Notas del corazón ━━ [Finalizado] 《5》

24. Sé mía (Borrador)

—No completamente, pero fue suficiente para mi. —respondió muy engreído.

«Rayos» Pensé sonrojada. Volteé mi cara hacia la pared y sonreí por mi torpeza.

—Lo siento, pensé en voz alta. —me excusé. Law se rió fuerte, y entonces volteé a verlo—. No sabía que el señor hiel podía reír así. —comenté muy sonriente.

—Hay mucho que no sabes de mi. —se acercó para intentar a quitarme la blusa.

—No Law, ¡no! —me negué agachándome, como en posición fetal.

—¿Qué? No seas infantil, no es como si no te hubiese visto desnuda antes.

—Ca... cállate.. —dije abrazándome por debajo de las piernas y viendo mis pies a través del agua.

—¿Es en serio? ¿Después de todo lo que pasó... te da vergüenza que te vea desnuda? —habló como queriendo reír

—N-no es es-so... —sacudí mi cabeza—. Bu-bueno, t-tal vez. —dije muy avergonzada.
Olvidé que estaba desnudo y lo vi hacia arriba. Justo entonces mi mirada se detuvo nuevamente en su... virilidad. Bajé el rostro rápidamente y sentí mi piel muy caliente—. ¡Por todos los cielos Law, g-guarda esa cosa! —dicho eso, él se volvió a carcajear 

—¿Después de lo que hicimos, ahora resulta que te da vergüenza ver mi...  "cosa"? —preguntó con una voz muy traviesa—. Eres muy graciosa (Tn)-ya.

—D-deja de recordarme esas cosas. —pedí sin apartar la mirada de mis pies.

—¿Porqué? —se agachó y me tomó de la quijada, me hizo verlo a los ojos, y tenía esa mirada seductora y muy profunda que... realmente me volvió loca—. ¿Se te antoja que repitamos lo que hicimos? Yo no tendría objeciones (Tn)-ya.

—Ca... cállate, tonto.

—Te pusiste roja... significa que lo pensaste. —habló muy seguro. Lo vi lamerse los labios y sonreír muy engreído.

—Tsk... —aparté bruscamente mi cara del roce de sus dedos y miré hacia la pared.

—Eres una malcriada. —dijo muy suave—. (Tn)-ya... quítate esa ropa.

—No porque tú estás aquí.

—Como dije... no sería la primera vez que te vea totalmente desnuda.

—Cállate. —dije sintiendo mis orejas y mi cara muy calientes.

—Jajaja... otra vez te pusiste roja. —guardó silencio un momento, seguía de cuclillas a mi lado—. (Tn)-ya... dije que te quites esa ropa. La llevaré a la lavandería. —habló más serio.

—¡Que no! ¡Primero sal de aquí! —mis ojos seguían puestos en mis pies, jugaba con mis dedos mientras me ponía a pensar en lo feo que toda esa escena debió ser para Nami.