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ARIA

-Te queda genial esa falda y ese top -me alagó Belén- ¡eres demasiado Aria! ¿porque eres tan cabezona?
- Es la primera vez que voy a salir de fiesta ... es normal ¿no? -dije llamando su atención-
- Bueno tienes razón pero hoy te quiero ver dándolo todo Aria -eso que dijo me hizo soltar una risa, se parecía mucho a mis amigas-
- No prometo nada pero lo intentaré -le saque la lengua-

Llevaba casi un mes aquí y no iba tan mal. Con Belén nos llevábamos mucho mejor y había salido algunas veces con sus amigas de modo tranquilo, hoy sería la primera vez que saldría a una discoteca.

Javier por otra parte bueno, puedo decir que no me trata tan mal, son pocas veces las que me habla molesto y no voy a negar que me hace sentir chiquitita pero no le quise dar muchas vueltas. Hemos estado ignorandonos prácticamente.

-¿Estas lista? -grito Belén desde la sala-
- Voy -le respondí alzando también mi voz-
- Javi vendremos tarde - escuche que dijo a su hermano-

Salí a la sala y estaba en la puerta de la terraza apoyado sobre la misma con un cigarro en las manos. Su mirada rápidamente me estudió de arriba a abajo y de nuevo me sentí pequeña e insignificante ante él. Había algo en el que me hacía estar alerta pero no se el que.

-Bueno... -dije mirándolo- adiós -moví mi mano-
-Belén cualquier cosa llamame -me ignoro completamente- y tened cuidado.
-Siiii pesado -dijo esta cogiendo su bolso- byeee

Salimos de casa y nos montamos en el bus de la parada más cercana. Vivíamos en Malasañas y estaba cerca del centro pero la discoteca quedaba a unos 20 minutos en bus y era más cómodo

Al llegar salude a sus amigas, las cuales conocía en su mayoría por lo que mejor para mi. Entramos y se pidieron algo para beber pero yo no estaba muy segura de que pedir, lo único que sabía es que no quería alcohol. Termine con un zumo tropical que estaba muy bueno en mis manos y nos dirigimos a la pista de baile.

Me lo estaba pasando muy bien y las amigas de Belén eran agradables conmigo, me estaban diciendo de ir a casa de una de ellas el viernes por la tarde mientras Belén estaba en clase de violín por lo que seguramente iría.

- Aria, hay un chico demasiado lindo que te está mirando -me susurro Lara, otra amiga suya-
- No no déjalo así -me reí nerviosa- qué vergüenza dios mío -me tape la cara-
- ¡¡No seas tonta!! ¿no has visto qué guapo es?

Mire discretamente y si es verdad que era guapo pero no se porque razón no me apetecía ir a hablar con el.

-Yo... -sentí como me jalaban y me llevaban con él-
-Holaa -dijo enseñándome su perfecta dentadura-
-Hola -dije algo sonrojada-
- ¿Eres de aquí..-le corte-
- Aria -sonreí-
- Aria entonces -asintió- ¿Madrid?
- Bueno si, se podría decir que si -me sonroje-
- Yo también -se rasco la cabeza- Ehh ¿te gustaría bailar?, por cierto soy David.

¿Que le decía? ¿que no? Siempre me meto donde no debería meterme pero tampoco soy una amargada como para rechazar tal propuesta.

-Si es un baile estará bien -deje que cogiera mi mano-

Bailamos genial y nos echamos unas buenas risas, de hecho en ningún momento quiso intentar más del límite que yo tenía puesto. Al terminar la canción cambiamos números y prometimos algun dia quedar para tomar algo. Debería abrirme más a las personas porque realmente puedes conseguir buenos amigos. Al volver con las niñas ya empezaron a comentar todo lo que había pasado.

Nos quedamos bailando hasta las 3 y media de la mañana pero estábamos cansadas y nos pedimos un taxi para volver a casa prometiendo volver a vernos esta semana. Al llegar todo estaba oscuro seguramente todo el mundo estaría durmiendo así que le di las buenas noches a Belén antes de entrar a mi habitación.

Me cambié y me puse el pijama que tenía cuando de repente me entró mucha sed, sin hacer ruido intente ir a pasos cortos hacia la cocina. Me puse de puntillas para abrir el mueble en el que estaban los vasos pero no llegaba, maldita altura.

Intente buscar algo para subirme pero no estaban las sillas, mierda. Lo intente de nuevo despacio pero nada. Sentí como una mano descansaba en mi cintura y como un brazo más largo que el mío cogía un vaso. Sin ver a la persona me estremecí,  creí saber quién era, y al darme la vuelta pude afirmarlo, era Javier.

Estábamos muy cerca, demasiado cerca diría pero no podía apartar mi mirada de la suya. Vi como su mirada bajó a mis labios pero rápidamente la subió a mis ojos.

-Gracias -murmuré avergonzada-
- No hay porque darlas -se separó algo más de mi y también cogió un vaso para el-

Eran pocas las veces que estabamos solos pero me ponía nerviosa cada vez que lo estábamos. Tenía su pelo revuelto y una camiseta de baloncesto de los Warriors.

- Buen equipo ese -señale su camiseta-
- Prefiero los Cavaliers -se apoyó en la encimera de la cocina y siguio mirandome con esos ojos que tan nerviosa me ponían-
- Prefiero los Chicago Bulls -contraataque con un toque gracioso-
- Me gusta mucho Jordan, es el mejor -me guiño el ojo-
- Me gusta mucho Kevin Durant, no tiene un nombre tan conocido como Jordan, sin embargo sus jornadas son demasiado buenas -le guiñe el ojo o hice el intento porque soltó una carcajada-
- No sabes guiñar el ojo eh -bebió de su vaso- veo que entiendes de jugadores y demás... te tendre que ver un día jugando.
- Que sepas que gane una competición de baloncesto -dije orgullosa-

Cualquiera que nos viera hablando tan bien diría que podíamos pasar por amigos, pero la realidad estaba lejos de eso.

-¿Ah sí? -dejó el vaso en el lavamanos y se acercó a mí guardando sus manos en sus bolsillos del pantalón- en una competición de... ¿parvulario tal vez? -se burló-
- La gane en el orfanato -dije cruzandome de brazos y vi como desaparecía la risa de su semblante-
- Un día jugaremos -suspiro- deberíamos volver a la cama.

Asentí y me diriji a pasos lentos hacia la que era mi habitación ahora pero antes de entrar sentí como Javi me llamaba.

- Te veías bonita hoy -dijo mirándome- buenas noches.
- Buenas noches -dije sonrojada-

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora