41. ¿Es este mi final feliz? (Borrador)

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Al recibir mis labios con tanta ansiedad y desespero, me apegó a su cuerpo, como si quisiese meterme en su piel

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Al recibir mis labios con tanta ansiedad y desespero, me apegó a su cuerpo, como si quisiese meterme en su piel. Me levantó en sus brazos, me sostuve de su cuello y cerró la puerta con su espalda, quedando apoyado en esta mientras me besaba como si fuese la última vez.

Todo rastro de cordura se desprendió de mi, al igual que mi cartera y mis zapatillas.

Me tomó por debajo de las rodillas y me puso contra la pared. Mi falda fue muy cooperativa y se alzó hasta mi cintura al momento que coloqué mis piernas alrededor de su cadera.

Él estaba sin camisa y tenía sus pantalones desabrochados, por lo tanto, podía sentir su erección frotarse contra mi entrepierna. Su lengua acarició las comisuras de mi boca, y con un profundo suspiro nos atacamos con besos desesperados y llenos de pasión.

La locura y el deseo nos invadió y no había porqué reprimirnos... dejamos que nuestros sentimientos y nuestras caricias hablaran por nosotros, y que resolvieran cualquier conflicto que quedase en algún rincón de nuestros corazones.

Conmigo en sus brazos, siendo esclavos de nuestros labios, llegamos a la cama y me empezó a desvestir. Parecía tomarse su tiempo al desabrochar mi blusa y bajar la cremallera de mi falda de cuero.

Me besó los hombros y con sus dedos deslizó las cintas de mi sostén. No existía nada más suave, gentil y sublime que las caricias que me regalaba en ese momento. Causaba que mi cuerpo se sintiera caliente... Y es que estaba invadida por un gran amor y un ferviente deseo, que apenas podía conmigo misma.
Luego de quitarme el sostén, me recostó en la cama y empezó a besar y masajear mis pechos.
Hacía que piel ardiera con su tacto, acabábamos de empezar y ya quería sentirlo dentro de mí. Lo deseaba tanto...

Deslizó sus manos a cada lado de mi cadera y me quitó mi tanga de encaje.

—Lindas. —dijo con cierto aire de ternura e inocencia, mientras parecía ondear la prenda como si esta fuese una bandera. Sonreí un poco avergonzada y me cubrí el rostro.

Tomó mis manos y las llevó a su cabeza, quería que lo presionara mientras me lamía hasta el alma. No pensé en nada ni nadie, tan sólo me perdí del mundo. Mis  gemidos resonaban en toda la habitación, y se hicieron más sonoros cuando sentí que su traviesa lengua entraba y salía de mi cavidad. No sé si tocaba el cielo o había viajado al infinito... pero si sé que agonizaba más allá de un placer indescriptible que me sacudía hasta el núcleo.

Sus manos estrujaban mis pechos a la vez que su lengua me torturaba en la entrepierna. Quería meter su cabeza dentro de mi, pero de momento a otro, la delicadeza se acabó y me hizo voltear bruscamente, dejándome boca abajo con mi cuerpo tembloroso, invadido por una fina capa de sudor y con espasmos intensos en mi sensibilidad, los cuales iban y venían sin tener la intención de detenerse.

Sus manos me recorrían las caderas y su lengua me rozaba la espina dorsal llegando hasta mi cuello, besando, lamiendo delicadamente para luego continuar mordiéndome la oreja.

Notas del corazón ━━ [Finalizado] 《5》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora