30. Te dije que te estuvieras quieta (Borrador)

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—No puedo

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—No puedo... —dijo levantándose de mi. Lo halé del cuello y lo besé, inconscientemente lo besé. Él apartó su rostro de mi y dijo—: No hagas esto... no estás lista. —se acostó de lado y me atrajo a su pecho, me abrazó y me besó la frente—. Haces que mantener mis promesas y mi cordura sea algo difícil.

—Sólo te besé para calmarte.

—¿Calmarme? —rió suave—. Eso me pondrá peor.

—Lo siento. —me disculpé de corazón. No era mi intención incomodarlo más de lo que ya estaba.

—Tonta... pero sí, es tu culpa que yo me sienta tan atraído. Todo por no quedarte quieta,  por ser tan linda persona. —me besó la coronilla de la cabeza y me reí porque me dió un poco de cosquillas—. Por ser tan inteligente... —continuó besándome la frente de nuevo—. Por ser tan amable... —me besó la mejilla izquierda—. Por tener un hermoso corazón... —me besó la mejilla derecha—. Por ser tan divertida y ocurrente. —me besó la quijada—. Por ser tan atractiva... —besó la punta de mi nariz—. Tan... —pausó un momento y nos quedamos viendo a media oscuridad—. Sexi... —me besó los labios y yo me sentí indefensa..., dispuesta.

Lo abracé del cuello con mi mano libre ya que estaba acostada de lado. Él me presionó de la nuca y me besó con más intensidad. Deslizó su mano por mi cuello hasta llegar a mi hombro, haciendo que el tirante de mi blusa se moviera de su lugar. Continuó hasta mi brazo y desvió sus dedos hasta mi costado por debajo de la tela de mi pijama.
Siguió besándome y llevó su traviesa y tibia mano hasta mi pecho izquierdo.
Inspiré profundo al sentir que sus dedos masajeaban mis sensibles botones y más aún..., al tener su lengua jugando con la mía dentro de mi boca. Y sí... me advirtió que me quedara quieta, y no lo escuché, pero aunque no fue mi intención llegar a eso, no iba a detener lo que habíamos empezado. La verdad es que lo deseaba, demasiado.

Sintiendo cómo la lengua de Ace me tenía totalmente dominada, pensé en detenerlo honestamente hablando, me contradije a mi misma y quise detenerlo. Porque Ace tenía razón, no estaba lista para entregarme a él, pero mi cuerpo y mi boca no estaban de acuerdo con mi corazón. Aunque me esforzaba en frenar la situación, mis manos actuaban por voluntad propia y empezaron a rozar el pecho de Ace, a apretar sus musculosos brazos y a halarlo hacia mi.
Si aún pensaba en alejarlo y parar con lo que hacíamos... lo siguiente me hizo perder la cabeza.
Sentí la yema de sus dedos rozar mi estómago y trazar una suave línea hasta mi vientre, me sentí ansiosa y dejé de querer terminar con lo que habíamos iniciado.
Seguidamente sus dedos llegaron justamente ahí, donde los quería sentir. Dejó de besarme la boca y bajó a mi cuello mientras masajeaba la linea de mi zona íntima. Luego; con mucha delicadeza, abrió mi parte y empezó a hacer círculos en mi sensibilidad. Jadeé al gozar de aquello y sentí su dedo entrando en mi cavidad.

«No pares, Ace... no pares...»

—Estás muy húmeda... —susurró en mi oído. Se me estremeció hasta la médula con esas palabras.

Notas del corazón ━━ [Finalizado] 《5》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora