*Capítulo 40*

11.1K 793 14
                                    

Todas las cartas solo trataban de la unión que querían que haga la luna para que puedan ganar la guerra.

Bonnie si quería ayudar, no quería que de nuevo las personas sufran como en la primera guerra.

— No se que responder, quieren que te los unas — dice el alfa con todos los problemas en la cabeza.

— Entonces me uniré — responde la luna asiendo que el alfa niegue.

— No voy a dejarte hacer eso — dice levantándose de su asiento.

— Nic, ellos necesitan ayuda confían en nosotros tenemos que ayudarlos, tu estuviste en la primera guerra tu mismo dijiste que hubieron muchas pérdidas, quieres que pase lo mismo ahora que haya mas perdidas de las que viviste — dice Bonnie esperando que recapacitara.

— No quiero perderte — habla asiendo que Bonnie se entriztesca.

— No lo harás, juntos podremos salir de esta con apoyo de todos — dice asiendo que el asienta.

— Bien, pero al más mínimo peligro que te encuentres te llevo — dice y todos quedaron de acuerdo.

Comenzaron a responder a las cartas, todos estaban uniéndose para poder pelear juntos.

Solo esperaban con todo su corazón que ganen esta guerra, pero todavía nada se sabía.

Oliver cada vez más se volvía deprimente, no estar a lado de su mate lo estaba volviendo diferente.

La sirena que buscaba a Appel se había enterado por su magia que Dácara ya estaba realizando sus planes, tenía que encontrar rápido al hada para regresar a lado de Bonnie.

Mientras todos estaban pensando en sus propios problemas y en como solucionarlos.

El padre de Appel ya había encontrado a un brujo que rompiera el hechizo.

Había llevado a Apple a las malas a ese brujo para que elimine la marca.

Aunque a Appel no le gustaba esto tendría que comportarse para que puedan darle el pase libre para escapar.

Solo su madre sabía de su escapatoria, su madre ya había tomado rumbo a la manada de lobos para que pueda avisar a Oliver sobre esto.

— Quédate quieta — espeta el brujo mientras mueve sus manos en dirección a la marca de Apple — Esto va a doler un poco — avisa antes de que toque la marca.

Cuando lo hizo, sintió su cuerpo romperse en mil pedazos, pinchazos por toda su cabeza y dolor en su marca que ya comenzaba a desaparecer.

No sólo ella lo sentía en la casa de el alfa, Oliver comenzo a retorcerse de dolor, él sabía que su marca había desaparecido, pero no hiba a darle gusto a su querido suegro de que su hija no hiba a ser suya, porque Appel nació para ser suya y lo hiba a comprobar.

— Es mejor que no estés en la pelea — habla su mejor amigo asiendo que el niegue.

— No, yo voy a estar allí no puedo dejarte — dice parándose.

No se dijeron nada solo estaban en silencio y esperando a que el silencio ayude entre todos.

Dácara y su plan eran uno solo, hoy mismo hiba a ser que todo el mundo sobrenatural se arrodille a sus pies por piedad.

Estaba dando órdenes para comenzar su estratégico plan.

— ¡Hoy todos está en bajo mi orden, bajo mis pies! — grita mientras esta parada en un escenario arreglado dando aliento a sus secuaces.

Todos gritaron en forma positiva, estaban muy seguros de que hiban a ganar y no solo al mundo sobrenatural si no también al mundo humano.

Estaban asiendo su recorrido, estaban caminando a la manada en donde estaban la gran hechicera.

Hoy si o si se hiban a enterar de quien mandaba en este lugar, se decía ella en la mente.

Mientras caminaban en dirección a la manada de Bonnie, ellos ya estaban haciendo su plan, todos absolutamente todos, estaban ahí.

Bonnie veía como Nicolás daba ordenes, todos estaban bien atentos por si llegaban atacar.

Las familias de todas las manadas estaban siendo trasladadas a los refugios, solo los machos lobos se quedaban a defender a su familia.

Comenzaron a trasladarse según sus posiciones para atacar si llegaban los del bando contrario.

Todos esperaban la señal para atacar.

Cuando todos vieron la llegada de la bruja Dácara y sus guerreros, sabían que la guerra ya hiba a comenzar y también sabían que muchas pérdidas habrían.

Pero no se mostraron temerosos hacía ella, demostraban lo fuerte que eran y que nada los intimidaba.

— Un gusto Bonnie — escupe la bruja mientras los roguer comenzaban a transformarse y los vampiros sacaban sus colmillos.

En el grupo que Bonnie tenía, no sólo estaban los lobos tambien había sirenas, hadas hasta vampiros que peleaban por la justicia.

Los cuatro Reyes de los cuatro grupos sobrenaturales estában ahí presenciando de nuevo lo que hiba a pasar.

Cuando Dácara hizo una señal y todos entendieron, la guerra había comenzado y ya estaban nerviosos.

Bonnie aunque por fuera quería demostrar que no tenía miedo por dentro estaba muriéndose de nervios, no sabía que hacer ni como actuar.

Toda su familia había hido al refugio, no quería que su familia se expusiera a esto.

Aunque su mamá no quería dejarla tenia que hacer caso, se prometieron que volverían a verse.

Y eso Bonnie lo hiba a cumplir, porque lo prometió, aunque sea por unos segundos pero la hiba a ver por última vez.

Todos comenzaron a atacar avisando asi que la guerra acababa de comenzar, los cuatro Reyes defendían a su propia raza asi como tambien a los que los necesitaban.

La sangre derramada por el suelo avisaba que ya habían muertos, las parejas de los lobos que se arriesgaron sufrían en los refugios ya que sentían lo que le pasaba a su pareja.

El cielo se volvió negro, la vida solo dependía de una persona, la persona de la cual confiaban bastante.

Bonnie solo tenían objetivo, ese era Dácara, no importaba si ella se tenía que ir junto a Dácara, que de que la mataba la mataba Y de eso no lo dudaba.

Si la paz existiría con matar a la bruja mala entonces ella lo haría,  muchas vidas se estan sacrificando dejando a sus parejas e hijos para darles paz mas adelante.

Y no les hiba a defraudar, su muerte no hiba a ser en vano, ¡no!, ella hiba a dar hasta su última sangre para ayudar al resto.

Aunque no conoció a su abuelo, lo quería, aunque no le gustó tener el mismo poder que el, le agradecía ya que ahora podía ver todo lo que uno hace por las personas que quiere.

Su abuelo lo hizo por las personas que quiso y ahora ella hiba a ser lo mismo.

Aunque no quiso que le tocará este destino, no lo puede cambiar y tenía que cumplir con lo que dice la historia
"si matar al mal, significa morir tu también entonces lo haría".








TÚ ERES MÍA  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora