Capítulo 3

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"El destino es la interminable cadena de casualidad, por lo que son las cosas, la razón o la fórmula en la que el mundo sigue su curso".

- Citium Zeno.
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Me encuentro sentada a la mesa sumida en silencio, demasiado para mi gusto. El suave aroma del café recién hecho perfora mis fosas nasales, estoy sola otra vez.

En esta ocasión tampoco pude dormir. Aquel sueño inexplicable sigue martillándome el cerebro, y cada vez que creo que algo diferente está por suceder, simplemente despierto y a partir de ese momento ya no puedo volver a pegar ojo en toda la noche, eso realmente me frustra.

Para colmo de males, al bajar no había nadie en casa. Al parecer mi nana tuvo que salir de imprevisto así que no me quedó más remedio que preparar algo sencillo,y a la vez que me diera la energía que no tengo, para desayunar. Entonces...¿Qué mejor que un café para eso?

Estoy empezando a plantearme la idea de tomar somníferos o ir al psicólogo...solo sé que no puedo seguir así todas las noches.

Como puedo, termino de preparar los apuntes de la escuela y salgo de la casa. Al parecer los cielos se apiadaron de mí, puesto que el bus llega al poco tiempo de estar esperándolo y esta vez sí hay lugar para sentarse. Le envío un mensaje a Keira para encontrarnos en la entrada del campus y me coloco los auriculares dispuesta a relajarme un poco en el trayecto. En el camino no puedo evitar pensar en la conversación de ayer con mi nana. No soy estúpida, obvio que me di cuenta de que evitó mi pregunta de forma elegante; lo que me hace sospechar de que posiblemente sepa algo y por alguna razón no quiere que yo lo descubra.

Una vez llego al campus de la universidad, me dedico a avanzar a grandes zancadas en busca de Keira mientras la extraña conversación con mi nana continúa reproduciéndose en mi cabeza. Estaba ideando algún plan para sacarle información cuando alguien toma mi brazo de forma repentina.

—Buen día, Espero no haber demorado mucho.—me saluda Keira con una sonrisa.

—Para nada, acabo de llegar.—le respondo alegre y suspirando con alivio al percatarme de que solo se trata de ella, estaba tan distraída que su inadvertida aparición me había asustado.

—Aún faltan quince minutos para la primera clase de ambas ¿Quieres sentarte en algún sitio del campus mientras esperamos?—pregunto luego de verificar la hora en mi teléfono, a lo que ella se limita a asentir y apresura sus pasos.

Nos sentamos cerca de un árbol a tomar algo de sombra y relajarnos. Me entretengo revisando mi móvil. Tengo un mensaje de la nana diciendo que estará en casa para la cena, pero no da ninguna explicación sobre su ausencia  esta mañana. Y...al menos once llamadas perdidas de mi madre.

Suspiro por la ansiedad y dejo caer mi cabeza en el hombro de Keira, increíblemente solo nos conocemos hace un día pero se siente como años. He escuchado que a diario coincidimos con personas que nos esperan desde siempre, aunque creamos que dicho encuentro solo ha sido mera casualidad...tal vez nuestra amistad estaba destinada a darse. Pero eso sería demasiado suponer, demasiado fantasioso para tomarlo en serio. Quizás solamente así es como debe ser cuando conoces a alguien que te hace sentir cómoda.

—No te ves bien, luces cansada ¿Has dormido?—pregunta ella elevando una de sus perfectamente depiladas cejas.

—Pues la verdad no, últimamente me cuesta dormir, es que...—no planeaba contenerme a contarle sobre el sueño, sin embargo un grito nos sobresalta interrumpiendo mi confesión.

—¡Déjenlo en paz! —es la voz de una chica, y por su tono, suena bastante alarmada.

Al instante Keira y yo nos levantamos, siguiendo el bullicio hacia el  lugar del escándalo. Lo primero que ven mis ojos es a un chico de gafas gruesas tirado en el suelo con un corte en la mejilla y un poco de sangre saliendo de su nariz, cuatro chicos mucho más fornidos y altos que él lo rodean mientras le lanzan uno que otro golpe y constantes burlas.

🌠Microcosmos🌠||JJK||✔️Resubiendo✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora