4. Acercamiento

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Dieciséis semanas trabajando para el «demonio de los ojos grises» se fueron volando; Lami se iría el día siguiente, pero antes, quería que me quedara con ella en casa de Law para hacer una pijamada

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Dieciséis semanas trabajando para el «demonio de los ojos grises» se fueron volando; Lami se iría el día siguiente, pero antes, quería que me quedara con ella en casa de Law para hacer una pijamada. Me dijo que podía llevar a alguna otra amiga, así que pensé en Lily y ésta aceptó ir con gusto. Por suerte estaba en casa, esa chica sí que era una adicta al trabajo. Eran raras las ocasiones en las que podía reunirme con ella y bueno, mis horarios tampoco ayudaban.

Nos emocionó saber que tendríamos todo el lugar para nosotras solas, porque el pesadito de mi jefe iba a salir con Doffy, Corazón, y el trío dinámico —así les apodaba a Bepo, Penguin y Shachi— y conociéndoles, sabía que entre alcohol y mujeres... Law no regresaría temprano.

Las chicas y yo pedimos comida, bebida, y hasta nos pusimos pijamas de Bepo el osito polar, parecíamos uniformadas.

Y es que son tan lindos todos los accesorios que vende esa marca...

En serio es inevitable no adorar todo lo que tenga que ver con Bepo; todo él en sí, me llena de ternura.

Después de tanto tontear nos pusimos a cantar en karaoke. Luego de un rato nos maquillamos y nos peinamos entre nosotras. Lo estábamos pasando muy bien. Las tres nos comportábamos como si fuésemos amigas de años, y se sentía realmente agradable no estar sola un sábado por la noche, sobre todo, no tener que ir por el ebrio trasero de Law a algún lugar baldío.

De la nada, nos pusimos a hablar de chicos y mis amigas tenían mucho que contar, claro, ¡ellas eran tan bonitas! Y yo... bueno, yo era yo.

Se llegó la media noche y aún seguíamos conversando muy a gusto, sin una pizca de sueño.

—Tenemos que hacer esto de nuevo. —dijo Lami, Lilly y yo concordamos.

Horas después, nos pusimos a ver una película, y bueno, las chicas se quedaron dormidas porque habían ingerido más alcohol que yo.

En realidad y hasta el día de hoy no se me da eso; el alcohol y yo no nos llevamos bien. En aquella ocasión lo hice por acompañarlas, así que no bebí mucho.

Cuando terminé de ver «El exorcista» Parte I, me debatía entre ir por un vaso con agua —porque moría de la sed— o quedarme en cama. Tenía tanto miedo que no quería ir a la cocina.

La casa estaba sola; la gente de servicio llegaba a las once de la mañana y se iba a la una de la tarde, y no había nadie más que dos chicas ebrias y yo.

Caminaba en puntillas, como si tuviese miedo de ser descubierta por mis padres al regresar de alguna fiesta en la madrugada. Me dirigí hasta la cocina, mirando cada rincón como si algo oculto estuviese esperando por mí, asechando en medio de la oscuridad.

Al llegar a mi destino, abrí la puerta del refrigerador para sacar un poco de hielo. Tomé los cubos y al voltear... ¡vaya espanto el que me llevé!

Notas del corazón ━━ [Finalizado] 《5》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora