qué hora llegaste del viaje?
- Tarde y estuve con los chicos mamá, pero no podía decirle que no -vi como asentía con una sonrisa-
- Tienes un corazón muy grande Javier y espero que eso nunca cambie.
- Buenas noches mamá, te quiero -dejé un beso en su frente-
- Buenas noches hijo -cerró la puerta-

Un día sin duda cansado y largo, pero un día en el que había tenido muchos sentimientos encontrados.

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora