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BNET

- Te dije que no la metieras -solté enfadado y Estrimo me siguió agarrando para que no me abalanzara sobre él-
- Javi tranquilo déjalo, no merece la pena -dijo Ginés mirándome preocupado-
- Esto son batallas y en las batallas todo se vale -soltó mister Ego por la bocaza que tenía- eres campeón internacional deberías saberlo y dar ejemplo, ¿qué pasa? ¿qué te has enamorado tanto que no podemos hablar ni de tu chica?
- Eres un mierda -me solté bruscamente de mi compañero y me acerque a él- no vuelvas a meterte con ella ni con mi vida, así solo estas demostrando la personalidad de mierda que tienes.

Todos sabían lo mal que lo había pasado Aria y había sido una mala persona al hablar de ella en la batalla, no tenía ningún derecho a hacer eso.

- ¿Sabes? -dijo riendo- le debería haber pasado algo más grave en el atentado para que te espabilaras de una puta vez y vieras que la vida no es como uno quiere.
- No te creo -dije sintiendo la furia crecer en mi- no has dicho eso.

Me abalancé sobre él y le pegué un puñetazo de lleno en su mandíbula. ¿En serio había soltado ese comentario?¿Había sugerido que le hubieran hecho daño?. Esta no se la perdonaría.

Sentí como los chicos gritaban para que nos separaran y Ginés y Pablo me sujetaron fuertemente.

-Soltarme -forcejeaba entre los brazos de mis amigos- voy a matarlo Ginés, voy a matarlo.
- Hermano cálmate -se puso frente a mí- no vas a conseguir nada Javier... solo que hablen mal de ti al salir de la sala, así que por favor -asentí decaído-
- No le hagas caso Javier -dijo Gazir- el que no sabe una mierda de la vida es él -puso su mano en mi hombro-
- Javi -mi mente se activó al escuchar a Aria- ¿estás bien?

Había llegado corriendo y estaba jadeando, sus ojos me miraban con tristeza y preocupación. Sentí como sus brazos me atraían a su pecho y escondí mi cabeza en su cuello aspirando su olor, todo de ella podía llegar a tranquilizarme.

-Sácame de aquí -dije con mi voz cortada-
- Vamos cielo -me deje llevar por ella ignorando a todo el mundo-

Llegamos a la zona de los vestuarios y entramos al que tenía mi nombre, cerrando la puerta tras nosotros con pestillo. Me senté en el sofá y me tape la cara, tenía ganas de llorar de toda la rabia e impotencia que llevaba aguantando durante estos meses. Era el campeón internacional pero no era de piedra. 

ARIA

Me dolía verlo así, la única vez que lo había visto llorar fue cuando me engañó y me fui de casa y realmente lo pase mal al verlo así. Sus sollozos se escuchaban por todo el vestuario y me acerqué lentamente sin decirle nada, Javier necesitaba su espacio en este momento pero también sé que necesitaba compañía y yo estaba dispuesta a quedarme. Dejó caer su cabeza en mi hombro y acaricie su pelo corto.

-Estoy aquí... -susurré- estoy aquí -sentí su agarre en mi más fuerte-
- Es un mierda -se sonó la nariz- todos saben lo que pasó y él ha ido a hacer daño -apretó su mandíbula- ha insinuado que deberías haber muerto en el atentado y ... -sollozó de nuevo- me lo he imaginado por un momento y n..no p..podia -estaba sollozando y temblando y mis ojos se aguaron pero me mantuve fuerte por él- no hubiera podido seguir si te hubiera pasado algo -negó con su cabeza- no he superado nada Aria... nada.
- Pero no ha pasado -levante su cabeza, ahora me tocaba a mí ayudarle- estamos aquí juntos... a pesar de todo lo que hemos pasado -sonreí débilmente- y él no sabe cuán especial ha sido todo para nosotros Javier... ni podrá saberlo nunca porque no siente respeto ni amor por él mismo, ¿cómo lo hará por los demás entonces? -me sonrío asintiendo- por lo que tienes que preocuparte de los que te quieren y te rodean, y solo de lo que digan tus amigos que siempre querrán lo mejor para tí.
- Gracias Aria... siempre estás para mí -dejo un beso en mi frente y suspiró-
- Tú lo has estado todos estos meses -acaricie cada parte de su rostro- y no te he dado las gracias por ello.
- No tienes que dármelas, estoy y estaré para ti.

Me quedé tan concentrada en esos ojos que tanto amaba y recordé que tenía que darle mi sorpresa. Me puse algo nerviosa al ver que no dejaba de mirarme y decidí sacar de mi bolso los billetes y las entradas.

-Deja de mirarme -dije algo avergonzada-
-¿No puedo mirar a mi novia? -dijo burlón y riendo-
- Así te quiero ver siempre -señale su sonrisa-
- Te quiero -besó mis labios cortamente- ¿qué es eso? -señaló mis manos las cuales escondí tras mi espalda- ¿Aria?
- Bueno... -me sonroje- tengo una cosa para ti, me ha costado un poco conseguir todo pero con la ayuda de tu hermana ha ido bien.
- No tienes que regalarme nada Aria ... ya con respirar me lo das todo -dijo de manera indiferente pero mi corazón dio un vuelco al escucharlo-
- Bueno... -carraspee mi garganta- quería regalarte algo y demostrarte mi agradecimiento por todo lo que has hecho por mi -le entregue los sobres- esto es para ti.

Abrió lentamente los sobres y sacó primero los billetes de avión, mirándolos de manera confundida.

-Que... -miro de nuevo los billetes- ¿Los Ángeles? -abrió su boca- te debe haber costado mucho esto Aria -dijo preocupado-
- Que tonto eres -solté una risita- creo que merecemos descansar una semana de todo esto -le entregué el otro-
- ¿Otro? -levantó su ceja- voy a comerte a besos cuando termine de abrirlo -me sonroje-

Estaba muy concentrado abriéndolo con cuidado y al sacar las entradas y ver el logo de los Lakers se le cayeron los billetes al suelo.

-No... -susurro- no no NO NO SIII SII SIII JODER

Javier empezó a saltar por todo el vestuario diciendo que iba a ver a sus dos equipos favoritos en la final de la liga estadounidense. Me alzó como si fuera un saco de patatas y me achuchó muy fuerte dejando muchos besos por mi cara.

-No me creo esto -su voz salió aguda- Aria no puede ser esto... esto es mucho dinero -se pasó las manos por su cabeza-
- Deja de pensar en el dinero -pase mis manos por su cuello- piensa en que disfrutaremos los dos solos unas vacaciones, lejos de todo esto.
- No se como agardecerte joder -pasó las manos por mi cintura- de verdad que eres lo mejor que me ha pasado en la vida -suspiro fuertemente- madre mía quiero casarme contigo -solté una carcajada-
- Ya habrá tiempo para eso -dije riendo-

Me beso de una manera muy apasionada, dejándome explorar su boca de nuevo tras todo el día sin hacerlo. Sentí como se sentaba en el sofá y yo a horcajadas sobre él, sus manos recorrían mi espalda y pasaban a mi vientre. Sus besos eran lo mejor que me había pasado y recorrían mi cuello.

-Déjame amarte esta noche -susurro en mi oído- solo si quieres -suspiró débilmente-
- Vamos a casa -susurre sobre sus labios-

Nos fuimos sin dar explicaciones a nadie a nuestro apartamento y me entregué a él sin ningún tipo de miedo, simplemente con amor y admiración hacia él.

Una admiración que tendría por él hasta el día en que dejara de respirar.




































Los dos son demasiado para este mundo
¿No creéis?

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora