32

462 34 2
                                    


ARIA

Esta semana estaba algo más animada porque había quedado dos días con David y no niego poco a poco darle una oportunidad, creo que debería volver a empezar en cuanto a todo.

Él me había estado ayudando a mirar algunos apartamentos pero por ahora los dos que había visto no me habían terminado de convencer por completo, así que hoy teníamos una cita a las seis de la tarde para ver otro.

Al igual que mi ánimo estaba algo mejor el de Belén estaba por los suelos pero no sabía porqué, no quería hablar mucho con nadie últimamente entonces decidí darle su espacio.

-Aria -me llamo María- David acaba de llamar, dice que bajes.
- Ya voy -grite desde mi habitación- hasta luego María -deje un beso en su mejilla-
- Adiós bonita, tened cuidado.
- ¡¡ Siempre !!

Baje a un paso rápido y se me escapó una sonrisa al ver a David. Dejo un beso en mi mejilla, la cual note sonrojarse y me abrió la puerta de su coche.

-¿Estás nerviosa? -me pregunto-
- Un poco -solté una risita- hemos visto ya dos apartamentos y no me ha gustado ninguno -hice un puchero- soy complicada para estas cosas.
- Pero es normal enana, va a ser el lugar donde vas a vivir... tiene que ser idílico para ti.
- Supongo que si -recoste mi cabeza en la ventana-

Llegamos y cuando David aparco el coche nos dirigimos hacia el piso en el cual nos esperaba un hombre con una sonrisa transparente y unas llaves colgando de sus manos. Nos presentamos y nos invitó a subir hacia el segundo piso que era donde estaba el pequeño apartamento.

Al entrar quedé maravillada con lo luminoso que era, apenas tendrías que utilizar luz artificial para poder pasar el día, me encantaba. El salón-habitación era espacioso pero la cocina era muy pequeñita al igual que el baño, realmente no necesitaba nada más.

Era algo parecido a un pequeño estudio de arte pero amueblado perfectamente para una persona, ya que mi compañera de la universidad al final se había echado para atrás.

- Me gusta demasiado -susurre-
- Me ha gustado hasta para mí -reí al escuchar a David-
- Podrás venir cuando quieras -le mire-
- No dudes en que vendré a verte las veces que quieras -asentí sonrojada-
- Señorita -escuche que el dueño del apartamento me hablaba- ¿tiene algo pensado? Puedo darle el tiempo que necesite.
- Muchas gracias -asentí-

Estuve mirando durante algo más de tiempo el apartamento y cada detalle de él. No dude mucho sobre mi decisión y acepte, acepte quedarme con él. Firme unos papeles que traía el dueño y me dijo que desde este mismo momento era mía, que podía empezar a traer las cosas cuando quisiera.

El alquiler rondaba los 400 al mes con agua y luz incluida, estaba demasiado bien aunque cuando pasen algunos meses buscaré algún trabajo o intentare hacer algo a media jornada.

Terminamos todo el papeleo y salimos de ahí para tomar algo en la plaza España, en el centro de Madrid ya que se ponía hermoso de noche. Poco a poco sentía que las cosas iban a mejor, que me sentía mejor.

BELÉN

No tenía fuerzas de levantarme de la cama hoy tampoco, no paraba de pensar en cómo se estaba destrozando la vida mi hermano, en cómo estaba cayendo en picado. Lo que más me dolió fue ver cómo sus ojos pedían ayuda sin decir nada, muchas veces quería aparentar que todo estaba bien pero no lo estaba para nadie, y menos para él. No se puede ser iceman siempre.

Unos toques en la puerta me desconcentran en el momento que veo como mi madre asoma su cabeza por el hueco de la puerta.

Sentía la necesidad de contarle todo, de desahogarme y por una vez pensar en que sería mejor para todos si mis padres supieran la verdad.

-¿Mi vida? -dijo mi madre cerrando la puerta despacio-
- Hola -susurre en voz baja-
- ¿Cómo estás?
- Bien mama -deje un hueco para que se sentara y sentí como empezó a acariciar mi pelo-
- ¿Quieres contarme algo? -dijo con esa voz suave que hizo que se me formara un puchero en mis labios- mi niña...
- Lo siento mama -dos lágrimas salieron rápidamente-
- ¿Qué sientes Belén?
- Javi -solté un sollozo- todo es mi culpa, no lo he cuidado como una hermana que soy. Mama el... -ella me miro preocupada- estaba tomando drogas lo vi el otro día y estaba muy mal -mi madre bajó su cabeza y se tocó la frente-
- Mi pequeño... ¿qué ha pasado Belén? ¿que ha estado pasando todo este tiempo? -me miraba expectante- porque no puedo soportar tenerlo tan lejos -vi como empezaba a llorar- y se que algo pasa o tenéis entre manos.

Odiaba ver llorar a mi madre, no se merecía nada de lo que estaba pasando. Siempre intentaba dejarnos nuestro espacio pero ella sufría en silencio al ver cuando sus hijos no estaban bien, y era normal porque Javi no se había pasado por aquí en unos cuantos meses.

-Mamá yo... creo que Javi ha estado enamorado de Aria desde el principio -lo dije como si fuera algo fácil pero no lo era- y todo ha sido complicado para él porque ha estado con Nuria mucho tiempo y se sentía culpable a su vez -suspire estresada- no supe controlarlo, yo no lo sabía hasta hace poco  sino hubiera hecho algo.
- La mirada de tu hermano hacia Aria siempre ha estado cargada de amor Belén... y había que ser un tonto para no darse cuenta pero también quería a Nuria, muchísimo -asentí- y ha sido todo muy rápido para él. Me gustaría que me lo hubiera contado para haberle ayudado pero ...
- Pero la quería tanto que tenía miedo -termine por ella-
- Quiero verlo Belén -dijo mi madre- necesito hablar con él y hacerle recapacitar para que vuelva a casa.
- A mi me trato muy mal mama -dije apenada-
- Estoy segura que estará muy arrepentido por eso cielo, esta semana iré a hablar con él así que avisa a Yerar para que no me cierre las puertas de su casa -asentí- y Belén -la miré- no tienes la más mínima culpa de todo esto, ¿está bien?
- Gracias mamá -sonreí- ¿es verdad que Javi de pequeño era muy cariñoso con Aria? -pregunte curiosa y soltó una risa nostálgica-
- Muchísimo -suspiro- era muy sobreprotector con ella y siempre me decía que era muy guapa.
- Tiene razón... ¿sabes que la primera vez que la ví sentí celos de ella? -mi madre levantó una ceja- pero luego vi esa mirada tan triste y no lo sentí más... tengo mucha suerte de tenerte mama.
- Tienes un gran corazón mi pequeña... y Aria aunque haya perdido a sus padres nos tiene a nosotros ¿vale? -asentí- descansa y distrae tu mente, ponte el Netflix ese -solté una risa ante lo que dijo-

Dejó un beso en mi frente y se retiró de mi habitación dejando un gran calor en mi interior que me había faltado todo este tiempo. Podía hablar con mi madre de todo lo que quisiera y no podía estar más feliz por ello.









































Muy tierno

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora