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BELEN

Estaba terminando de componer con el violín hasta que la puerta abriéndose interrumpió la melodía que llevaba tocando durante media hora.

Mi hermano yacía con una sudadera Nike y con sus zapatillas de deporte que le daban un toque informal y arreglado al mismo tiempo.

-Enana voy a salir -dijo mirándome- ten cuidado.
-¿A dónde vas? -cuestioné-
- Emmm -se rasco la cabeza- ¿te acuerdas de la chica que te dije que conocí por los chavales? Celia -dijo rápidamente-
- Si ... me acuerdo -le mire para que siguiera hablando-
- Nada solo que el otro día hablamos y bueno quedamos para tomar una cerveza -se encogió de hombros- no vendré muy tarde.
- Eres un ligón eh -dije sacándole la lengua-
- No voy a hacer nada Belén -dijo algo cansado-
- Esta bieeeeeen -dije dándome por vencida-

Si es verdad que estaba algo más distraído pero lo seguía viendo triste muchas veces, sobre todo cuando estaba solo en su habitación.

-Pues pásalo bien -volví a decir- te veo por la noche porque yo voy a salir también.
-Después de te veo entonces guapetona -se despidió y cerró la puerta-

Iría a ver a Aria a su pequeño apartamento pero eso no se lo diría a él. Creo que todavía le seguía afectando en cierto modo y no creo que dejara de quererla en tan poco tiempo, al igual que no creo que ella deje de quererlo por muchas oportunidades que le de a David.

Cogí las llaves que me había dado Aria de su apartamento en caso de emergencia y salí hacia el mismo. En menos de 15 minutos estaba tocando el timbre en la puerta pero no abría y me pareció extraño porque por las tardes suele estar aquí. Decidí por seguir llamando pero al ver no ver respuesta saqué la llave y abrí despacio.

Aria estaba en la sala tumbada y dormida en el sofá, algo que me pareció muy tierno y no pude evitar sonreír pero se me quitó la sonrisa al ver su abultado vientre.

Me acerqué despacio por si había visto mal pero podría reconocer perfectamente una mujer que estaba embarazada, ese vientre no era por cualquier cosa. Además de tener su mano apoyada en él respiraba muy despacio y de manera pausada.

Pase mis manos por mi pelo algo nerviosa, ¿porque no me dijo nada?¿iba a ser madre con David?. Me quedé un rato mirándola y procesando todo esto, alomejor me estaba volviendo loca y simplemente había cogido unos kilos de más pero no tenía esa sensación.

Poco a poco Aria se fue despertando y moviéndose hasta que noto que alguien estaba sentado en el sofá. Efectivamente abrió rápidamente los ojos y me miro, entendió perfectamente en una mirada que había visto suficiente, y eso sin contar que llevaba puesto un top de deporte y dejaba al descubierto su barriga.

-Belén ... - se sentó rápidamente pero le dije que fuera despacio-
-¿Qué es esto Aria? -señale su vientre- ¿David no? -vi como sus ojos se aguaban y negaba con la cabeza- ¿que?
- Lo siento -ya lloraba- no pensé que fuera a pasar.
- Aria por favor tranquilízate -cogí sus manos- no pasa nada, respira y expira venga -la ayude unos minutos hasta que se tranquilizó-
- Es que -se sonó la nariz- David no está -negó con su cabeza- me dejó y con razón Belen, soy una puta y una sinvergüenza, no merezco nada.
-  No digas más esas cosas Aria ¿de qué mierda hablas?
- Este bebe no es de David -note miedo en su mirada al conectarla con la mía- esté pequeño no es de el Belén.
-¿De quién es Ari.. -abrí mis ojos sin poder creerlo- ¿es de de mi hermano Aria?

Ella solo empezó a llorar más fuerte y me dio la espalda. Sentí algo que no había sentido nunca antes y no se si era rabia o decepción mezclada con sorpresa y emoción. Muchos sentimientos encontrados estaba teniendo ahora y no quería imaginar cómo había estado ella durante estos meses, sola sin la ayuda de nadie.

-¿Porque no dijiste nada?¿Cómo pasó Aria?
- Tenía miedo -me dolía verla así de rota- tu hermano está rehaciendo su vida y no quiero destrozarsela, no puedo con un bebé de por medio, tendría que dejar todo lo que ama y no creo que hubiésemos sido su prioridad -dijo acariciando su vientre y sentí ganas de llorar yo también- merece más que esto y no soportaría otro rechazo.
- Mi hermano te adora y te quiere más que a sí mismo Aria, me sorprende que no te hayas dado cuenta todavía, nunca te dejaría sola -dije calmada-
- Fue cuando vino a disculparse por última vez -dijo mirando a un punto fijo- tenía que pasar y paso Belén -me miro- los dos lo queríamos pero era una despedida, realmente lo era porque yo le había dado una oportunidad a David y no quería decepcionar a nadie más -negó con su cabeza- soy tan estúpida y hago todo tan mal, deje ir a la persona que más he querido en mi corta vida y tengo el resultado de ello aquí -señaló su vientre- y ahora estoy sola.
- No estás sola ¿está bien? -asintió despacio secándose el resto de lágrimas- encontraremos una solución y todo estará bien.
- Está bien -se tumbó de nuevo- necesito dormir un poco más -susurró- mañana trabajo.
-¿Sigues trabajando? -dije sorprendida-
- ¿Cómo mantengo este bebé que viene en camino sino lo hago?
- Podemos ayudarte económicamente Aria ... mis padres te lo dijeron ya.
- No soy su hija Belén aunque intente que lo parezca -baje mi cabeza porque era verdad- quiero hacerlo por mi misma y en el momento que no pueda mas prometo pedir ayuda.
- Vale -sonreí ligeramente- te importa si me tumbo contigo a dormir un rato, creo que me vendría bien también.
- Como en los viejos tiempos -sonreí al escucharla y me tumbe a su lado-
- Vas a ser una buena tía Belén, estoy segura -escuche antes de caer dormida-

BNET

Terminamos de tomar la cerveza y nos quedamos un rato más hablando fuera del pub. Me lo había pasado bien y había estado cómodo, algo difícil para mi teniendo en cuenta que soy algo tímido con las personas que no conozco bien. 

-¿Tienes frío? -dije al ver como se acariciaba el brazo-
- Un poco -me regaló una bonita sonrisa-
- Debería haberme traído mi sudadera -suspire- vamos, te acompaño a casa.
- Gracias Javier

Caminamos en silencio hacia su casa, ni una palabra salió de sus labios ni de los míos, de un modo u otro era un silencio cómodo. Al llegar paré en la puerta de abajo y quedé frente a ella, algo nervioso por no saber cómo despedirme.

-Me lo he pasado genial -asenti- podríamos repetir.
-Si claro ... -rasque mi cabeza nervioso-
- ¿Por qué estás nervioso? -sentí que se acercó mucho a mi-
- No es nada -dije algo más tranquilo-

Sentí como se acercaba poco a poco hasta que junto suavemente sus labios con los míos. Deje paso a su lengua e intenté centrarme en el beso pero no podía, el rostro de Aria pasaba una y otra vez por mi cabeza. Me separé de ella y bajé mi mirada intentando procesar todo lo que estaba pasando.

-Lo siento Javi -escuche que dijo-
- No es tu culpa, es la mía por no aclarar nada de lo que pasa conmigo -la miré con pesar-
- Puedo esperar el tiempo que haga falta.
- No tienes por qué Celia, estoy muy jodido.
- Si lo hago es porque quiero -dejo un beso en mi mejilla- ¿vamos hablando?
- Vamos hablando bonita -le dedique una sonrisa sincera- descansa.

Quizás debería dejarme llevar pero tendría que ser poco a poco, todavía su rostro me seguía por todas partes y tenía que superar eso.




































Cada vez más lejos

FearlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora