*Capítulo 10*

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BONNIE

No se en donde estoy, puede que esté en hablando comino misma ya que todavía no puedo abrir los ojos, ¿tal vez ya morí? ¡ay no! yo pensé que iba ir y venir, ahora me encuentro en este estado.

Solo quiero salir de aquí y no volver jamás, esa desgraciada de Chantal me engaño y me llevo directo a la trampa.

Siento mis ojos pesados pero los abro de apoco, cuando levanto mi vista estoy en una casa vieja y mis recuerdos comienzan a llegar, sigo en esta casa.

Escucho voces a lo lejos mientras sigo viendo el lugar.

—Que bueno que despertaste, de tanta tortura hasta te quedaste dormida — dice la mujer malvada que esta al frente.

—Ya te dije escape de él, no creo que venga a ayudarme ya que me fui —digo ya cansada de todo esto .

—Bien si todavía no quieres cooperar — habla mientras hace una señal al hombre a lado suyo —haré que hables si o si —el hombre se acerca a mi y con su dedo índice toca mi frente y un dolor agudo se instala en mi cerebro, este dolor es el mismo de hace rato ¿cuantas veces ya lo ha hecho? sangre sale por mi nariz como de costumbre — Solo quiero que lo traigas aquí y después yo me encargaré de el resto —dice mientras intensifica el dolor en mi cabeza —¿o quieres que tu abuela sea la siguiente? —no mi abuela no, hago el intento de negar —entonces solo traeme al alfa y no tocaremos a tu abuelita.

No tengo de otra que solo asentir para que me dejen en paz y a mi abuela también.

—Detente —dice la mujer y el hombre pálido lo escucha —Primero traeme al alfa y luego vas por tu abuelita —dice y yo asiento repetidas veces —ahora vé  —dice dejandome fuera de la puerta.

Cuando cierran la puerta yo corro con todas mis fuerzas y llamo a Appel puede que ella me ayude a salir del país.

Claro que no voy a traer al psicópata, primero muerta.. no puedo.

Veo como se forma una figura y aparece ella.

—¡En donde estabas sabes que me tenías preocupada! —escupe mientras me mira de pies a cabeza.

—Tienes que ayudarme, tengo que salir de este pueblo lo quieren a él, él es el blanco —digo recordando lo que me dijo.

—Entonces ¿no lo verás primero? — pregunta y yo niego.

—No puedo si lo hago lo llevaré directo a la trampa, es mejor que me vaya — hablo y me comienza a dar un poco de tristeza, creí que iba a verlo de nuevo pero creo que todo cambio.

—Si, primero tienes que cambiarte la ropa, tu polo está lleno de sangre ¿que te hicieron? —pregunta con enojo.

—No lo sé, el hombre solo tocaba mi frente y me causaba dolor de cabeza hasta tal punto de sangrar mi nariz.

—Eso es tortura mental ¡que psicópata! —grita enojada.

—Dejemo todo eso ahí, ella nos va a alcanzar ya que seguro tiene a alguien siguiendome.

—No te preocupes, no se acercara si estoy contigo.

Camino en dirección a la casa de mi abuela, espero y esté bien.

Entro y la veo sentanda pensando, está tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera me siente.

—Abuela —digo y ella se sobresalta, me mira como si estuviera procesando esto y luego se abalanza sobre mí en un abrazo a lo que yo acepto gustosa.

—Tengo que cambiarme abuela y tenemos que irnos a la ciudad —digo cuando acabamos el abrazo.

—Pero mi casa es esta y no me gusta viajar —espeta cruzandose de brazos.

TÚ ERES MÍA  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora