Capítulo 31

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“La sensatez se forma de un gusto natural por lo adecuado y lo mediocre; es una cualidad del carácter más que del espíritu .Para tener mucha sensatez es preciso ser de manera que la razón domine el sentimiento y la experiencia venza el raciocinio”.

-Marqués de Vauvenargues.
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—Bien ¿Acaso tú…pudiste ver el rostro de quien te disparó?

—Bueno, todo fue tan rápido que a penas distinguí los rasgos esenciales…

—Cualquier dato sería de ayuda.—digo incitándola a describir lo poco que pudo haber visto.

—Era…alto, no parecía coreano o siquiera asiático, eso fue lo que más me confundió. Tenía cabellos claros…

Bingo. Ahora solo necesito una confirmación.

—¿Crees que si pudieras verle le reconocerías?

—Definitivamente.

No bastan más palabras para que mis sentidos se activen. Me llamarán loca, pero yo sé que esa descripción y mi suposición no son pura coincidencia. Tomo el celular de Hye Kyung, que descansa en la pequeña mesilla a nuestro costado, y busco en internet lo que necesito.

—¿Es esta persona? —pregunto mostrándole la foto.

Los ojos de la chica se agrandan a más no poder, y un jadeo ahogado se forma en lo profundo de su garganta mientras su vista varía de la foto a mi rostro.

—Sí, es él. Estoy segura.

Mi respiración se detiene por breves segundos, a pesar de que lo suponía, no quería creer que fuese cierto. No quería pensar que el chico que sonríe con inocencia en la foto de la empresa junto a su padre, realmente podría llegar a estos extremos por pura codicia.

Creí conocer a Daniel, ahora veo que solo sabía lo que él deseaba que yo viera.

—¿Cómo…? ¿Lo conoces?

—Él es la persona que mencioné la última vez. Es Daniel.

Procedo a contarle a la chica todo lo sucedido con el dueño de aquel, ahora infernal, nombre. También explico mis deducciones y todo lo que conozco que pueda inculparle. Sin embargo, hay algo en su mirada que no puedo pasar por alto y es el hecho de que, de alguna forma, ella está convencida de que no es del todo el culpable...incluso cuando me acaba de confirmar que fue él quien le disparó.

Lo que deja en claro mi otra suposición, hay algo que no nos están diciendo.

—Te dejaré para que descanses…perdona por el interrogatorio.—digo a modo de broma y ella sonríe para luego quitarle importancia a mis disculpas.

—Liz…—me llama antes de que pueda salir de la habitación.

—¿Sí?

—Podrías…llevarle a mi padre esa ropa.
—pide señalando el ovillo de tela en el suelo.—Es la que usaba hoy cuando sucedió…quiero deshacerme de ella.

—Claro, descuida, yo la llevo. —acepto sonriente a ayudarle y tomo el bulto de ropa en mis brazos, manteniendo distancia de mi cuerpo para no mancharme con la sangre que permanece en esta.

Salgo de la habitación y me dispongo a bajar a la primera planta, cuando siento que algo se desliza por mis brazos. Miro al suelo y encuentro una pequeña hoja que ha caído de entre la ropa que llevo. La tomo entre mis dedos y le doy la vuelta para ver qué contiene…

Automáticamente mi sangre se hiela y mis nervios se acrecientan, pues en el interior de dicho papel lo que hay es nada más y nada menos que un dibujo, y no uno cualquiera. Se trata del mismo escarabajo negro que había sido tallado con fuego en la piel de mi amiga Akari. La maldita advertencia…y supongo que la marca del agresor.

🌠Microcosmos🌠||JJK||✔️Resubiendo✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora